Odio lo que me haces recordar ~ Zed x Kayn

Regreso

La noticia del regreso de Kayn había llegado a los oídos de Zed casi al instante.

Apenas se enteró aceleró su paso al salón principal.

Zed hace dos años había dejado de usar su yelmo todo el tiempo; Por lo que al encontrarse con Kayn, su sorpresa no fue ningún secreto.

Zed estaba desconcertado.

Aquella figura frente a él, de piel pálida con marcas sombrías en todo el cuerpo era Shieda Kayn.

Su cabello caía suavemente por sus hombros, cual cascada negra. Sus ojos de un color azul intenso emanaban un brillo sin igual, casi parecía una divinidad.

Incluso notó que había crecido un poco, también su cuerpo estaba más desarrollado.

Sin duda alguna, era el hombre más hermoso que había visto en su vida.

Por otra parte, Kayn al encontrarse con Zed sintió como su estómago se contraía, pero se mantuvo firme y le dedicó una pequeña sonrisa un poco engreída.

—Tantos años, Zed. — Incluso su voz tenía un ligero eco.

Zed no contestó de inmediato.

—Shieda... Tú... ¿Estabas vivo? ¿Todo este tiempo...? —

Kayn frunció el ceño.

—Deja de decirme Shieda. Es Kayn, para ti y para el resto. —

—Kayn. — Corrigió. —¿Haz logrado deshacer la corrupción? —

—¿Me estás tomando el pelo o qué? — Respondió molesto. — Me estás observando ahora mismo, deja de preguntar cosas obvias. —

Zed no sabía como reaccionar ante el prepotente carácter de Kayn.

—Estoy aquí por una razón. Ya deberías saber cual. — Volvió a hablar.

Zed se acercó lentamente. Sus ojos color carmesí se encontraron con la electrizante mirada de Kayn que no iba a titubear en ningún momento.

—Quieres convertirte en el nuevo líder. —

—Así es, fue nuestro acuerdo. —

El albino frunció el ceño.

—Apareces después de cinco años mientras te daba por muerto, ¿Y quieres que te ceda la orden? ¿Ahora mismo? —

—Tu mismo espetaste que no querías verme nunca más. — Recalcó—Teníamos un trato. DEBES CUMPLIR, si no quieres que sea por las malas. —

—¿Vas a matarme? —

La mirada de Kayn era tan fría que podía congelar a cualquiera, mas la pregunta lo había estremecido secretamente. No era lo que quería.

—Si tengo que pelear por lo que me corresponde por derecho, que así sea. —

—Esto se puede conversar con el tiempo. Por ahora, deberías decirme qué te pasó durante estos cinco años. —

—¿Qué me pasó? Eso no importa. No desvíes el tema, tampoco me tomes por idiota. —

Antes de que Kayn se alterace aún más, unas manos tímidas tocaron sus piernas.

El niño que estaba sentado en el suelo, se había parado con el fin de culminar la pelea. Se escondía detrás de Kayn mirando a Zed fijamente.

—Vuelve a tu lugar. Los adultos están hablando. — Ordenó Kayn.

El niño de pelo platinado negó con la cabeza y corrió a aferrarse a la pierna de Zed.

Kayn lo miró desconcertado.