Capítulo 3

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Zabdiel lo notó desolado, pensó que la salida del príncipe, un joven lleno de bondad e ingenuidad, había sido reveladora pues no todo el mundo era amable como él.

Al llegar ya era hora de la cena. A Erick no le quedó más que ir a cambiarse y alistarse. Sus donceles de compañía se habían negado a ayudarle con cualquier labor que implicara verle desnudo por temor a que su maldición les afectara, así que no tuvo más remedio que hacerlo el mismo, no podía culparlos, ni él miso entendía que le ocurría.

Al salir de la tina y verse ante el espejo, notó que se veía ligeramente más alto que de costumbre, sin embargo no había cambiado su rutina, además, un pequeño vello salía de su pecho, a penas y se notaba por su color pero ahí estaba. No había visto algo como eso, en la corte sólo los hombres grandes y fuertes tenían pelo en pecho y barba tupida. Lo arrancó y casi se le salen los ojos cuando vio como volvía a crecer de inmediato. Lo hizo un par de veces hasta que dejó de salir.

Esa sin duda debía ser la segunda parte de la maldición.

¿Acaso el terrible vello varonil cubriría su cuerpo lampiño hasta ahora? No le parecía tan malo aunque no se imaginaba teniendo una barba.

Salió de la tina y se asomó a uno de los espejos notando que en su rostro no había nada notable.

Suspiró cansado ya dejando el vello en el pecho quieto porque parecía que no tendría solución, terminó de arreglarse para cenar, se colocó las ropas, afuera de la habitación estaba Zabdiel esperándole para escoltarle al comedor.

Comenzó a caminar, estaba todo en silencio, miró de reojo a Zabdiel un tanto ansioso.

- ¿Sucede algo majestad?

- N-no, nada - Zabdiel entrecerró sus ojos, lo conocía bien.

- Creí que tenía algo que preguntar.

- No puedo mentirte - suspiró y detuvo el paso - Zabdiel, ¿qué opinas del hombre que conocimos hoy en el mercado?

Zabdiel suspiró.

- No tengo nada qué decir, ese hombre simplemente no conoce el respeto - dijo mirando de reojo al príncipe.

Pero el suspiro de Erick no era de cansancio como el suyo.

- Su ropa era extraña ¿pudiste verla? ¿De qué ejército puede ser? ¿A qué reino crees que pertenezca?

- No lo sé - dijo Zabdiel sorprendido por el interés de Erick - pero a pesar de su insolencia no creo que sea necesario buscarle, saldó muy bien su deuda con ese melón en la cabeza.

Erick rió avergonzado.

- No se lo digas a mis padres, no entiendo cómo ese hombre logró alterarme tanto - dijo sonriendo.

- No se preocupe, esto quedará entre nosotros - dijo Zabdiel sonriendo.

Erick se sentía muy a gusto con él, juntos habían vivido muchos momentos aunque siempre debían mantener su distancia porque él era de la guardia, sin embargo, le consideraba su amigo.

Erick llego al comedor, su apetito afloró rápidamente al ver el banquete en la mesa, mientras comía vio un melón entre las frutas y suspiro llamando la atención de sus padres.

- ¿Ocurre algo con la comida? -Erick negó rápidamente, se dio cuenta de que quizás actuaba extraño y no lo entendía del todo.

-Erick, tengo algo que informarte - dijo Erito captando su atención - Se que has estado preocupado por los "incidentes" pero no queda mucho tiempo para que cumplas los 18- Erick ya estaba acostumbrado a oír las charlas sobre su "deber" como príncipe heredero - Es por eso que hemos organizado un baile al que asistirán todos aquellos que pretendan desposarte - Erick dejo caer el tenedor sorprendido - No solo vendrán de este reino, hemos enviado invitaciones incluso a reinos lejanos.

El príncipe maldito [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora