Deshojaba margaritas y
fumaba cigarrillos.
Uno,
dos,
tres,
intentando saber
si lo que sentía estaba bien.
¿Era correcto querer
que te abracen y no te suelten?
¿Era correcto querer desaparecer
de este mundo y nunca más
volver?
¿Era correcto sentir y pensar todas esas horribles y hermosas cosas que pasaban por su cabeza a la vez?
El cigarrillo se apagó,
la margarita se deshojó
y la chica murio
sin saber
si era capaz de hacer
esas cosas o no.
