3

109 13 28
                                    

El dolor que debía sentir en aquel momento era opacado gracias a  la adrenalina. Gajeel se había levantado para impedir que la bala impactara contra su hermano, aunque había atravesado el brazo de Rogue de igual manera. Al menos seguía vivo.

Por ahora.

Gajeel se levantó arrastrando a Rogue a la fuerza para ponerse a cubierto tras un letrero de publicidad rodeado por cristales rotos, Rogue miró a Gajeel sin entender todavía la situación; el shock impidiendo que las palabras de su hermano llegasen realmente a él. La mano de Gajeel viajó a la herida, Rogue siguió el movimiento observando su brazo sangrante. Comenzó a arder, las manos de su hermano se mancharon con su sangre y Rogue comenzó a sentir un pequeño mareo ante la imagen y el dolor.

—Escucha, Rogue.—Rogue llevó la vista a su hermano y tragó duro, la mirada de Gajeel no le daba ánimos y la respiración del menor comenzó a acelerarse —. Hay que encontrar a esos dos idiotas y salir de aquí, no te detengas en ningún momento.

—Nos van a matar—habló Rogue, su voz temblorosa haciendo contraste con las burlas del cuarteto, preparados para divertirse a costa de ellos—, en este sitio no hay ni un solo lugar donde ponerse a cubierto.

—Por eso no vamos a dejar de correr—contestó Gajeel, Rogue tembló levemente y negó, sabiendo que no podría seguir el ritmo de su hermano y condenaría a ambos—. Recuerda que aún tienes que decirle tus sentimientos a Sting, no puedes morir aquí.

—No me jodas con eso ahora, tú tampoco puedes morir—comentó Rogue, una pequeña rabia colándose en el tono tembloroso—. No puedes dejarme solo otra vez.—La mirada de Rogue viajó al suelo, gotas de sangre recordándole la herida en el brazo. Sus ojos se humedecieron y tembló visiblemente, Gajeel lo agarró de los hombros, con cuidado de no dañar más a su hermano pequeño.

—No vamos a morir ninguno de los dos—afirmó a pesar de no estar seguro, Rogue asintió con algo de esperanza mientras se incorporaba imitando al mayor. El cristal chirrió bajo los pies de ambos hombres que había conversado de cuclillas para evitar mejor los disparos.

Gajeel tomó aire, se asomó levemente antes de obtener un rápido disparo que esquivó por escasos milímetros.

—Yo los distraeré, tu sal de aquí—anunció Gajeel, pero fue detenido.

—Te seguiré, no importa lo que digas, no voy a dejarte morir por un inútil como yo.—Rogue sacó su arma del cinturón, Gajeel gruñó en negación, aunque supo que no iba a poder hacer cambiar de idea al menor. Solo podía preguntarse dónde podían estar los dos idiotas, manteniendo la esperanza de que aparecieran aunque fuera en el último segundo.

Se miraron unos instantes a los ojos, Rogue recordó por unos instantes a su padre mientras miraba los ojos rojizos del contrario. Por unos segundos su mente viajó a las tardes de domingo, cuando compartían una película en familia y comían patatas mientras la comentaban. Recordó a Frosch tumbado en sus piernas, el gato acurrucado disfrutando del calor humano al igual que hacía Lily con su hermano.

Gajeel lo llamó, como si se hubiera dado cuenta que su mente los había abandonado. Rogue asintió preparado para lo que fuera a venir.

«Sting», pensó, una mano viajó al colgante en su pecho, «por favor, aparece. Ayúdame», suplicó casi como si rezara.

Las risas y comentarios cesaron al otro lado  del gran cartel. El silencio se formó y el miedo invadió a Gajeel y Rogue, juntaron sus espaldas a pesar de saber que aquello era una emboscada sin salida.

Se escucharon disparos de fondo, ninguno de los dos se atrevió a moverse, mucho menos a hablar. Desconocían lo que podía estar pasando al otro lado, y eso solo provocó que la tensión aumentara. Sus frentes comenzaron a sudar, las manos de Rogue temblaban levemente y se maldijo ante la poca serenidad que conseguía mostrar. Siempre se había caracterizado precisamente por eso, su serenidad, calma e imperturbabilidad era lo que más destacaba a su personalidad, pero no podía detener el temblor de sus manos.

Incluso al final [Stingue]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora