No es necesario aclarar que después entré en pánico y me fui corriendo, llorando sin remedio, me encerré en la habitación y no salí de ahí por el resto del día. No me importó cuanto insistieran en entrar, yo no abriría hasta que supiera entender y procesar lo que estaba pasando.
Ahí fue cuando pensé que el cáncer estomacal es uno de los cánceres más mortales en todo el mundo. Pero no quería aceptar que todo estaba pasando, que era real. Algo dentro de mi insistía en que todo podía ser un error, y que iba a poder seguir con mi aburrida vida, sin complicaciones.
Comencé a marearme, y unas ganas inmensas de vomitar me inundaron por dentro. Estaba tan cansada, que mis músculos se habían relajado y me costaba moverlos. Así que tarde un poco más de lo normal en levantarme, ya que me tronaron como cinco partes del cuerpo a la vez.
Yo ya estaba agonizando.
Cuando llegué al baño, resbalé y casi vomité en el suelo, pero llegué al retrete, y pude soltarlo. Agradecí que mi cabello estuviera recogido, si no hubiera sido un desastre total.
Me separé de esa asquerosidad para poder respirar tranquila, me apoyé de espaldas contra la pared, y estaba en el suelo, cansada. Los minutos pasaron estando allí, mis ojos se caían solos de vez en cuando, pero me mantenía despierta a pesar de todo. Cuando pude, me levanté y me dirigí de nuevo a donde el vomito para deshacerme de el.
No quería mirar dentro, aún así lo hice, y observé algo que me paralizó. Entre todos los restos de mi desayuno, había sangre, era sangre. Mi garganta dolía, y tomé mis cabellos para jalarlos, despeinándome al momento. En ese momento me preguntaba que pasaría conmigo, y que haría ahora que sabía que estaba enferma.
Pensé en la idea de la muerte.
Creo que nunca había pensado en la idea de la muerte. Ahora que sabía que había probabilidades de que pasara, estaba perdiendo la cabeza. ¿De que servía una princesa con cáncer? De nada, sólo sería un peso para los que me rodean.
Apreté el botón con ambas manos de la rabia. Vi desaparecer el desastre y suspiré para dirigirme al lava manos, tomé mi cepillo de dientes y lo observé sintiendo una lágrima bajar por mi mejilla. Un momento después el cepillo se encontraba dentro de mi boca, y cepillé con tanta rabia que hice sangrar mi encía. Lágrimas caían sin parar, y yo ya no entendía por qué seguía llorando.
Me sentía ridícula.
Las limpié sollozando, también me sentía rara, yo nunca lloraba, y ahora lo hacía sin parar, sin remedio. Me miré al espejo, mi maquillajé se había corrido de su lugar, y ahora parecía que tenía unas inmensas ojeras. Por primera vez en mi vida, me sentí fea, volví a tomar mis cabellos y los jalé mientras soltaba un ronco gemido de frustración. Que inútil me sentía, más de lo que me había sentido toda mi vida.
Salí del baño algo tambaleante, tratando de respirar lo más profundo posible, mi garganta quemaba, necesitaba agua. Caí al suelo al lado derecho de mi cama, y observé justo a la pequeña mesa frente a mi, ahí había un porta retrato, el cual portaba una foto mia de cuando era una niña.
Demonios, que feliz que era, y no lo sabía.
Enfadada conmigo misma, pensé en que no merecía aquello, y que no quería seguir con mi rutina diaria, así que sólo me levanté con un poco de dificultad. No entendía porque sentía humo salir de mis orejas, pero sería mejor luego.
Quería que mi vida antigua se quedara atrás, y que pudiera empezar de nuevo, sin dificultades, con una pizca de mucho cáncer estomacal, pero sin dificultades, como ser una princesa.
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El Arte de Morir. - Wonha. (Artes #1)
FanfictionC O M P L E T A . Imagínate. Llevas una vida de ricos, con muchas comodidades, siendo alabada y respetada por todos, teniendo todo lo que quieres en la palma de tu mano. Y un día todo eso se desvanece con sólo un chasquear de dedos. ¿Qué hace...