Fabrica de esposas perfectas #1. [Serie Esposas Perfectas]

Capítulo 18: ¿Emily o Star?

El silencio reinaba en la mansión de la familia Reynolds, sin embargo Star se despertó sin necesidad de alarma alguna y mientras se iba animando lentamente, los recuerdos de la noche anterior vinieron a su memoria, pero decidió no nadar en esas aguas peligrosas y lanzarlos a lo profundo de su memoria.

A su lado todavía se encontraba acostado en la cama un Sebastián aún preso de los brazos de Morfeo aunque eso no detuvo a Star de ver lo atractivo que se veía dormido, era una verdadera lástima que no estaría mucho tiempo así.

—Despiértate, tenemos que hablar. —dijo ella sacudiendo su hombro después de sentarse y darse cuenta de que todavía estaba desnuda, subió la sabana para taparse la desnudes.

Por su parte Sebastian se despertó recordando todo lo que había ocurrido la noche anterior, y solo pudo enterrar la cabeza en la almohada para evitar verle la cara a su prometida.

— ¿Qué tanto me odias hoy, después de lo que paso anoche? –dijo él con la cara en la almohada.

Una parte de ella no pudo evitar sentir ternura al ver a un hombre como él sentir vergüenza por las acciones de otra persona, pero no podía dejarle saber que no estaba tan molesta como se esperaría de una dama.

—Debo admitir que todo se nos ha salido de control Sebastian, yo nunca imaginé que así terminaría una cena en casa de tu madre.

Él se movió sacando la cara de la almohada, viéndola con una mirada divertida. —Quieres decir en casa de tu suegra.

Respondiéndole con una sonrisa ella dijo. —Ya no sé si quiero que ella sea mi suegra, para ser sinceros.

Eso fue todo lo que se necesitó para que Sebastian olvidara la diversión y se sentara recto en la cama, se pasó la mano por la cara como muestra de frustración.

—Entonces es mejor que no te diga, lo que pienso que ocurrió anoche.

— ¿Qué quieres decir, sabes quién es el responsable?

—Tengo una idea y no quiero decirte, ya las cosas están muy mal por si solas.

—No puedes decirme algo así y ahora no terminar de contarme.

—Está bien, te lo diré

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Emily sentía como su cuerpo era sacudido varias veces, ella amaba a Charly, pero era un dolor en el culo cuando todos los días trataba de despertarla, si algo ella amaba era dormir y lo que más odiaba era que la despertaran.

Ella siguió ignorándola para tratar de seguir durmiendo, Charly se cansaría con el tiempo. Pudo sentir como un cuerpo se subía a la cama y le buscaba el pulso.

Su pulso se descontroló en el momento que escucho los susurros de la voz de un hombre y que las manos de él le tocaban el cuello y un grito de terror puro salió de sus labios.

Ella estaba a punto de gritar otra vez cuando una mano le tapó la boca, instintivamente alzó su mano y conectó su puño en la cara del atacante, el dolor pulsó en su mano.

—Maldición, mujer. Controlate un momento. –gruñó en susurros el hombre.

Calmarse sería lo último que haría, nunca le dejaría el trabajo fácil a ningún violador, empezó a sacudirse y a patalear clavando sus uñas donde pudiese clavárselas al hombre, sus gemidos de dolor se escucharon, pero él no la liberó, uso todo su cuerpo para aplastarla, le estaba pasando la misma historia de terror que se contaba en los orfanatos, y sus hermanas habían sido testigos de estos crímenes, moriría antes de pasar por eso.