El yate ya comenzaba a zarpar y todos sus guardias estaban en movimiento, después de acabar con el encargo de Carlos sólo había que preocuparse por dirigirse a su destino, por lo que en un momento de confusión Altamirano aprovecho de subir por la pequeña escalera y esconderse durante todo el viaje en uno de los compartimientos donde se guardaban los botes salvavidas. Serían varias horas en las que aprovecharía de descansar y prepararse para lo que venía. Por la posición del sol, el agente ya sabía que los helicópteros debían estar preparándose, que los hombres ya debían estar escuchando las instrucciones de la misión por parte de su líder, ya había pasado la posta y confiaba plenamente en las capacidades de sus compañeros. El sólo debía tener paciencia para descubrir quiénes eran esos extraños hombres de traje blanco, por lo que cerró los ojos para meditar, esperando llegar pronto a su destino.
Pasaron las horas y la noche hacía que la fiesta en Edén estuviera cada vez más descontrolada, mientras lejos de la isla el yate ya estaba recalando en su destino. Ya eran casi las cuatro de la madrugada y Capazzo con sus escuadrones de Fuerzas Especiales ya estaban sobre las Islas del archipiélago de las Guaitecas, la oscuridad dentro de los helicópteros y el silencio de los hombres que estaban callados y completamente concentrados en la misión hacía que se percibiera sólo el ruido de los rotores de ambas aeronaves. El líder de la misión iba callado sujetando un rosario en su mano, como pidiendo perdón con anticipación, por las balas que tendría que disparar desde su arma, él tenía claro que se encontrarían con complicaciones.
Mientras todos estaban en posición de alerta dentro de los helicópteros, el interior de las máquinas de guerra paso de la completa oscuridad a una tenue luz de color rojo, lo que era la señal de que estaban a tan solo tres minutos de su objetivo. Por lo mismo los agentes comenzaron a quitar los seguros de sus armas, a ajustar por última vez sus cascos y chalecos antibalas. El sitio elegido para el aterrizaje era el centro de Edén, justo al lado de donde se estaba terminando la celebración. Las máquinas bajaron rápido a tierra y los hombres, fuertemente armados, comenzaron a correr formando un perímetro que rodeaba la aldea.
Los hermanos y hermanas de la comunidad gritaban de pánico, no sabían lo que ocurría. Uno de ellos quiso huir y fue abatido por un disparo proveniente de uno de los agentes, por lo que el resto de los jóvenes se lanzaron al piso llorando y pidiendo clemencia al no saber lo que ocurría. La mayoría estaban borrachos y demasiado drogados como para intentar comunicarse con los policías.
Capazzo fue rápido en dirigir a sus hombres, los que ingresaron rápidamente a todas las casas de la aldea sacando a todo el que se encontrara dentro de ellas, fue un operativo veloz y extrañamente no habían existido enfrentamientos. El joven que había recibido el disparo del agente estaba vivo, ya que la instrucción era no tirar a matar de no ser necesario.
En menos de una hora la situación estaba contenida y los jóvenes, hombres y mujeres, fueron puestos en círculo en el medio de la aldea, todos juntos y con las manos sobre sus cabezas, mientras eran apuntados por los miembros de las Fuerzas Especiales los que con sus rifles mantenían aterrados a los muchachos.
El director de la unidad estaba preocupado por la ausencia de Altamirano, pero dejo rápidamente de pensar en él. De improviso, uno de sus hombres le pidió que lo acompañara hacia el policlínico, habían encontrado los cuerpos de las tres jóvenes asesinadas en la morgue, con solo ver el estado de los cadáveres los avezados policías no pudieron contener su rabia. Las habían asesinado a sangre fría para sacar sus bebes desde sus vientres. Lo que enloqueció a Capazzo quien sacó su pistola y salió raudo hacia donde estaban arrodillados los jóvenes, tomando a uno de ellos desde el pelo y arrastrándolo por el piso, para luego ponerle su arma en la cabeza y amenazar con asesinarlo si no le decía que mierda estaba ocurriendo en ese lugar. El joven lloraba al no entender porque lo trataban así y el resto de sus hermanos estaban al borde del colapso, por lo que pensaban que les podían hacer esos tipos armados. El crudo líder de la misión se acercó a uno de sus hombres y lo obligo a traer el cuerpo de las tres chicas asesinadas, las quería tener en medio de la plaza de la aldea, lo que hizo que seis de sus hombres corrieran hacia la morgue obedeciendo la instrucción.
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EL ANIMAL 2 #PGP2019
AcciónDespués de la misión del Valle de la Luna y de aceptar su responsabilidad por los crímenes en Haití, cuando era miembro de los cascos azules, el Ángel de la Muerte es sacado de la cárcel para interceptar, infiltrarse y descubrir los secretos de una...