metro → ksj ; bts.

diez

Seokjin estacionó el auto en el garage de Taehyung, justo detrás de su auto. A través de la ventana se veían luces de colores y se escuchaba la música distante, tal vez proveniente del patio trasero de la casa. Inmediatamente supimos que el chico había organizado otra de sus fiestas.

Pasamos directo para el patio, y en efecto, allí se encontraban los seis amigos teniendo una especie de fiesta para ellos solos.

—¡Llegó la parejita! —gritó Jungkook, que era el más chico del grupo, justo de mi edad. —No sean tímidos y vengan con nosotros... —rió y se acercó a nosotros tambaleándose.

Evidentemente todos ellos estaban en estado de ebriedad, había una mesa de plástico llena de botellas, algunas vacías, otras llenas y otras que tenían hasta la mitad.

—¡Venga un traguito de vodka! —Tae nos acercó un vaso de vodka con jugo. Los dos tomamos un sorbo. —¡Ahora puro! —nos puso la botella en la cara.

Al cabo de unos minutos, Jin formaba parte de ese grupo de 7 personas borrachas. No voy a mentir, yo también lo estaba, un poco menos que los chicos, pero lo estaba.

—¡Esperen! —gritó Jimin, captando la atención de todos. —Esperen, esperen, esperen...

—¡Habla ya, Jimin! —grito Hoseok.

—Seokjin-ah, ¿ya le pediste matrimonio a Hana? —preguntó. Todos reímos.

—Claro que no... —Jin carcajeó.

—¿Y qué esperas? —volvió a preguntar.

—Jimin, ni siquiera somos novios oficialmente... —dije riendo.

—Entonces sáltense esa parte y pasen directo al matrimonio —dijo Yoongi y se encogió de hombros.

—Están locos —reí y rodé los ojos.

—¡Que se casen! ¡Que se casen! ¡Que se casen! —gritó Namjoon y fue acompañado por los demás.

Seokjin tomó un sorbo largo de algo que tenía en el vaso y lo dejó sobre la mesa. Se aclaró la garganta y con una sonrisa traviesa se posicionó en frente mío.

—Oh, Hana —dijo y tanto los chicos como yo lo miramos expectante. —¡Hermosa Hana! ¡Oh! —gritó con todo el dramatismo posible. Todos los presentes reímos.

—¿Sí? —pregunté, fingiendo que no sabía lo que estaba a punto de decir.

—Luego de tantos años de relación, aún sigo igual de enamorado cómo el primer día... —dijo haciendo gestos con su mano y no pude evitar soltar una pequeña risa. —Hana, ¿Quieres casarte conmigo?

Volví a reír, mitad por el efecto del alcohol y mitad por el momento tan bizarro que estaba viviendo. Seokjin me estaba pidiendo matrimonio falsamente en un patio a las tres de la mañana, con luces de colores y la música en el volumen más alto, y 6 chicos presenciando todo aquello. Y para agregar, estábamos todos borrachos.

Miré a los 6 chicos, todos juntitos y esperando a que dé mi respuesta, desde atrás de todo, Namjoon me hacía señas para que acepte. Miré a Seokjin, y éste me sonrió guiñándome el ojo.

—¡Sí! —grité.

Lo siguiente que se escuchó fueron silbidos y gritos por parte de los chicos, el castaño y yo carcajeamos. ¿Acabo de comprometerme falsamente con un chico al que conozco hace solo días?