Epílogo

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El horizonte era cada vez más oscuro a la vista de ambos hombres, Sting observó los últimos vestigios del sol ocultarse con algo de miedo. Estaban solos, en el exterior, por la noche. Cada ruido que escuchaba provocaba un nuevo rápido latido en su corazón.

El asentamiento había resultado en una completa estada. No había nada cuando llegaron, aunque si era cierto que a los muertos les costaba más subir a aquellas zonas; sin embargo el frío no ayudaba. El invierno por suerte estaba acabando, la primavera se acercaba a pasos agigantados y poco a poco era más fácil estar en el lugar. Natsu y Gajeel dormían, la garantía de que las múltiples trampas e improvisadas barreras les avisaran en caso de que algo se acercara.

Sting, sin embargo, no podía dormir. Apenas habían pasado un mes desde lo ocurrido. Su conciencia no paraba de atacarle, que la razón por la que mucha gente había muerto aquel día era por su culpa. Sin embargo, sabía que si Fairy Tail lo había hecho bien, Phantom Lord ya no sería una molestia.  Miró a Rogue, que dormía con tranquilidad a su lado. Su pecho subía y bajaba con suavidad, el pelo caía sobre la tierra a pesar de tener su cabeza apoyada en la mochila, manchadose debido a ello. Tal vez debería comentarle de cortarse el pelo, en sí los cuatro deberían. Si cortaban su cabello tendrían mejor visión, menos posibilidades de engancharse en las ramas o en cualquier lugar mientras corrían. Echaría de menos poder agarrar las hebras negras cuando se besaban, acariciarlas cuando no eran capaces de dormir o estaban demasiado cansados para moverse; pero era por una buena causa.

Rogue se movió, soltando un suspiro pesado; Sting supo que pronto se despertaría. Rogue abrió los ojos con pesadez, la oscuridad de la noche era iluminada por la luna llena en el cielo. Vio a Sting mirándole, una risa formada en su rostro que no pudo ver dado que aún no se había adaptado completamente a la oscuridad.

—Acuéstate y duerme, el campamento está asegurado—susurró Rogue, Sting no se movió, desviando la cabeza al cielo. Cuando se adaptó a la oscuridad se incorporó, soltó un bostezo sonoro y se sentó junto a Sting, permitiendo que la cabeza del rubio se apoyara en él—. ¿Qué te ocurre?

—No me parece justo.—Rogue no respondió, dado que no sabía a qué se refería Sting. Tal vez era porque estaba somnoliento, tal vez simplemente era algo que Sting nunca le había explicado. Sting no habló más, Rogue resopló tras atender.

—No tiene que parecerte o serlo. La vida de cualquiera es igual que la nuestra: efímera. Cada quien vive su chiste, chiste que llegara a su final; así como el nuestro en cualquier momento.—Sting hizo una mueca, llevó una mano a la herida en su costado, aún dolía pero estaba sanando.

—Te dije que estaríamos juntos, hasta el final. ¿Cada uno tendrá un final diferente? ¿Cuál de los dos llegará primero?—Sabia que eran preguntas sin respuestas, Rogue lo miró; un rostro que para cualquiera era serio a Sting le transmitió ternura y comprensión ante aquel temor.—No quiero desaparecer.—Rogue agarró su mano, apretándola.

—Y no lo haremos.—Sting se incorporó lentamente, mirando a los ojos rojizos que sonreían.

—¿Cómo lo sabes?

—Cada vez que nos miramemos, estaremos vivos; como voces que hacen eco  en el interior de la mente.—Sting sonrió, una leve risa escapando de sus labios. Llevó su mano a su boca, pretendiendo no hacer ruido.

—Eso tiene poca base, pero me vale.—Sting llevó su mano a la mejilla blanca, luego deslizó sus dedos por el pelo negro—. En ese caso, no dejes de mirarme.

Rogue acortó la distancia, sin responder;seguramente debido a la vergüenza tras sus palabras dichas. La mano de Sting viajó a lo largo de cabello negro antes de llevar su mano a la nuca y profundizar el beso. Rogue suspiró, separándose, recibiendo con una sonrisa la mirada azul enamorada.

No estaba seguro cuanto podría seguir viviendo, ni él ni ninguno de sus compañeros. Quizá mañana estarían muertos, quizá en un par de años o, tal vez, simplemente debía esperar sin pensarlo demasiado. Disfrutar el momento, aquel momento tranquilo que Sting le otorgaba en la oscuridad de una noche silenciosa y despejada. Ya habría tiempo de preocuoarse por los muertos cuando los escucharan, por los vivos cuando los vieran; era momento de preocuparse por ellos, por la felicidad propia y del contrario.

—Nunca dejaré de hacerlo si tú tampoco lo haces.—Sting sonrió nuevamente, asintiendo sin dudar—. Vayamos a dormir entonces.

—Si cerramos los ojos, no podremos mirarnos.

—Sting....

—Era una broma—indicó el rubio, un leve golpe en su hombro le provocó una risa en su garganta.

Sobrevivirían todo el tiempo que tuvieran permitido, no dejarían de luchas por estar en el lado de los vivos. Se protegerían, porque eran una familia.

No me puedo creer que le haya dado a esto un final felizQué más decir que el final original Rogue moría y Sting acababa viviendo gracias a Natsu y Gajeel, pero era super triste y me apetece darles felicidad; de vez en cuando viene bien 

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No me puedo creer que le haya dado a esto un final feliz
Qué más decir que el final original Rogue moría y Sting acababa viviendo gracias a Natsu y Gajeel, pero era super triste y me apetece darles felicidad; de vez en cuando viene bien 

Anuncio que acabo de publicar una nueva historia Stingue(?) como no podía ser de otra manera. Esta se llama "There are many stars in the sky tonight" y es puro fluff, lo prometo, no voy a meter nada de drama y además es cortita. Tendrá como mucho cinco partes, llevo mucho tiempo queriendo publicarla uwu


Incluso al final [Stingue]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora