Capítulo 4

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Plop... Plop... Plop. Hacían mis pies cada vez que pisaba aquellos charcos de agua, lo bueno es que no se empaparon, gracias a mis largas botas negras. A pesar de que la lluvia ya había cesado seguía con mi paragua rojo entre las manos. Mi abrigo me protegía del frio aire invernal. Yo iba a paso rápido, obviamente no quería llegar tarde a clases. ¿Clases?¿de danza? No !, para nada. ¿A caso pensaron que estaría todo este tiempo de vacaciones? Ya era la hora de entrar al colegio. Mi nuevo establecimiento se llama "Saint John School". Ya sé que suena algo sofisticado, o un colegio de la alta sociedad, pero créanme que no lo es. Encuentro difícil ser la niña nueva de la clase, hay cosas tan típicas de aquello, por ejemplo las malas miradas de algunas chicas, gente que se habla al oído, y la infaltable profesora malgenio con joroba y que habla retándote. Con el papel en la mano que decía "204" toqué la puerta de madera sin ninguna timidez, mientras sacudía mis pies aún mojados, para no entrar con un rio detrás de mío. Me abrieron la puerta bruscamente, era una profesora muy linda a mi parecer... Gracias al cielo -Pensé- Me hizo entrar y todos me miraron con una reacción curiosa, como estamos en Inglaterra aún se mantiene la antigua tradición de Presentarse delante de toda la clase. El único asiento desocupado estaba al final del salón, junto a una chica de aspecto amable, como no tenía opción allí me acomodé. Mi paragua lo dejé en el colgador de ropa. Mi abrigo junto con mi mochila los coloqué en mi asiento.

-Hola- Me dijo a la vez que estiraba su brazo en forma de saludo- Me llamo Chloe

-Hola un gusto Chloe - Contesté a la vez que le sonreía, me gusta la idea de conocer nuevas personas. Noté que unas chicas se secreteaban en el oído y miraban riendo hacia mí, odio que hagan eso, pero lo mejor es mirar para otra parte y no tomarlas en cuenta, definitivamente lo mejor que se puede hacer.- Soy "........" -Proseguí- Chloe usaba frenillos y lentes, tenía el pelo largo y con muchos rulos, parecía un poodle, tenía aspecto intelectual o como dirían algunas personas que les gusta hablar mal de la gente, aspecto "nerd". Me calló excelente, a pesar que solo le dirigí un par de palabras. Como primer día de clases me dediqué a recorrer los pasillos, obviamente sola, ya que no conocía a absolutamente nadie, en estos momentos me encantaría estar acompañada. Era un colegio ENORME por lo que si pasara todos los recreos de mi año escolar recorriéndolo, aun así no terminaría. Me mantuve cerca del salón, pues no me quería perder. Estuvo todo el día lloviendo, lo podía ver desde la ventana del salón, las gotas caían infinitas, me traían tantos recuerdos, nostalgias, y pensamientos que siempre son interrumpidos, esta vez por la voz del profesor que nos invitaba a retirarnos a nuestros hogares, coloqué mis libros en el bolso, me puse mi abrigo y ¡Excelente! ¿Y mi paraguas? En estos momentos no sé si es que es a propósito o accidental, me convence más la primera opción. Salí del colegio y a paso lento iba camino a mi casa, llegué a la esquina cuando pasó un maldito auto dando vuelta y me empapó en agua, dignamente seguí caminando y pensé... -Hoy no es mi dia-. Yo Iba con la cabeza gacha, lo que yo menos quería era encontrarme a alguien. Y como la dice la ley de Murphy... <<Si algo puede salir mal, saldrá mal>> Miré de reojo hacia adelante y vi a un chico con paraguas y abrigo, sin mirarle el rostro seguí y me tomó del brazo.

-Hey! ¿Querías hacerme la ley del hielo? Jaja

-Jaja -Reí sarcástica- Muy gracioso Skandar, permiso debo llegar a casa.

- Porque estás tan empapada - Me dijo, a la misma vez que me miraba de pies a cabeza-.

- Principalmente me robaron mi paragua y para colmo un auto me mojó de pies a cabeza. Me debo ir no quiero pegar un resfriado. - Contesté enojada, lo único que deseaba era largarme de la lluvia y por lo menos tomar un chocolate caliente para evitar enfermarme-

- No, no te puedes ir. Toma -Dejó su paragua en mis manos se comenzó a sacar el abrigo, hacía mucho frio y no podía creer lo que estaba haciendo-

-No! No te preocupes por mí. Enserio estoy bien.

-Ten mi abrigo. Sácate el tuyo no puedes llegar así te puedes resfriar.

-Ok- Me saqué mi abrigo y me coloqué el de él, me quedaba largo pero debo reconocer que se me fue inmediatamente el frio, se acercó a mí y me abrazó, colocó su paragua encima de ambos y me acompañó a casa. Nunca un chico había sido tan caballero y tan cariñoso conmigo. Definitivamente el vale la pena. Llegamos a casa y le devolví su abrigo, antes de despedirse se acercó a mi oído y susurró algo, algo que lamentablemente no entendí. Cerré mi puerta y corrí inmediatamente a mi alcoba. Me coloqué mi chaleco e inmediatamente miré por la ventana. Iba caminando lentamente, miró hacia mí y me tiró un beso. Le respondí con lo mismo, a la vez que en el vidrio empañado hice la figura de un corazón. Me senté en el borde de la cama al tiempo que miraba la lluvia caer... Me hacía tantas preguntas, pero la más importante fue.... ¿Me estaré enamorando de mi mejor amigo? Mi conciencia no lo pudo responder, suspiré y dejé que mi cuerpo se tienda en la cama.

Clavado en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora