Cansada por la falta de sueño, Lucy echó una pastilla de complejo vitamínico en un vaso con agua y se la tragó. Ya desayunaría más tarde algo sustancial.—¿Qué te pasó anoche? —Levy estaba sentada en su escritorio devorando un tazón de cereales, con el ordenador encendido.
Lucy la miró sorprendida. Estaba casi segura de que Levy ya habría hablado con Gajeel . Decidió seguirle el juego un rato.
—Realmente no estaba de humor. Me quedé sentada un rato fuera y me marché a casa pronto. ¿Y tú?
Levy la miró con desconfianza.
—Estoy segura de que hay algo más, tienes mirada de culpabilidad.Lucy sintió cómo se le sonrojaba la cara, pero se guardó sus sentimientos y se centró en Levy. —¿Y qué me dices de ti? ¡Debes de sentirte muy contenta esta mañana!
—¿Por qué? De hecho es más bien al contrario —contestó Levy.
—¿Por qué? ¡Parecía que las cosas iban muy bien! ¡Parecía que os gustabais!
Levy la miró perpleja.
—¿De qué estás hablando?—De Natsu y de ti —contestó Lucy con impaciencia—. No te quitaba los ojos de encima. —¿Natsu? ¡Si ni siquiera estaba allí!
—Claro que estaba. Lo vi hablando contigo: alto, moreno, con un abrigo de cuero negro. —¡Oh! —Levy empezó a reírse—. Ése no era Natsu. Era Gajeel . Lucy sintió como si la tierra se moviese bajo sus pies.
—¿Gajeel? ¿El hombre con el que estabas hablando era Gajeel?
—Por supuesto!
—Oh, Dios. ¿Entonces quién...?
—¿Quién qué? —preguntó Levy con evidente curiosidad.Se oyeron voces por el pasillo y Levy escondió apresuradamente los cereales detrás de una pila de libros. Lucy estiró la mano tras ella para colocar otra revista en la pila y así ocultarlo correctamente. Se quedaron de pie la una junto a la otra mientras un grupo de consultores entraba con Jellal, el consultor principal.
—Levy, Lucy —dijo él con una sonrisa maligna—, tenemos algo de sangre fresca para vosotras. Levy, seguro que recuerdas a Natsu; ha vuelto de Nueva York.
Lucy observó cómo Levy miraba a Jellal. Jellal no estaba sordo y era plenamente consciente de las numerosas veces en que Levy había discutido sobre «El Regreso» con ella. Había pocas cosas que Jellal no supiera.
Entonces miró al hombre alto que salió de detrás de Jellal. Alto, devastadoramente guapo, vestido con traje y con una sonrisa dirigida a ella, allí estaba su «Gajeel» de la noche anterior. ¿Era Natsu? Aquellos increíbles ojos verdes jade estaban clavados en ella con un brillo humorístico.Lucy se quedó mirándolo, incapaz de pensar en nada salvo en que era más guapo por la mañana, recién afeitado.
Jellal estaba presentándoles a los otros hombres, pero Lucy no se quedó con ninguno de los nombres. Le temblaban las piernas como a un cordero recién nacido. Finalmente le quitó los ojos de encima y trató de respirar con normalidad. Sonrió automáticamente a los demás y simplemente deseó que se la tragara la tierra. De pronto recordó partes de la conversación: «Regalo divino», «cuando te mira...». ¿Pero qué había dicho?
Fue consciente de que se estaban alejando para investigar las terminales de bases de datos que había en la zona de la biblioteca. Lucy se quedó donde estaba, mirando la silla de Levy.
—Debería habértelo dicho.
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Toda la noche con el jefe-(NALU)
RomanceLucy Heartfilia jamás tenía aventuras con los hombres con los que trabajaba. Después de haber sufrido en el pasado, se protegía tras el ingenio y el sarcasmo... Pero su nuevo jefe, el alto,bronceado e increíblemente sexy Natsu Dragneel iba a p...