• 𝔻𝕒𝕕𝕕𝕪 • [ ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ ]

17.

Las días felices habían quedado atrás, pues se había dado cuenta de algo, y es que no podía vivir sin Taehyung a su lado. Esos meses se había hecho dependiente de el sin darse cuenta, era tan difícil explicar algo tan retorcido. Y es que en ese mismo instante deseaba volver a buscar a Kim, pasando por alto su dignidad. Pero no podía evitar sentir un gran vacío en su corazón. Era como si le hubieran quitado un pedazo de alma.

—Kookie...

Insistió el pelirrosa por enésima vez, buscando hacer salir de su trance a su mejor amigo, quien no mostraba expresión alguna desde hace ya unos días. Tampoco se había presentado a trabajar, claro que eso lo comprendía a la perfección.

—Debes comer algo,—dejó el plato con kimchi frente al menor, pero este ni se inmutó—JeonGGuk, come algo.

—No tengo hambre.

Susurró con dolor en su voz, en ese estado no deseaba probar bocado alguno, estaba demasiado triste como para siquiera mover los labios a menos que fuera para recitar el nombre de su amado, lo cual era estúpido.

—¡Oh vamos! No puedes seguir así por mucho. Tienes que salir, olvidarlo.

Olvidarlo.

Reemplazarlo.

Una sonrisa ladina se instaló en sus labios, si Kim no lo amaba, y estuvo a punto de engañarlo con Hoseok, ¿qué más daba si el hacía lo mismo y con el mismo objetivo que estaba por utilizar Kim?

—Tienes razón,—se levantó de golpe, asustando a Jimin—no tengo porque llorar por el, total, el mismo lo dijo, sólo follabamos y ya.

Sin más caminó a su habitación siendo seguido por su mejor amigo, quien seguía muy confundido por las palabras y actitud del azabache. Al llegar lo primero que hizo fue buscar el mejor cambio de ropa que tenía.

—Kookie... ¿qué diablos haces?—preguntó Jimin con extrañeza.

—¿No querías que saliera?

—¿Pero porqué ese cambio tan repentino? Has estado aquí toda la semana.

—Eso ya no importa.

Hizo una mueca y se acercó al espejo que había en su habitación, está vez decidió colocarse una muy ligera capa de maquillaje, si iba a salir, debía verse deslumbrante, no para Kim, sino para sentirse bien consigo mismo.

—Bien, pero yo iré contigo.

Mencionó el pelirrosa con una sonrisa bastante animada al ver al menor con tanta energía.

( ... )

—Te dije que no era una buena idea.

—¿Crees que no lo sé?

Cansado, dejó caer todo su peso en el respaldo de la silla de aquel antro.

No estaba en las mejores condiciones para beber, y acababa de darse cuenta de ello. Pues al apenas llegar al lado de Jimin, y pedir un trago, lanzó improperios a todo hombre que tuviera el mismo tinte de cabello que Kim, y eso no es todo, se puso a cantar y estuvo a punto de besarse con un tío que estaba a su lado.

Si, todo un espectáculo.

—Esto es una mierda, Jiminnie,—hizo un puchero mientras veía fijamente su copa de cristal,—lo extraño.

—Es de esperarse.—se encogió de hombros restandole importancia.

—No se ni siquiera que debo hacer ahora, es decir, todo estaba bien desde que estaba con el, y ahora resulta, que sólo fui un buen polvo—rió con amargura,-me siento una puta.