Capítulo 13: 나는

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Cuando Taehyung levantó su vista, Jungkook estaba con los ojos brillosos, se estaba conteniendo. No esperó que ese pequeño relato le afectara, tal vez... Era lo que Jungkook necesitaba escuchar

—¿Estás bien?

Jungkook movió su cabeza lentamente, negando. ¿Era broma cierto?

—lo siento...

¿Qué diablos pensaba hacer?

Taehyung no era lo que había creído, para nada. No era como su padre y tampoco merecía que le hiciera lo que SooRi y el tenían planeado. Se había equivocado por completo.

—y-yo no sé... —Jungkook calló por unos segundos-, entonces tú matrimonio es todo una mentira.

—En teoría, sí —Taehyung se levantó del sofá para traerle un vaso de agua a Jungkook, por lo visto, le había afectado, sólo que Taehyung no sabía exactamente de qué manera, porque Jungkook no estaba triste, más bien parecía... Sorprendido. Jungkook estaba sentado en el sofá y Taehyung se agachó en frente de él colocando una rodilla en el suelo, cómo la posición para pedir matrimonio, sólo que en vez de un anillo, le ofreció un vaso de agua-. De otra manera, no podría ir más en serio contigo.

Jungkook tragó y dejó el vaso a su lado, en el sillón.

—de verdad creía que todo era un juego, estaba convencido que tú eras cómo esos hombres que les gusta tener aventuras teniendo familia y por poseer dinero, creen que todo les pertenece.

—ouch ¿Realmente parezco como un hombre de esos? —le habló tranquilo, su voz grave siendo apacible daba un estado de calma interior.

—no —Jungkook rió, sintiéndose tonto—. No lo pareces, tu cara es hermosa, cómo la de una buena persona y también eres muy guapo.

Taehyung sonrió y lo abrazó pero fue Jungkook quién se abalanzó a su cuerpo, aferrándose fuerte. Por el impulso, Taehyung cayó de trasero al suelo, no se soltaron, siguieron aferrados el uno al otro.

Se separó un instante para ver a Taehyung de frente y lo besó. Una parte de él se sentía genial por besarlo, pero la otra parte, lo tenía atado. Necesitaba olvidar que estaba mal.

Aquí el único mentiroso soy yo

y necesito olvidarlo.

Abrió su boca para cerrarla nuevamente sobre el labio del mayor. No quería detenerse, los húmedos y cálidos labios de Taehyung eran como meterse a la ducha con agua caliente en un día frío. Era muy relajante y adictivo.

Otra vez se separó de Taehyung, sus bocas quedaron de frente, recibiendo el cálido aliento del contrario.

—¿Podemos hacer el amor Hyung? —susurro. Otra vez sus estúpidas mejillas se pusieron rojas, lo sabía porque su cara se sintió caliente.

Taehyung sonrió, tener a Jungkook entre sus brazos era algo especial y ahora que Jungkook le había dicho eso simplemente... No lo creyó. Tampoco la vista que tenía era fácil de procesar, la ventana abierta dejaba pasar los rayos dorados del sol de esa bella tarde y todo apuntaba e iluminaba al ángel de cabellos negros y piel blanca que tenía entre sus brazos de color canela.

¿Es una señal?

Jungkook era todo lo que Taehyung había deseado.

Desde que lo conoció no podía sacar de su mente al joven. Se podría perder en las facciones de su rostro, especialmente en sus ojos negros que a pesar de lo oscuros que eran, brillaban y se asemejaban a dos piedras de azabache pulidas. Eran hermosos.

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