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CAPÍTULO SIETE – Un nuevo reinado

—¿Fiesta? ¿en día de semana? —Lalisa soltó una carcajada dando un sorbo a su bebida. —¿En serio piensas que aceptaré? —Preguntó entre risas al sentir a la menor jalando de su brazo y un adorable puchero adornando sus finos labios. —Joowonnie-ah~ —La menor le dio la espalda, actuando ofendida, la tailandesa la rodeó con sus brazos para llamar su atención, pero falló. —Dame una buena razón para ir, y lo reconsideraré. —Eso sí pareció captar su atención, porque pocos segundos pasaron y Joowon ya tenía una ladina sonrisa que provocó un leve escalofrío en la mayor, de verdad estaba decidida en arrastrarla a esa fiesta.

—Lalisa, amiga preciosa —La recién mencionada elevó una ceja por el extraño comportamiento de la menor, pero no dijo nada y prefirió continuar observando que se traía su amiga. —Llevas un mes en esta escuela, y solo te hablas conmigo, ¡habiendo personas tan interesantes en este lugar! —Diría que estaba exagerando la situación, pero por más vueltas que le diera, la menor no mentía, había tantas personas que llamaban su atención en esa escuela, ¡y no hablaba con ninguna de ellas! Tal vez el primer punto que Joowon decía no era muy alejado de la realidad. —Esta fiesta puede ser tu oportunidad de conocer a alguien que llame tu atención, incluso puedes encontrar a alguien para algo más que una amistad, porque, por favor, ¿qué es una fiesta sin algo de locura y calentura? —La sonrisa pícara en el rostro de Joowon la hizo reír, esa chica le haría pasar un buen rato sin problema alguno. —Así que, ¿quieres ir a pasar una buena noche hoy? —El guiño terminó de convencerla, tuviera ganas de ir o no, si podía verla feliz por acompañarla, no se negaría a ir, asintió y rodeó el cuerpo de la contraria cuando no pudo contener su emoción y saltó a sus brazos para abrazarla. —¡Gracias, gracias, gracias! —Besó su mejilla y se levantó de su asiento. —Debo ir al salón a repasar, ¡nos vemos! —Dejó otro beso en la mejilla de la mayor y salió corriendo hacia los pasillos que llevaban al salón, Lalisa no pudo contener una risa por la adorable actitud de su amiga, era como darle un regalo a una niña pequeña.

—Mi mamá va a matarme, Joowon-ah —Carcajeó tomando la bandeja de comida entre sus manos y dejándola junto a las demás bandejas sucias, sintió una mano sobre su muñeca. —¿Sooyoung? ¿sucede algo? —Sonrió, aunque aún estaba confundida por la repentina aparición de la mayor.

—¿Debe de suceder algo para que venga a verte? —Una preciosa sonrisa se mostró en los labios de la recién llegada. —Se me hizo imposible no oír que irás a la fiesta hoy —Enganchó su brazo con el de Lalisa mientras comenzaba su camino hacia la salida.

Sooyoung se movía con gracia, sus largas piernas eran imposibles de ignorar y el atrayente movimiento que sus caderas hacían provocaba que una parte de su cerebro dejara de funcionar de manera correcta, su brazo libre cayendo a su lado, aunque no la parte más llamativa, no se interponía en los hermosos movimientos de la mayor, volviendo todo un seductor y delicado baile a la vista de cualquier persona, y Lalisa no era la excepción entre ese grupos de personas que caían ante los encantos de esta, podría considerarse como una de las más afectadas. Pero no estaba bien. Quería encajar, y no podría hacerlo si sus gustos se iban para aquel lado, debía mantenerse en el lado correcto.

—¿Lalisa? ¿me escuchaste? —El semblante de Sooyoung pareció fruncirse por segundos, pero cuando los ojos de la tailandesa volvieron a fijarse en ella, una enorme sonrisa llegó con rapidez. —Te decía —Detuvo su caminar a pocos centímetros de la puerta, plantándose frente a la más joven. —Debes juntarte con nosotros en la fiesta —Su boca se acercó a su oreja, causando un leve escalofrío en ella al momento de comenzar a hablar. —Tengo varias personas que te podrían interesar —Giró su cabeza lo más disimuladamente que pudo para visualizar el grupo de amistades de Sooyoung, y no iba a negar que había varias personas que acabarían fácilmente con su respiración en un instante. —Te veré en la fiesta —Acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja, luego, a paso lento comenzó su camino de regreso a la mesa, Lalisa, a nada de abandonar el comedor, fue detenida por la melodiosa voz de Sooyoung. —Espero ver tu mejor atuendo esta noche —Con una última sonrisa, miró a la menor y volvió a su anterior acción.

〝 bones ; jenlisa. 〞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora