Haikyuu!! • Lemons

Sawamura Daichi - Omegaverse AU

Si se pudiera definir a la vida con un color, la tuya era gris. Gris oscuro, para ser más preciso y pesimista.
No es como si estuvieras a la deriva como barco sin veleta, pero tampoco la tenías resuelta. Tan solo era... aburrida.

Exhalando una gran bocanada de aire te sientas en uno de los pupitres que daban al patio.

Como la mayoría de la población, habías venido al mundo con el genotipo de Beta.
Tus notas eran promedio, tus habilidades eran promedio, el futuro que te esperaba era promedio.

Promedio.

Era la palabra perfecta para definir lo que sentías. Tu destino ya había sido preescrito por quién sabe quién y ni siquiera tenías la libertad de elegir al amor de tu vida.

"Los Beta no pueden enamorarse de nadie más que de otro Beta" escuchas a tu madre atentamente. "Los Alfa y los Omega deben permanecer juntos, así son las cosas hija mía".

"No somos especiales, no formamos vínculos de por vida."

¿Qué quiso decir aquella vez? ¿Qué por ser de esta forma no puedes forjarte tu propio camino? ¿Qué debes vivir toda tu vida conforme a lo que los demás esperan de ti?

Pura mierda.
El amor no se elige, y tu mejor que nadie sabías aquello.

Tu corazón pegó un brinco cuando tus ojos hicieron contacto con aquella figura a lo lejos, Sawamura.

Sin embargo, sabías lo que tu madre había intentado decirte.
Tan rápido como tu corazón latió, igual de rápido se estrujó al verlo sonreír.
Ella no quería que salgas lastimada.

Sus ojos te observaron desde abajo y ampliando su sonrisa te saludó. Tus rasgos se relajaron y una pequeña risa escapó de tus labios. "Buen día" gesticulas con tu boca mientras levantas la mano.

Como Beta, lo único que podías hacer era sentarte y disfrutar el show.
Esperar a que Daichi encuentre al Omega indicado y formen pareja, nada más.

"Kiyoko-chan ¿Has empezado a estudiar para los finales?" preguntas mirando a tu amiga con cara de perro mojado, haciendo que esta arquee una ceja.

"Ayúdame con Matemática ¡te lo pido!" suplicas juntando tus manos con las de ellas. "Yo pongo la casa. El sábado mis padres no están y no llegan hasta el lunes, así que te puedes quedar a dormir. ¿Sí?" Dices alargando la última sílaba y revoloteando tus pestañas.

Llevando los dedos a sus anteojos, los acomoda. "Está bien, acepto" responde con un tinte de picardía. ¿Qué se traía bajo la manga?

Habiendo terminado la última clase del día, la acompañas hasta la puerta del gimnasio y dispuesta a irte, pegas media vuelta.
"¡(T/N)-senpai!" escuchas gritar a Hinata desde el interior del edificio, mientras a todo galope se acerca hacia ti. "¡Hey pequeñín! ¿Cómo va todo?" dices sacudiéndole la melena pelirroja.
Un notable sonrojo se forma en las mejillas del más joven ante el contacto, haciendo que Tsukishima y Tanaka se rían de él.

Una sombra eclipsó su rostro y como si hubiera visto un fantasma su cuerpo endureció. "¿Por qué no estás practicando?" escuchas a alguien decir a tus espaldas. Intentando justificarse con oraciones intangibles, sus pies despegaron vuelo dentro del gimnasio, al mismo tiempo que con un grito se disculpaba.

"Hey Daichi" lo saludas dando media vuelta.
"Hola (T/N)".

¿Qué le pasaba? Parecía estar más nervioso de lo normal.
Sus manos jugueteaban dentro de los bolsillos de su chaqueta y a medida que más pasaba el tiempo más rojas se ponían las puntas de sus orejas.

"¿Sucede algo?". Dudaste si debías preguntar, pero tu ingenio podía más.

"Yo... emm... necesito decirte algo" dice sobresaltado y elevando la voz.
Carraspeando la garganta y retomando su compostura te mira. "Pero no puedo decirte ahora, ¿te molestaría esperar a que terminen las prácticas?".