- Esto no te va a salir gratis, Sammy.
- Lo sé; ¿qué quieres a cambio?
- La exclusiva de la investigación; todos los detalles en la columna de mi periódico.
- Hecho – asentí – Lo tendrás todo para ti.
- Es un placer hacer negocios contigo.
- Date prisa, Laura; por favor.
Mi fuente inagotable de información, algo cara, era Laura, periodista en uno de los periódicos más importantes del país. Siempre me costaba cara porque conseguir cierta información, significaba darle a cambio otra diferente; pero hasta el momento, me salía rentable.
Le había pedido que me diera las fuentes de las fotografías y todo lo que la prensa manejaba de Jessica; y lo necesitaba cuánto antes, pues todo había empeorado. Por un momento pensé que todas las mentiras que decían de Jessica no podían ser peores; pero lo cierto es que sí, fueron aún más allá.
Empezaron a decir que, según fuentes cercanas a la policía, Jessica era autoritaria, que siempre tenían que hacer lo que ella decía, sin objeciones. Se habían encontrado con más de un episodio dónde desafiaba a sus superiores, otra mentira como todo lo que decían de ella. Y yo, simplemente, no lo soportaba. Ese día parecía que, quien más se inventara sobre Jessica, más dinero ganaba.
Estaba esperando a que Jaime me diera el acceso a la rueda de prensa, por lo visto más de veinte medios estaban presentes; aunque ya me habían avisado que no iba a responder a más de cinco preguntas. Eso me daba igual, yo lo único que quería era que la dejaran en paz.
- Todo está preparado – me dijo Jaime acercándose – Yo no voy a estar, te espero aquí; y cuando termines, lo tengo todo preparado para que empieces a trabajar – asentí - ¿Vas a decir lo de su muerte?
- No – susurré – Antes de anunciarlo, Paco lo tiene que saber.
- ¿Y cuándo lo vas a hacer?
- No me metas más presión, Jaime, por favor.
- Está bien – la puerta de la sala de prensa se abrió – Suerte.
Nunca había hecho una rueda de prensa yo sola; y lo único que me tranquilizaba era que no era sobre trabajo, al menos no directamente; sino por Jessica, y era un tema que controlaba mejor que nadie, porque nadie la conocía mejor que yo.
Tomé aire, me autoconvencí a mí misma que haciendo eso, Jessica estaría orgullosa; y entré en la sala. Cinco cámaras de televisión, nueve micrófonos, dos teléfonos móviles y más de quince personas con libretas. Eso fue todo lo que pude contar antes de colocarme frente al atril.
- Buenas tardes. Lo primero es dar las gracias a los medios de comunicación por estar aquí; eso significa que están dispuestos a darnos voz y explicar toda la situación. Para los que no me conozcan soy la detective Samanta Ruiz, la mujer de la inspectora Jenkins – carraspeé la garganta – Quizás la esperaban a ella; pero es obvio que no se va a exponer a este juego mediático y absurdo en el que se ha visto envuelta. Y vengo a hablar, no como detective y agente del cuerpo; sino como familiar directa de Jessica – miré el folio dónde tenía apuntado todo y regresé la vista al frente – Desde esta mañana he escuchado en los informativos verdaderas barbaridades sobre ella; desde su relación con prostíbulos, fotos con distintas mujeres, la evasión de fondos del cuerpo y, lo último, su personalidad autoritaria y desobediente. Estoy segura que con lo que voy a decir aquí, no es sólo mi opinión; sino que la compartirán los más de dos mil agentes que han trabajado con ella a lo largo de toda su vida – tomé aire – En ningún momento, Jessica ha evadido fondos de la policía. La dirección de la policía, junto con mi aprobación, hemos puesto, a servicio de los medios de comunicación, el historial de Jessica durante sus más de quince años al servicio del cuerpo. Con esto queremos demostrar que su entrega ha sido siempre impecable e intachable; la vida de Jessica gira en torno al cuerpo – me encogí de hombros – Puedo asegurar que acabar con los delitos es su forma de vida; no cometerlos. Por otra parte, también ponemos a disposición las quince fotos que se han dado a conocer esta mañana de ella con otras mujeres. Estas fotografías son montajes. De la misma forma que el historial, también hemos facilitado una copia de las originales. En ellas figuro yo, no las mujeres que han visto a través de la prensa. Y puedo asegurar esto porque esas mismas imágenes, las he sacado yo misma. Jessica y la palabra lealtad, van unidas de la mano, se lo puedo asegurar. Y, por último, soy consciente de que mi mujer no ha llegado hasta dónde está sin hacer enfadar a alguien; y por ello, tanto ella como yo, sabemos que hay muchísima gente que pagaría por verla caer. Desde aquí quiero dejar claro que todo lo que se ha dicho de ella es falso y que vamos a llegar al fondo de todo este asunto, se ha abierto una cacería contra Jessica que no vamos a permitir; y estoy convencida que en unos días podremos aclarar todo lo que hoy está pasando. Muchas gracias.
ESTÁS LEYENDO
Miradas de amor.
Narrativa generaleLas relaciones son complicadas. El amor todo lo puede. Eso dicen, ¿no?