Caballero al rescate - Oikawa Tooru

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Las campanadas provenientes del pasillo te sacaron del ensoñamiento en el que te encontrabas.
Las sillas del aula comenzaron a rechinar formándose un barullo de risas y charlas, indicando que era tiempo de ir a almorzar.

"(T/N)-chan, ¿trajiste algo para comer? ¿O vamos a la cafetería?" preguntó Amane, tu mejor amiga.

"No te preocupes, traje mi obento así que si quieres podemos sentarnos afuera" respondes entre bostezos y estiramientos. Levantarte temprano no era una de tus mejores cualidades.

Una cálida brisa de verano golpeó tu cuerpo. Las copas de los árboles con su total esplendor se hamacaban al son del viento, y las cigarras contentas con el sol cantaban su ya conocida canción.
Inhalando aquel aire fresco, se forma una sonrisa en tu rostro mientras tus pies se dirigían a aquel pequeño banco en la sombra. Juntas se sentaron y comenzaron a abrir sus loncheras, dejando al descubierto una paleta de colores caseros.

Realización iluminó tu mente.

"Diablos Amane, me olvidé que estamos al lado del gimnasio" susurras en voz alta dispuesta a levantarte.
Una mano se asoma por tu costado para robarte una salchicha con forma de pulpo.

"¿Qué decías?"

Aquella voz.

"¿Ahora qué quieres Oikawa?" Lo miras con una mueca y alejando tu tupper de su alcance.

Una sonrisa amplia se formó en su rostro y extendiendo su mano revolvió tu cabello, produciendo que tu corazón de un vuelco en tu pecho. "(T/N)-chan" dice alargando la última sílaba y fingiendo tristeza. "¿Por qué dirías algo tal cruel?"

Así era Oikawa Tooru, una pesadilla.

Lo conocías desde la escuela media, desde aquel día en donde accidentalmente chocaste con él cuando acarreabas unos pesados libros. A partir de ese momento no pareció poder dejarte en paz con tu vida. Siempre andaba alrededor tuyo como una mosca, intentando que le prestaras atención.
Lo peor es que siendo un chico con fama de galante, te habías ganado el odio de todas sus seguidoras.

No obstante, no podías dejar de quererlo.
Sabías que una relación entre ustedes sería imposible, especialmente con la competencia dentro del campo de juego. Por lo tanto, lo mejor que podías hacer por ahora era alejarlo de ti.

"¿Podrías dejarnos tranquilas? Estamos tratando de comer y tu presencia me da mal sabor" refunfuñas entre dientes.
A pesar de haber hablado por dos, tu amiga parecía más que contenta con la compañía. ¿Quieres una servilleta para limpiarte esa baba Amane?

"Oh vamos, sé que me adoras" dice tomando tus mejillas entre sus dedos y dándoles un pequeño pellizco. Rodando los ojos y apunto de responder fuiste interrumpida por alguien más.

"Hey Shittykawa, déjalas en paz" escuchas decir a su mejor amigo. El cual agarrándolo del borde de la camisa lo arrastra para alejarlo de ti.

"Gracias Iwaizumi-san" gritas mientras ambas figuras se pierden en la lejanía. No obstante, no tardó en lanzar un último guiño antes de desaparecer en una esquina.

"Si estamos todos de acuerdo, nuestra clase hará un maid café para la feria" anuncia el delegado haciendo que todos se quedaran mudos.
Las chicas comenzaron a cuchichear y reírse entre ellas, y los chicos se golpeaban los brazos y se empujaban entre carcajadas.

"¡A los que les parece conveniente, levanten la mano!".
Más de medio curso se sumó a la propuesta, mientras que tú desinteresada te hundías en el asiento con un largo suspiro. Genial, comenzaba el infierno.

Allí estabas, recta y estirando los brazos en forma de cruz para que con la cinta métrica te midan la cintura. Todavía no entendías cómo hicieron para que aceptaras ser camarera, seguramente había sido a la mañana cuando te encontrabas medio dormida.
Algunas compañeras se encargarían de diseñar los disfraces mientras que otras harían la decoración.

Haikyuu!! • LemonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora