❆ Capítulo 1

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Advertencia: los sucesos están separados por fechas, historia cliché, y puede ser un tanto confuso.
¡Disfruten la lectura!

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❆ Pareja principal: YoonSeok
❆ Menciones: NamJin; TaeKook
❆ Imagínenselos así:

❆ Pareja principal: YoonSeok❆ Menciones: NamJin; TaeKook❆ Imagínenselos así:

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Jueves, 7 de Setiembre

YoonGi nunca solía estar seguro de las cosas que pasaban. Para él, todo era demasiado complejo como para asegurarse que existía algo real. Algo que no fuera cambiante. Porque todo era relativo. 

Como el color negro o el blanco. Podían significar ausencia, así como también presencia, pero aún sin clasificarlos como algo, seguían existiendo de la misma forma. Era relativo.

Sin embargo, cuando tomó aquella ruta detrás de la escuela cuando volvía a casa... Algo cambió. 

Lo supo en cuanto en su visión monocromática, una explosión de amarillo se apoderó de todo. Y fue como una especie de efecto dominó; primero vio su pelo, tan brillante como el amanecer, pero opaco como el oro sucio. Luego vio sus ojos de un profundo color marrón que le supieron más a chocolate que a tierra, y por último...

Su corazón se volvió errático, y por primera vez, Min YoonGi estuvo seguro de algo. 

Estaba seguro de que haberlo visto, no había sido solo una coincidencia; y estaba seguro de que ese color azul que había visto en aquél chico era el color más hermoso que había visto jamás. 

Viernes, 8 de Setiembre

Durante toda la noche se había imaginado cómo sería estar cerca de ese color azul. Poder tocarlo y llenarse de él como una llave de agua rota. Cubrir todos sus espacios en blanco como un lienzo y nunca cansarse de él. Eso era todo lo que YoonGi deseaba.

Por ello, luego de salir de la escuela, volvió a pasar por ese mismo lugar, con altas esperanzas de verlo otra vez. 

Cuando llegó exactamente en el punto entre los dos edificios, dónde se hallaba una especie de banco junto a un portón de alambre, sus anhelos se desvanecieron al solo encontrar una mujer dándole de comer a unas palomas. 

Ignoró el color vago que desprendía ésta, y volvió a su casa con la vista clavada en sus zapatos desteñidos.


Lunes, 11 de Setiembre

Durante el fin de semana, a pesar de que tuviera que inventar excusas y que tuviera que ver el color morado varias veces entre toda la porquería gris que era su casa, logró descubrir que su azul solía ser un bailarín callejero cerca del centro de Gwangju. Lo había encontrado justo cuando se estaba preparando para empezar otra ronda de baile; y se había quedado embelesado mirándolo entre la multitud. 

No se había atrevido a acercarsele, ni mucho menos hablarle y preguntarle su nombre.

Temía que ese vibrante azul se fuera en cuanto conociera a alguien como YoonGi. Por tanto, se conformó con mirarlo moverse tan ágil y elegante, y sonreírle a la gente que se acercaba a dejarle dinero. 

YoonGi lo habría hecho también, sino fuera porque había notado lo rojizos que se veían los dedos del chico, y como la piel empezaba a descascararse a causa del frío.

Tuvo una idea, y tan solo se quedó admirando su presentación hasta que hubiera terminado.

Esperó pacientemente porque fuera lunes para tomar la ruta que se había hecho suya hace tres días atrás. 

Mientras trotaba hacia el lugar, sujetó con fuerza su uniforme contra su cuerpo, como si de alguna forma fuera a ocultar su color.

Dobló la esquina, y él estaba ahí. Su pelo rubio estaba peinado ligeramente de costado, y tanto sus mejillas como nariz estaban teñidas de carmín. Estaba sentado en el banco donde había estado la mujer el viernes, con un pedazo de pan entre sus dedos cuarteados.

No vio a YoonGi llegar por detrás, por lo que se vio ligeramente asustado cuando el de cabello negro arrastró sus pies como de costumbre.

Los ojos marrones del chico lo observaron con atención cuando YoonGi se le acercó y extendió un brazo hacia él, pasándole algo.

Su azul miró el objeto con confusión, antes de estirar los dedos lentamente hacia él.

—Te vi bailando en el centro.— dijo torpemente YoonGi. El azul que desprendía el otro era demasiado.—...Y creí que te servirían, si pasas mucho tiempo fuera.

El chico tomó lo que le estaba pasando, mirándolo como si no lo creyera.

—¿Guantes?— preguntó él, y YoonGi sintió que una parte de él se derretía al escuchar su voz. Era la personificación de su color. Azul. Frío, pero a la vez confortante.—Uh, gracias, niño.

—¿Como te llamas?— YoonGi escupió sin darse cuenta. El rubio se le quedó mirando, atontado y extrañado por la pregunta repentina. 

Tanto se le quedó mirando, que el de cabello negro se encontró sintiéndose cohibido al recordarlo. Alguien como su azul no debía relacionarse con alguien como él. Actuaba como un idiota al pensar que podría interesarle YoonGi.

Sacudió la cabeza y dio una reverencia.

—Lo siento. Debería irme. Em... Sobre los guantes... No es nada.— comenzó a caminar hacia atrás.—Adiós.

Se fue antes de que pasara algo más. Pero YoonGi estuvo seguro de otra cosa ese día. 

Aquél adiós no había sido de ninguna forma verdadero.

COLORS 『 YoonSeok 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora