Mi vida

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"Me desperté gracias a los rayos de sol que se filtraban a través de mi ventana, abri los ojos lentamente, y, con toda la energía del mundo, me encaminé felizmente hacía mi cuarto de baño"

A quien quiero engañar, me desperté gracias a los ruidos irritantes que hacía mi madre cada vez que golpeaba mi puerta, hasta que al parecer, recordó nuestras llaves de repuesto (que inteligente eres, madre), ya que abrió mi puerta y comenzó a darme un sermón.

-¡Spencer Baker, son las 7 a.m, llegarás tarde a las clases!- Dijo mi madre, la inigualable Kate Baker, con la cara como un tomate, a punto de estallar de la ira.

Se preguntaran, ¿Por qué mi madre me grita como si no hubiera un mañana, cuando solo son las 7 a.m?

Bueno, sus padres se pueden enfadar con ustedes al levantarse a las 3 p.m un lunes, mi madre se enfadó conmigo un sábado en el que me desperté a las 6 a.m.

Como se podrán dar cuenta, ser hija de la bailarina clásica más reconocida de New York tiene sus altas y sus bajas, como por ejemplo, levantarse a las 6:30 a.m un lunes, desayunar e ir al teatro, ensayar por 4 horas, "almorzar", y seguir por 8 horas más, siempre y cuando a mamá no se le ocurrá dejarme ahí por otra hora, ya que mis piernas solo llegan a los 180 grados.

No se imaginan como es los fines de semana.

Tuve que dejar el instituto para poder concentrarme más en mi carrera de bailarina, ya que eso me "distraía mucho" y no lograba "perfeccionar mis técnicas". Papá, como un robot, acepto la petición de mi madre, diciendo que estaba completamente de acuerdo y que hacer las dos cosas a la vez solo iba a traer problemas. Idiotas.

En sí, mis rutinas se basan en eso, dormir, bailar y dormir.

-Ya voy- Dije, o más bien balbucee, ya que me tape la cara con la almohada, anhelando que cuando la sacara, esa mujer llamada madre desapareciera.

No lo hice muy bien, ya que al retirar la almohada de mi cara, mi madre seguía mirándome furiosa, esperando que me levanté.

Y así lo hice, me levante a regañadientes, y lentamente me encamine hacía el baño, para tomarme una refrescante ducha antes de estar encerrada en un teatro por 10 horas.

Fall in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora