Diamantes Negros (escribiendo)

EFECTOS SECUNDARIOS

Estamos a uno dia de la celebración de Halloween, eso significa que ya hace un mes que llegue a este extraño pueblo, y lo peor no es eso. Mientras unos piensan de que irán disfrazados, como Marina y su grupo de "gatitas sexis", pero después de decirles que eso no daba miedo decidieron ser gatitas negras sexis, por qué claro, eso seguro que es más terroríficos, yo estoy pensando en si debería ir a esa famosa fiesta.

Desde hace unas semanas casi no cruzo palabras con Alex, no sé por qué, creo no haber hecho nada mal, así que no creo adecuado acercarme a preguntarle sobre su repentino cambio, además tampoco estoy todo el día junto a Marina y el resto por que nunca suelo enterarme sobre sus conversaciones, no encajo junto a ellas, aunque de vez en cuando me acerco a ellas y con Marina hablo casi todos los días.

Y aquí estoy, sentado solo en el césped, a un lateral del campo de fútbol donde jugaban algunos chicos, pero no prestaba atención por qué estaba dibujando, además de estar con los auriculares puestos y una extensa playlist en marcha. Dibujaba a Alex, que se encontraba entre los jóvenes que estaban sobre el campo improvisado un pequeño partido, no era nada, supongo, lo cierto es que necesito mejorar mis dotes con el dibujo, aunque a pesar de que se me da muy bien, nunca está de más practicar, y Micaela nos había pedido que le entreguemos cuatro dibujos realistas hoy o mañana antes de la fiesta, y solo me faltaba uno, por lo que allí estaba, escuchando música pop y dibujando a un chico con el que he perdido el contacto, os aseguro que no es tan raro como parece.

Mientras dibujaba vi reflejada en el suelo una silueta que se acercaba cada vez más, levanté la mirada y automáticamente con un gesto brusco cerré la carpeta, era el, Alex, se había acercado a buscar el balón que estaba a unos pasos de mi posición.

— ¿Vienes a jugar?— dijo, o eso creo, puesto que solo pude leer sus labios ya que tenía la música a todo volumen.

Fuese lo que fuese negué con la cabeza entre cerrando los ojos por culpa del destello del sol, el se alejó con una pequeña sonrisa.

Al sonar la campana recogí mis cosas y me levanté sin ninguna desesperación, ya casi llegando a la puerta trasera de entrada unos chicos pasaron corriendo por mi lado, tal vez tendrían examen. De repente fui golpeado en el lado derecho por uno de aquellos que iba corriendo, y resultó ser Alex, debido al golpe mi carpeta de bibujos calló, menos mal que fuera habían ya pocos alumnos gracias  a que hacía ya cinco minutos que había sonado la campaña, el se agachó para ayudarme, pero quise adelantarme y recoger todo antes de que se diera cuenta de su dibujo, pero fui lento, cuando quise darme cuenta ya tenía el dibujo, ya casi acabado, en sus manos, yo solo agaché la cabeza y seguí recogiendo los folios y dibujos del suelo.

— "¿Como es posible que el mundo me odie tanto?"— pensé

Ya con todos los papeles en la mano, me levanté y le mire, vi su cara de asombro pero no sabía distinguir si estaba disgustado o si le había gustado ver que el chico nuevo está dibujándolo en secreto.

— ¿Quién es este tío tan guapo?— dijo con aires de grandeza, frunciendo el ceño y arqueando  la ceja izquierda.

Yo no respondí y me limité a sonreír, lo mejor de esto es que su reacción había sido positiva, creo que eso me alivió y hizo que me relaje.

— Se ve que te va bien en las clases de arte

— Si..., si, me va bien, creo— encorvando los hombros y dejando salir una pequeña risa.

— Joder, pues son la ostia— dijo mirando el suyo — pero no solo por que soy yo, son increíbles todos, eres muy bueno tío.

Yo solo sonreía y agradecía. Mientras me cedía el dibujo no me negué a regalárselo pero el lo rechazó , me pidió que algún día ya le haga uno con más tiempo. Empezó a alejarse y mientras caminaba de espaldas dijo: