El sábado por la mañana, Lucy dijo estar exhausta, cosa que no era mentira, pues no había conseguido dormir desde que se había despertado en mitad de la noche. Reticente, Natsu accedió a pasar la noche separados.—Llámame si necesitas algo.
Salió a la farmacia y, cinco minutos después de regresar, sus miedos habían sido confirmados.
Las líneas azules aparecieron inmediatamente. No sólo la línea de control, sino la línea que proporcionaba pruebas visuales de lo que ya sabía.Era uno de esos tests tan sensibles que podían dar un resultado positivo incluso antes de que le tuviera que bajar la regla.
Se derrumbó sobre la cama. ¿Cómo era posible? No era posible. No había dejado de tomar la pildora. Comprobó la caja para estar segura; todo parecía en orden. No podía ser cierto.
De pronto recordó las palabras de Natsu ; «vamos a ir día a día». Se trataba de una aventura con una empleada que se marcharía del país dentro de poco. Sin ataduras ni compromisos. Sólo una aventura salvaje por diversión. Una «distracción», al menos para él. En pocas semanas probablemente habría otra empleada ocupando su puesto.
No era nada serio. Nunca lo había sido. Nunca había estado pensado para ser algo a largo plazo. Lucy lo sabía. Su madre se lo había explicado claramente. Sting se lo había demostrado. ¿Por qué diablos se había dejado engañar una vez más?
Natsu había dicho que no era como esos hombres; que no había nadie más en su vida. Y, aunque aquello fuese cierto, no significaba que fuese más en serio que los demás.
¿Qué haría? ¿La abandonaría? ¿La acusaría de tratar de engañarlo? Le había dicho que tomaba la pildora y era cierto. No había mentido.
Se hizo un segundo test.Volvieron las náuseas y corrió al cuarto de baño. Se secó el sudor de la frente con la mano y se pasó los dedos por el pelo. ¿Cómo había cometido ese error? Cierto, había considerado la opción de tener una aventura antes de marcharse, ¿pero con su jefe? Sabía que era un movimiento absurdo, pero aun así no había podido resistirse a la tentación. Y ahora tenía que pagar las consecuencias.
En pocas semanas estaría de vuelta en casa y sin trabajo. Regresaría a un país en el que no tenía familia. Y, para colmo, estaba embarazada.
Respiró profundamente. Su madre había sobrevivido a un embarazo accidental y había hecho un gran trabajo a la hora de educarla; y todo eso siendo una adolescente. Al menos Lucy tenía unos cuantos años más. Lástima que no tuviera un poco más de sentido común. Había hecho justo lo que su madre le había advertido que no hiciera. No una, sino dos veces. La primera vez sólo había perdido el trabajo. La segunda, el precio había sido mayor.Volvió a pensar en Natsu . Aterrorizada por su reacción, se debatió sobre cuándo decírselo. O si decírselo.
No, tenía que decírselo. Pero aún no. No podía enfrentarse a ello todavía. Además, era muy pronto. Debería dejar pasar unos días y volver a hacerse la prueba. Tal vez fuese un error.
Emocionalmente agotada, regresó al dormitorio y se derrumbó en la cama. Todos sus antiguos miedos y sus dudas regresaron a su cabeza con más fuerza que nunca. Exhausta, pasó la noche en vela, sola y desesperada.
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Toda la noche con el jefe-(NALU)
RomanceLucy Heartfilia jamás tenía aventuras con los hombres con los que trabajaba. Después de haber sufrido en el pasado, se protegía tras el ingenio y el sarcasmo... Pero su nuevo jefe, el alto,bronceado e increíblemente sexy Natsu Dragneel iba a p...