Los Juegos Peligrosos del CEO

#4 Empieza la aventura.

ADDISON:

Me apoyo en la puerta en cuanto la cierro, y lo miro con los ojos empañados en lágrimas.

— ¿No me vas a decir nada?-me dice con una medio sonrisa.

—Eres un verdadero idiota—le respondo mientras avanzo a su cama para luego abrazarlo—Joder, Mateo. Te juro que como me vuelvas a dar un susto de estos te mato yo misma.

— Lo siento, princesa...créeme que no era mi intención. Y en cuanto a la pelea...quiero disculparme, no debí entrometerme.

— Te dije que solo era un amigo, pero te empeñaste en desconfiar de mí.— Su cara de perro apaleado me parte el alma.—Pero...ya está olvidado, no te preocupes.

Le abrazo y me susurra al oído un te quiero. Hablamos un poco más y luego entran mi hermana, su prometido y Mel. Todos saludan a Mateo y Karina y Mark le cuentan a Mateo lo de la boda si el se recupera. Mientras, yo aprovecho para llevarme a Melisa fuera de la habitación.

— Mel...Tenemos que hablar. Mateo ya está estable, pero no quiero dejarlo solo. Le pediré a mi hermana que vaya a Nueva York ya, sé que quiere casarse ya, pero quiero que lo haga bien y tiene que ir a su trabajo. Y en cuanto a nosotras, el curso empieza en tres semanas. Tú vete con ella y arregla la casa. Te daré mi parte para que le pagues al casero. Yo estaré allí antes de empezar el curso.

— ¿Te voy a hacer caso, como siempre, verdad?— asiento con la cabeza, divertida.

Terminamos de aclarar los detalles de Nueva York y la casa de allí y volvemos a entrar en la habitación.

— Chicos, me alegro un montón por vosotros...pero quiero pediros que esperéis a que me recupere del todo para que os caséis. Me gustaría poder disfrutarlo plenamente, la verdad.

Karina y Mark intercambian miradas y ella habla primero.

— De acuerdo. Ya que estamos todos aquí, quiero que la boda sea en 5 meses, más o menos. Quiero planearla bien y con calma.— ahora se dirige a Mark, quien parece decepcionado.— lo siento, mi amor, pero que esto será lo mejor.— él asiente con la cabeza, no muy convencido.

— Kar, ¿Puedo hablar contigo fuera, un momento?— ella asiente y salimos de la habitación.

— Dime, hermanita.

— Quiero que vayas a Nueva York en cuanto puedas.— su cara de asombro con interrogación me produce risa. Ella nunca adopta esa pose delante de mi.

KARINA:

No entiendo donde quiere llegar a parar mi querida hermana. Quiero irme a Nueva York, pero no quiero dejarla sola y creo que ella lo nota.

— No te entiendo hermanita, ¿Quieres que me vaya y te deje aquí sola?

— Sí. Ya he hablado con Mel para que se vaya contigo como deberíamos haberlo hecho. Yo me quedaré con Mateo e iré antes de que empiece el curso. Ella organizará la casa y demás.

— Addison, puedo quedarme una semana, de verdad que no me importa.

— No, sí que te importa. Quiero que vayas, por favor.

Finalmente, me doy por vencida y acepto. Lo duro será contarle a Mark mi decisión.

— Además, si te das prisa, aun pillas el avión...— sonrío tiernamente ante el comentario de mi hermana pequeña.

—Ve entrando. Llamaré a mi jefe para avisarlo. Pídele a Mark que salga e informa a los demás de lo que haré.— ella asiente con la cabeza y en el instante en el que cierra la puerta de la habitación, mi jefe me responde con la misma voz seductora y grave de la primera vez.

—Señorita Graham... Me sorprende su llamada ¿Su cuñado ha empeorado?

— No, todo lo contrario. Los médicos han dicho que ya está estable y si me doy prisa todavía podría coger el avión de esta noche y estar allí por la mañana.

— Vaya... Está bien, me alegro mucho. Coja el vuelo, señorita, pero mañana descanse y visite la preciosa ciudad y venga pasado mañana.

— Gracias, señor Carter. Y disculpe por las molestias.— Mark sale de la habitación y al oír el nombre de mi interlocutor, su mandíbula se tensa y sus rasgos se crispan.

— No se preocupe, buenas tardes.— me cuelga. Trato de contener la sonrisa ante Mark.

Me mira unos instantes y luego se sienta en las sillas que hay enfrente de la habitación. Yo me siento a su lado y lo miro atentamente hasta que decide hablar.

— ¿Qué hablabas con "el señor Carter"?— en su tono noto celos. Y sus dedos haciendo las comillas, me enfadan muchísimo.

— Es mi jefe, así que aparta esos celos. Además he decidido que cogeré el vuelo de esta noche. Mel se viene conmigo y Addi vendrá una semana antes de que empiecen sus clases.

En su mirada puedo ver decepción, celos, impotencia y tristeza.

— ¿Porqué?— se levanta bruscamente. 

—Tengo que ir a trabajar, ¿Puedes llevarme a mi casa? Pasaré por mis cosas y nos llevas al aeropuerto. Voy justa de tiempo.

— ¿Enserio, Karina?

— Sí, Mark. Debo ir. Ahora avisaré a Melisa.— me doy la vuelta y entro a la habitación, de nuevo.

MARK:

La noticia me espanta tanto con es de esperar. Es decir, he visto las portadas de los periódicos y revistas y el CEO Ryan Carter es muy guapo y muy bueno. Y trabajé con ese cabrón y luego lo dejé tirado y tradó una semana en encontrar mi nota de despido. Y no es que desconfíe de Karina, pero no me hace gracia que quiera irse, para estar al lado de un hombre como él. La tendré lejos durante mucho tiempo y simplemente, no me agrada la idea.

Cuando Karina sale, seguida de Melisa, me dirige una mirada enfadada y un gesto con la cabeza para que la siga. Estoy agotado, prácticamente arrastro los pies. Me siento como si fuera a entregar a Karina a otro hombre.

Justo en la puerta del hospital, me paro. Fuera está lloviendo. Es como si el tiempo se acompasara con mi situación. Aunque normalmente amo la lluvia, hoy no es un buen día para este tiempo. 

Karina se gira y me mira. Durante un segundo me mira con el gesto endurecido, pero luego me observa el rostro agotado y se vuelve apenado. 

-Mark... Sé que esto no es fácil, pero es necesario. Si de verdad me quieres, deberías entender lo que esto significa para mí.-Está empapada, igual que yo.

Olvidando el enfado, la beso. La pego a mí, deseando que cambie de opinión al sentirme así de cerca, pero a la vez sabiendo que se irá.