Capítulo 20: Un Desayuno en familia. Part 2/2

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Star bajo las escaleras los mas elegantemente rápido posible sin romperse en cuello en el camino y eso era un logro para admirar dado los zapatos de llevaba, Oliver la seguía servicialmente hasta que llegaron a la sala de espera, donde estaban ellas reunidas con Richard Reynolds, alias, su ex suegro.

—Tiene usted, una casa hermosa, Señor Reynolds. —se encontró diciendo Haylee, antes de que Nikki pudiera abrir la boca y joder las cosas.

Richard, podía notar la leve tención que había entre las hermanas y decidió seguirle la corriente. —Gracias, mi esposa tiene todo que ver con la apariencia de la casa, yo solo tuve que decir, sí o no, en lo que ella me mostraba. –termino con una sonrisa.

Star iba entrando a la estancia cuando vio la sonrisa maliciosa que se formo en los labios de su hermana.

—Vaya, es admirable de su parte admitir que solo fue el patrocinador en la construcción de su hogar, su esposa debe ser una mujer fuerte que tuvo que tomar todas las decisiones de importancia en esta famMargaretjo Nikki.

La habitación se lleno de un silencio, esperando la reacción de él.

Su primer pensamiento fue "mierda", con quien se ha juntado mi hijo, su precaria tranquilad había volado por la ventana, de eso no tenia duda alguna.

Echo la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada, los ojos se le aguaron.

Las hermanas, se quedaron petrificadas por su reacción. Richard después de calmarse y secarse una lagrima tomo un sorbo de su taza de café antes de responder.

—Hija, hablas como si existiera otra opción salvo la decisión que tome la madre de Sebastián, su palabra es ley en esta casa y soy lo suficiente hombre para admitir que soy totalmente culpable de ello. No sé decirle que no a esa mujer, ella lo sabe, yo lo sé y somos felices al respecto.

—¿Usted es un sometido? –preguntó con imprudencia Zara.

—El señor Richard es un hombre amado, que sabe complacer a su esposa en todos los aspectos del matrimonio. ¿No es así cariño? –dijo Lucía, caminando hasta donde su esposo.

Richard se levando llevándola hasta sus brazos, ella en respuesta tomo su rostro entre sus manos y le beso.

Sebastián y Emily entraron agarrados de manos, justo a tiempo para que él viera a sus padres besándose, y no pudo evitar voltear para ver a otro lado.

—Madre, por favor, deja de hacer eso. Tenemos visita.

—Chicos, deben aprender que una esposa feliz, es un matrimonio feliz –les informo Richard. —Vamos cariño, el desayuno ya debe estar listo y nuestras invitadas deben estar hambrientas.

Con eso todos los presentes se fueron al comedor, donde los esperaba un gran desayuno para toda la familia, sin embargo, Star, Emily y Sebastián, observaban la comida con recelo, solo basto una noche para nunca volver a confiar ciegas en la comida de su madre.

Una a una las hermanas fueron tomando los asientos, el padre de Sebastián se sentó a la cabeza de la mes, Lucia lo hizo a la derecha de su marido.

Haylee no perdió de vista como Star y Emily, se lanzaron por la fruta inmediatamente evitando a toda costa toda la comida, ella observo su plato y vio con sospecha la comida que llenaba la mesa, todo olía muy bien y se le apetecía un poco de todo, pero de mala gana solo se sirvió solo una ensalada de frutas frescas y un jugo de naranja.

Por su parte, Nikki que estaba sentada a su lado ajena todos los demás, se sirvió un plato lleno de cada dulce delicia que se encontrara a su alcance.

—No crees, que deberías ser un poco moderada hermanita –le susurro ella, para que los demás no alcanzaran a oírles.

Nikki se giro a verla mientras tomaba un gran bocado de huevos revueltos y salchichas fritas, el olor estaba volviendo loca a Haylee.

—Debería, tú lo has dicho. Pero esta comida esta buenísima y me muero de hambre, el decoro quedara para después –ella bajo la mirada al plato de Haylee y la miro con extrañeza—. ¿Solo comerás fruta? Eso es cosa de Zara, la quiero pero ella esta loca por la buena alimentación.

Ella estaba por responder cuando Lucia, tomo la palabra.

—Chicas, háblenme un poco de ustedes, me gustaría conocerlas a todas ustedes, ya que ahora seremos familia, en vista de que Sebastián no se ha tomado la molestia de hablarme de la familia de su novia, ni de la dulce Emily –terminó ella, lanzándole una mirada de reproche a su hijo.

Star se apresuró a tomar la palabra, antes de que sus hermanas hablaran demás, hasta los momentos, no había tenido la privacidad para hablar con ellas.

—Nuestra familia es muy interesante, y nos gusta ser muy privados al respecto, aunque debió haber escuchado de nosotras en algún momento, dado que nos movemos en los mismos círculos sociales.

—¿A qué te refieres Star? –preguntó Richard lleno de curiosidad.

Viendo que la conversación se volvía entretenida, Nikki decidió intervenir.

—Hace algunos años debió de haner oído el gran escándalo que ocurrió en la familia Blackwood.

—¿Blackwood? Oh querida debes disculparme, mi memoria es muy mala y depende de los círculos en que se muevan los miembros de esa familian -agregó Lucía.

—Nosotros somos esos los Blackwood, hace unos años nuestra abuela desheredó a nuestra madre, porque no estuvo de acuerdo con que nos adoptará -indicó Zara, tranquilamente. Aquella era una historia que habría viejos recuerdos.

El shock se reflejo en la cara de los padres de Sebastian, Richard fue el siguiente en interferir.

—Claro que sí, no fue mucho el impacto de ese suceso en el momento, pero alcanzamos a oír al respecto. Fue reprochable la conducta de la señora Blackwood con su hija Margaret, en ese entonces era solo una niña y asumió la responsabilidad de esas niñas.

Haylee sonrió con dulzura al escucharle.

—Oh, ya recordé. Esa mujer fue una gran luchadora, tomo una gran responsabilidad a una edad donde la mayoría de los jovenes solo piensan divertirse, se imaginan que de la noche a la mañana tengan que hacerse cargo de todo el conglomerado que heredo y a eso sumarle la adopción de unas niñas, es una locura. -Lucia tomo un sorbo de su jugo antes de continuar. –Aunque también escuche que se hace llamar Miss Margaret, si me preguntan, en lo personal creo que es un poco pomposo de su parte

Un silencio profundo lleno la estancia cuando todas las hermanas dejaron al unisono de comer, los utensilios fueron detenidos a mitad de movimiento, se podía sentir la tensión en aumento.

—Esa pomposa mujer a la que se refiere es mi madre, señora Reynolds. –especto Emily, poniéndose de pie y tirando la servilleta en su plato.

Continuara...

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Fabrica de esposas perfectas #1. [Serie Esposas Perfectas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora