Clavado en mi corazón

Capítulo 1

¿Alguna vez te ha pasado que has hecho una promesa, y terminas no cumpliéndola?¿Te dio cargo de conciencia el no poder cumplirla? ¿Te arrepentiste? Pues, claro. Creo que a todos les ha pasado alguna vez en su vida. Aquella culpabilidad que se siente, en que puedes defraudar a aquella persona.Y... si en esta oportunidad, que juraste una promesa, eras pequeña... ¿sería lo mismo?¿Te daría lo mismo si es que ahora estás más grande? Pues, muchas de ustedes pensarán, ¡Claro que no! , éramos pequeños y no sabíamos con exactitud que hacíamos... Si es que así razonaste, claro, tienes razón. Aunque hayan personas que no crean lo mismo... ¿Qué te parece que recordemos algunos sucesos, para poder entender mucho mejor al punto en el que quiero llegar?... Aún recuerdo ese día de primavera. Aquí en Inglaterra era la segunda estación más hermosa del año. Pues claro, la primera era el verano. Nosotros éramos unos simples niños. Inocentes, traviesos, y pequeños niños. Tendríamos alrededor de 6 años. Íbamos corriendo por el pasto, yo por mi parte, Iba más atrás que el. Los hombres generalmente son más rápidos que las mujeres.

-Apresúrate "____"! - Me gritaba con su aguda voz, el iba muy adelante, y era impresionante que después de haber corrido tanto no esté cansado y siga con esos ánimos.

-Skandar! Estoy muy cansada,¿ a dónde me llevas?- Le grité, en esos momentos vi que él señaló con su dedo índice un gran árbol , con un enorme tronco , y todas sus hojas colgaban de finas ramas . Recordé que mi abuelo antes de fallecer hace unos meses me había mencionado que era un árbol que lloraba, aunque no recordaba muy exactamente el nombre. Cuando lo vi, me dio la impresión que faltasen kilómetros para llegar ahí, cuando solo me quedaban un par de metros- -¡Te dije que te apures! - Replicó nuevamente, viendo que me quedé parada viendo aquella enorme planta a la que debía dirigirme. Cuando por fin llegué a su lado, un tanto cansada, me tomó suavemente la mano y me sentó en una de las raíces que sobresalían del suelo.

-Qué lindo lugar -Mencioné, mientras veía como los últimos rayos del sol iluminaban las bellas hojas colgantes- Y, ¿Para que me trajiste aquí Skandar? - Le pregunté, nos miramos a los ojos, esa fue la primera vez en que se los miré tan detalladamente, y como ambos eramos tan chicos, aún no me atraían los niños

- "..........",¿ Te puedo preguntar algo? - Lo dijo con un tono bajo , mirando hacia el suelo-

-Pues, Claro -dije en un susurro, no estaba segura de que me iba a proponer, pues, hasta ese entonces, el era mi mejor amigo, era mi vecino. ¿En dónde vivíamos? Pues, sinceramente, no lo recuerdo. Solo sabía que vivíamos en Inglaterra, otros detalles, se borraron de mi memoria. Skandar se puso nervioso de un momento para otro, yo no entendía el porqué, ya que solamente me había planteado una pregunta. De repente las palabras surgieron de sus labios y me dijo:- "¿Te puedo dar un beso?"-. ¿Un beso?... Hasta ese segundo no estaba segura de lo que me estaba pidiendo. Era evidente, éramos tan pequeños y nunca había dado uno. Mi respuesta fue: -"Ok"-. Un simple y cortante "ok". Recuerdo que nos acercamos tímidamente, el tocó mi mano que estaba apoyada sobre la raíz a la que estábamos ambos sentados. Nuestros labios se comenzaron a juntar, fue un beso muy dulce a mi parecer, más bien que beso, fue un "besito". Como muy niña que era , me quedé un tanto confundida, ya que pensaba que solo eso lo hacían los adultos, por mi parte, di un pequeño suspiro y señalé -"fue muy lindo"-Me miró directo a los ojos y dijo: -¿Me puedes prometer 2 cosas? Vacilé pensando en decirle un "depende de que sea ", pero preferí el quedarme callada, y escuchar atentamente su petición - Claro- Fue mi respuesta.

- Prométeme que esto quedará entre nosotros - Acercando su diminuto dedo meñique hacia mi, pues supongo que quería jurar por "la garrita"

-Está Bien, Nuestro secreto estará a salvo - Lo dije en modo de risa, cuando estaba a punto de sellar la promesa con el meñique el alejó su dedo de mi y replicó: "Pero falta una cosa" - me dijo con su blanca sonrisa inocente- Júrame que seremos mejores amigos por siempre. Lo miré y le dije "Para toda la vida". Esa es una de las únicas cosas que más recuerdo en mi infancia con Skan, Pues como olvidarlo si fue cuando yo di mi primer beso. Se preguntarán ¿Otro recuerdo? Bueno, en este si es que no me equivoco tenía alrededor de 7 a 8 años, no había pasado mucho tiempo desde aquel famoso primer beso.

Este día lo recuerdo con muy poca claridad. Estoy segura que llevaba un bello abrigo rojo que me llegaba hasta las rodillas más o menos, un gorro blanco de lana tejido por mi abuela, jeans y brillantes botitas negras. Pues si, como lo habrán adivinado hacía mucho frio en Inglaterra, el invierno es muy crudo aquí . Ese día estaba lloviendo a cántaros, mi familia y yo nos íbamos a vivir a Briston, que también quedaba en Inglaterra. En ese momento sentí una pequeña vocecita que decía.

-¡Ven!- Me di vuelta y mire para todas partes, reconocí que era de Skandar, pero no tenía claro de dónde venía su voz. De repente vi una mano que salía del armario, y hacía señas para que me acercara. Entré allí un poco asustada, ya que le tenía un poco de miedo a la oscuridad y el encendió la luz de una linterna.

- ¿Volveré a verte "..........."? - Me preguntó- Yo sin siquiera saberlo me encogí de hombros y moví la cabeza hacia los lados, en modo de negación.

- Pero... -Le Agregué- Quiero que tengas algo si es que no vuelvo a verte. -Me le acerqué tímidamente, podía sentir lo nervioso que él estaba, me le acerqué, y le di un pequeño beso en la mejilla, en señal de despedida- -Gracias -susurró, yo le sonreí. Acto seguido, recuerdo haber estado en un coche, las gotas de lluvia chocaban con el vidrio de la ventana , explotando y deslizándose por ella , haciendo que yo no pueda ver con mucha visibilidad el exterior , no diferenciaba mucho los rostros , solo el de uno , el de Skandar. El coche prendió el motor y comenzamos a partir, como única persona a la que pude visibilizar, vi a Skandar despidiéndose con su pequeña mano y con la otra tomaba la de su madre. Yo hice lo mismo, hasta que desapareció en la lejanía y terminó en adiós-.