31.Capitulo: De alta

4 0 0
                                    

LAURA:

Al día siguiente, Blas y yo despertamos y sin despertar a nadie decidimos volver al hospital.

Primero visitamos a Charo que aun dormía y luego pasamos por la habitación de David.

Al parecer había despertado durante la noche o eso nos dijeron y estaba fuera de peligro, ahora simplemente descansaba. 

Volvimos donde Charo que comenzaba a despertar.

CHARO:

Desperté en el hospital totalmente ida, supuse que seria por la cantidad de cosas que me habrían dado para calmarme y vi a Blas y a Laura:

-¿Que ha pasado?

-Ayer sufriste un ataque de pánico y te tuvieron que dejar en observación -me contó Blas.

-¿Y David? -era lo único que me preocupaba.

-Tranquila, esta bien -me calmo Laura- anoche despertó y ahora duerme sin peligro.

Eso me relajo muchísimo, tanto que empece a llorar:

-¿Por que lloras? -Blas.

-Tengo una mezcla de emociones. Estoy feliz de que se haya recuperado y no este en coma, pero a la vez, me siento triste por si le vuelve a pasar.

-No pasara -Laura- le van a dar una medicina para que se recupere por completo. Al parecer la recaída la tubo por no obedecer al medico.

-¿En serio?

Ambos asintieron:

-Que cabezón es -Sonreí.

BEA:

Cuando nos despertamos, fuimos al hospital donde ya estaban Blas y Laura con Charo ya despierta.

Nos estuvieron contando todo y nos alegro saber que pronto David volvería a casa y esta vez, la madre y Charo iban a ser mas rudas con el y no le iban a dejar saltarse las indicaciones del medico.

Aun y todo, Magi dijo que les iba a dar a todos un tiempo de descanso, de ese modo David se recuperaría mejor.

LOLI:

En cuento salieron del hospital, iban a empezar los días libres de los chicos.

Era genial, así David mejoraría y Charo podría estar con el para ayudarle con su profundo amor.

A ella también le sentaría bien, lo había pasado muy mal con el tema, hasta tal punto de acabar ella en urgencias:

-Charo, ya puedes irte a casa -dijo el medico- pero controla tu tensión, ¿vale?

-Si doctor -contesto ella y marcho al cuarto de David.

Ambos se miraron con mutuo amor:

-Esta vez, no te voy a dejar pasar una -le amenazo ella- te vas a tomar la medicina.

-¡Señor, que miedo! -contesto el y todos reímos.

NARRADORA:

 A David también le dieron el alta aquella tarde. Ahora debería obedecer a dos mujeres que habían sufrido mucho por el y no estaban dispuestas a repetir: 

¡Su novia y su madre!

Cuantas vueltas da la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora