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CAPÍTULO TRES – Una nueva cara

—¡Ten un buen día en la escuela! —Cerró de un portazo la puerta de salida, estaba segura qué aquella inmensa sonrisa en los labios de Taeyeon se había borrado al notarla lejos

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—¡Ten un buen día en la escuela! —Cerró de un portazo la puerta de salida, estaba segura qué aquella inmensa sonrisa en los labios de Taeyeon se había borrado al notarla lejos. No podía soportar un día más en esa casa, su presencia la agobiaba.

Su padre no se había dignado a hablarle en lo que quedaba del fin de semana, por lo que lo no se sentía a gusto estando cerca de él, de ninguno de ellos, más bien. Pero ya era lunes, no sería su día favorito, pero si era su escapatoria de aquella casa de la locura. Comenzó a caminar hacia la escuela, era un trayecto algo largo, pero no le molestaba, debía de hacer ejercicio de alguna manera, el hecho de no tener permitido realizar actividades físicas la atormentaba. Su madre era capaz de demandar a la escuela si no se le cumplía lo que pedía, exigía que su hija no realizara ningún tipo de actividad física, diciendo que era una orden dada por su médico, y aunque era cierto, agregó miles de cosas que no eran ciertas, pero consiguió que la escucharan.
Tomó una gran bocanada de aire, comenzaba a divisar el edificio de su escuela a lo lejos, rogaba porque ese fuese un buen día, aunque nunca lo eran, siempre sucedía algo. La anterior semana había sido llamada por la directora de la escuela, ella le explicó la razón por la cual había decidido hablar con ella, según ella, unas chicas le había contado que ella había estado haciendo cosas "inapropiadas" y "repulsivas", aunque era obvio que aquellas chicas no habían llamado su actitud con esas exactas palabras, sabía a qué se refería, aunque fingió no entender, básicamente aquellas chicas le habían dicho a la directora que ella estaba vomitando el almuerzo, cuando no era así en realidad. Estaba segura qué, en esa escuela todos conocían a Jennie, aunque sea por alguno de los horrendos apodos que la gente a su alrededor le ponía. En unos años terminaría la preparatoria, se alejaría de todas las personas de allí y no los volvería a ver, ese era su plan, y pensaba seguirlo al pie de la letra, nadie podría cambiar su pensar.

Entró al salón, un incómodo silencio se hizo presente al instante en el que atravesó la puerta, no faltó mucho para que las risas y los murmullos comenzaran, ¿por qué no podían meterse en sus propios asuntos? Recostó su cabeza sobre su banco y cerró sus ojos, había pasado una mala noche, pues su padre y Taeyeon había tenido una "pequeña" discusión. Aunque no tenía claro el tema de su discusión, recordaba la irritante voz de Taeyeon gritando todo tipo de insultos, también recordaba como su padre se mantenía callado, parecía estar de acuerdo en un principio, hasta que salió de la casa, sin decir nada a nadie, dejando a ambas solas. Esa mañana, al bajar, se encontró con Taeyeon sentada en la cocina, su semblante era completamente serio, no había siquiera una pequeña sonrisa, tosió intentando hacerse notar, levantó la cabeza forzando una sonrisa, Jennie sabía que esa sonrisa era un intento, fallido, por mantener su imagen perfecta y alegre. Sin más, había dejado la casa.

—Buenos días, alumnos —Todos se levantaron de sus lugares haciendo una veina hacia su profesor, en este caso, de matemáticas. -Tomen asiento —Todos obedecieron su orden, volviendo a sentarse sacando sus cuadernos y libro. —No quiero ver gente dormida de nuevo, ¿oyeron? —La mirada de su profesor fue hacía varias personas en específico, y aunque ella no formó parte de esas personas, sabía que en especial iba dirigido para ella. —Comenzaremos un tema nuevo —Y así siguió la clase, sus párpados pesaban, quería cerrarlos y dormir, pero sabía que sería regañada. En el receso podría dormir, posiblemente.

〝 bones ; jenlisa. 〞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora