-No entiendo porque me quieres así.
-No entiendo porque no te quieres, tú así...así tan perfecta.
-Soy todo menos perfecta.
-Tu siempre dices que no te importa, lo que digan los demás, porque mierda piensas que "no eres perfecta" solo por los putos...
Bloquee mi celular colocándolo en la barra de la recepción, mi dedo se hundió en la tecla "enter" del computador, la pantalla se ilumino dejando ver de fondo con letras doradas "toscana" en el logo adornado por flores a acuarela.
Mis mejillas se sentía entumecidas, gracias a la estúpida sonrisa que adornaba en mi hermoso rostro desde ayer que Hadrien abandono mi departamento.Nadie me puede culpar, tuve a ese bombón todo el fin de semana solamente para mi...Solo para mi.
De pronto mis comisuras mágicamente bajaron desapareciendo por completo cualquier rastro de una sonrisa. Un remolino se formo en mi estomago recordando la conversación que tuvimos ayer después de darnos los buenos días por supuesto acompañado de un mañanero y antes de despedirnos como Dios manda.
Flashback
La luz amarilla dada por el sol entraba directamente a mi habitación indundandola por completo, acariciando una esquina de la cama y jugando con el blanco color de las sabanas. mis ojos poco a poco se adaptaron a la luz de la mañana, sentí su brazo descansar en mi cintura y su mano abierta en mi abdomen, ¿me creerían si les digo que lo primero que veo en un hombre es su brazo?
Tengo una severa obsesión con las venas que adornan los brazos de los hombres, y las manos varoniles créanme cuando les digo que el hombre situado en mi cama con sus piernas enredadas en las mías es una mezcla de todas mis cosas favoritas.
Me gire en la cama con cuidado para no despertarlo y esperar ver su rostro por unos minutos apoyado en mi almohada, pero no, no fue así. como siempre señora y señores Hadrien Martin arruinando mis buenas intenciones.
—Buenos días dormilona ¿sabes que hora es? — su voz totalmente ronca me dejaba en claro que no tenia mucho tiempo despierto.
— Si genio claro que lo se, tengo un reloj en mis sueños que me dice exactamente cuando despertarme — gire mis ojos, haciendo notar mi sarcasmo en mi frase. No tenia planeado acercarme mas a el, ¡por Dios! no me he lavado los dientes.
Pero una vez mas arruino mis planes, acercándose a mi depositando un beso en la punta de mi nariz y acariciar la coronilla de mi cabeza.
— ¡oh vaya vaya! pero que tenemos aquí, ¿Genevieve acaso tiene frió? — soltó divertido acariciando con su pulgar mi pezón, volví a girar mis ojos para después morder mis labios no pensaba hablar con el así de cerca en la mañana. — ¡oh, te comió la lengua el ratón preciosa! — dramatizo enarcando sus cejas — pues a mi no.
¿Que? mis cejas se juntaron mientras Hadrien se metía entre las blancas sabanas para meter su lengua entre mis pliegues.
...
El olor a salsa de los chilaquiles estaba por toda la cocina, colocaba las tostadas en el plato cuando sentí unas manos en mis caderas, mi espalda apoyada en el pecho de Hadrien.
— Nena, debemos hablar—susurro en mi oído, oh oh. Eso no suena para nada bien.
— Después de desayunar — Lo siento amigo, los alimentos son sagrados y aun mas tratándose de chilaquiles. Termine de adornar estos con pollo y queso. Hadrien que estaba inerte a mi lado sin decir nada tomo los platos para llevarlos a la mesa.
Solo lo protegía una simple toalla en la cadera, yo me había bañado primero que el, para dejarlo descansara un poco más, pero claro esta que el señor "no puedo dejar mis manos quietas", ayudo a terminar de bañarme, solo a bañarme. Lo juro.
Bueno, esta vez, lo juro.
La comida transcurrió en un silencio un poco incomodo, haciéndome millones de ideas en lo que teníamos que hablar, ya habíamos hablado mucho ¿no es así?, ya no quería hablar mas y no tengo miedo. Estoy aterrada.
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Perdón si es demasiado corto, lo recompensare i promise
según io la novela esta ambientada en España y metí los chilaquiles aqui
