12.Capitulo

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La inyección no mataba la maldición, ya que solo existía una cura y yo estaba en un plan que no quería saber nada de eso. Por eso el medico me chuto la H2, que aunque no la quitaba, si la ralentizaba.

Con cada día que pasaba la maldición aumentaba, aunque no tan rápido. Comenzó a llegar los periodos en que me costaba hasta levantarme. Iba a trompicones, unos días estaba genial y otros estaba que memoria, pero aun y todo mi respuesta siempre era la misma:

-No quiero la cura.

-Laura, no seas terca , ¿no ves como estas? -Jon.

-Estoy mejor que nunca.

-Si estas, un día bien y cuatro que ni te tienes en pie -Mikel.

-Si y la maldición sigue invadiendo tu cuerpo -el medico.

-¡Y que mas da! -dije- mejor si me muero, mi padre seria mas feliz. Todo lo bueno que ha hecho por mi a sido solo para fingir ante el pueblo. Tras la marcha de Alex, tenia que dar a la gente una excusa para dárselas de buen padre, que no era su culpa lo que le paso a mi hermano -comencé a llorar.

-Laura, ¿como dices eso? -Jon- el rey no es el mejor de los padres, pero tampoco es un ogro.

-Cuando le presente a Auryn, me dio un tortazo y eso es algo que nunca había echo.

-Eso lo hizo por que se puso nervioso ante la idea de que hubieras muerto -oímos y miramos.

-Hola chicos -saludamos a Auryn.

No dijimos nada mas, no hizo falta, a veces las miradas dicen mas que las palabras.

En este caso, todos decían lo mismo, toda la gente a mi alrededor me llamaba testaruda e irresponsable indirectamente: Raul, Jon, Mikel, los chicos, Madreselva, mi madre, Alex e incluso alguna vez me había cruzado esa mirada con mi padre.

Si, seguramente tendrían razón, pero eso no me haría cambiar de opinión.

Un tiempo mas tarde recibí una gran noticia. Alex porfin se había curado del todo y junto a mi madre volverían a casa después de tantos años. Pero, ¿como explicar todo lo ocurrido? ¿toda la verdad a nuestro padre?:

-Que mejor regalo de cumple para el rey que el resucitar de su hijo y mujer -dijo Madreselva uno de los días que estábamos en la cabaña.

Todos estuvieron de acuerdo, yo no dije nada. Mi mayor esfuerzo era mantenerme en ese mundo, pues cada vez notaba mas que me iba.

El cumpleaños del rey fue una gran celebración a la que asistió todo el pueblo, Los invitados "Auryn" y yo como familia real.

A la hora del banquete, tras abrir los regalos, yo me levante y dije:

-Padre, aun te queda un regalo.

El dudando me miro y asintió para que se lo diera. Mire la puerta y...

-Que entre el regalo.

Todos los presentes miraron como las puertas se abrían y entraban dos figuras que al irse el fogonazo de luz todo el mundo reconoció boquiabierto:

-Alex, Marina -grito el rey corriendo a abrazarlos entre lagrimas de emoción olvidando el protocolo- pero, ¿como?

-Es una larga historia querido -dijo la reina- ya abra tiempo de contarla, por ahora disfrutemos de la fiesta.

-Si padre, lo único que ahora importa es que volvemos a estar juntos, la familia real vuelve a estar unida -añadió Alex.

-Si -el rey y me miro. yo también estaba emocionada viendo la escena- hija, ven por favor, únete al abrazo y perdóname por todos estos años de indiferencia.

-No hay nada que perdonar padre, sufriste mucho con lo que paso -conteste uniéndome.

Toda la sala estallo en aplausos y vítores:

-¡VIVA LA FAMILIA REAL! -se oyó.

-¡VIVA! -corearon el respuesta.



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