La Manzanita verde y El Cazador [Hunter x Hunter]

Epílogo

Después del gran encuentro con el señor irresponsable con complejo de anciana y padre de Gon y su gran amigo con complejo de esclavo, -que terminaron con varios buenos moretones resultado de los varios golpes de la mujer de cabellos naranjizos- unos días después, cuando finalmente Kite regresó a casa, se encontraba la familia en un incómodo silencio sentados a la mesa.

Gon miraba al piso con culpa, Mito se limitaba a seguir fulminando al par de idiotas y Ging se peguntaba si la ración de croquetas alcanzaría a Pariston para todo el tiempo que llevaba ausente.

— Entonces... -finalmente habló el moreno, antes de que todos comenzaran a gritar.

— ¡Eres un bastardo estúpido!

— ¡No alimenté a mi subordinado! ¡No me conseguirás otro esclavo si ese muere, ¿O sí?!

— ¡Ging me obligó! ¡Incluso pidió que me vistiera de mujer, eso es acoso, Mito!

— ¡El perro se orinó en la maleta de Ging! ¡Perdón!

— ¡Parecen niños! ¡Cállense! -regañó Abe una vez se colmó de los gritos, golpeando a la "pareja" en la cabeza.

— Perdón... -murmuró la mujer antes de dar una patada bajo la mesa al pelinegro.

— ¡Sí perdón! -gritó intentando disimular el dolor antes de cruzarse de brazos y mirar molesto a un rincón.

— Bien. Sé que hay muchas cosas que decir y muy poco tiempo porque son todos unos desesperados. -habló la anciana— Primero que nada, estoy contenta de verte de nuevo, Ging. Y también de conocerlo, Kite.

Sonrió y unos segundos después, todos estaban gritando de nuevo, pero tampoco tardaron en ser callados por la Santa mujer, que sugirió hablar en orden y sin interrupciones.

— ¿¡Por qué te llevaste a Gon!? ¡Sólo me resfrié y cuando me recuperé ya no estaban! ¡Idiota! -gritó en un tono desanimado— ¡¡Ni siquiera lo cuidaste tú!! ¿¡Qué tiene que hacer éste con mi niño!? -señaló a Kite, quién tomó la palabra.

— ¿Por qué eres así, Ging? Me dijiste que su madre fue tragada por cocodrilos y que tenías que resolver problemas familiares por eso -suspiró el albino— Incluso aprendí a tejer para aparentar ser una buena madre...

— ¡Pariston está amarrado y no llega hasta su costal de comida! ¿Crees que vive de aire? ¡El niño ya sabe cuidarse, ¿Qué importa?! -refunfuñó el hombre antes de iniciar una pataleta.

— ¡Adopté un perrito ayer y hace rato orino en las cosas de Ging, lo siento! ¡También tomé dinero tuyo para comprar una caña aunque no hay cuerpos de agua cerca, pero era muy bonita! -confesó mientras lloriqueaba el pequeño Caperuzo.

— ¿¡Qué hiciste qué!?

— ¡Las personas no son mascotas, idiota!

Unas horas más tarde, el pequeño Caperuzo verde paseaba tranquilamente con su nueva caña, alrededor de la plaza. No tardó en encontrarse con cierta rubia.

— ¡Kurapika! -saludó el moreno llegando a abrazarle por detrás.

— Oh, Gon. Buenos días. -el chico sonrió antes de intentar corresponder torpemente.

— ¿Cómo está Pairo? -preguntó el avellano antes de notar que la típica canasta de flores no estaba con él.

— Aún está descansando, el doctor dijo que en una semana debería ser capaz de ver otra vez. -sonrió de una forma tranquila, antes de suspirar— ¿Y qué tal tu reunión familiar, Gon?

— ¡Eso es genial! -comentó asombrado el pequeño antes de pensar en como resumir la basofía que ocurrió antes— Pues, Mito-san quiere matar a palos a Ging y Kite, Abe es muy buena y... Es un poco difícil acostumbrarse -admitió con vergüenza mientras rascaba su nuca— De pronto hay un montón de gente pintoresca a mi alrededor... Es algo genial, pero difícil para adaptarse.