siete

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Me abrí de la carretera para entrar a la playa de una estación de servicio. Jin despertó de golpe y me miró somnoliento.

—Voy a cargar un poco de combustible y a comprar un café. —le respondí antes de que el chico emitiera palabra. —¿Quieres algo?

—Ir al baño. —Seokjin se estiró y bostezó, bajo del auto y se dirigió al baño de hombres.

Mientras el hombre que trabajaba en la estación le cargaba combustible al auto, yo entré al mercado y me pedí una taza de café, el sueño y el aburrimiento me hacían efecto y nada mejor que una dosis de cafeína para mantenerme activa.
Le di un sorbo e hice una mueca al notar que estaba caliente. Con la lengua afuera salí del mercado y me encontré con Jin, que salía del baño.

Rió al ver mi cara. —Dame las llaves que vuelvo a manejar yo.

No me negué. Le entregué las llaves y me subí del lado del copiloto. Había estado tan tensa mientras conducía que me dolía el cuerpo y la cabeza, ser piloto definitivamente no era lo mío pero de alguna forma tenía que ayudar a Jin.

Hablando de Jin, éste ponía toda su concentración en el camino. Lo observé detenidamente, tenía unas facciones hermosas, tenía unos labios súper gruesos que envidiaba y una piel tan pálida que parecía de porcelana. Además, tenía los hombros anchos, que le daban un aspecto esculpido y varonil.
Volví mi vista al frente en cuanto sentí que lo estaba acosando con la mirada, por suerte esta vez él no lo notó. Me sonrojé.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que Jin me tocó suavemente el hombro, lo miré y él señaló hacia adelante con la cabeza. Me di vuelta y miré las luces y carteles que adornaban las calles de la ciudad. Una ciudad también ocupada pero radiante, muy distinta a Seúl. Más linda a mi parecer.

—Pareces una niña pequeña —Jin rió ante su comentario y lo miré con una sonrisa.

—¿Por qué? —pregunté divertida.

—Estás mirando todo con admiración. —el castaño volvió a reír. —Te ves tierna. ¿Nunca has hecho un viaje?

—No. —murmuré sonrojada. —Nunca salí de Seúl.

—Oh... —musitó Seokjin. —¿Este es tu primer viaje? Pues haré que sea uno de los mejores viajes de tu vida. Porque, por supuesto, tendrás mas viajes.

—¿Cómo sabes que tendré mas viajes en mi vida? —pregunté riendo.

—Yo me encargaré de llevarte a todos lados.

Jin me guiñó el ojo y sonreí por inercia. Que Seokjin dijera que me llevaría de viaje a muchos lugares me hizo extremadamente feliz y algo emocional, era la primera vez que alguien me decía algo así, que alguien se preocupaba por mi. No pude evitar sonrojarme, lo miré y me di cuenta de que mi corazón latía a ritmos inusuales. La última vez que mi corazón latió de esa manera fue de pequeña, seguramente.

Luego de unos minutos más llegamos a la casa de Taehyung, supimos llegar rápido dado a que nos había dado la dirección y todas las indicaciones antes.
El chico y su particular sonrisa cuadrada nos recibió en cuanto bajamos del auto, nos ayudó a bajar nuestras cosas y nos enseñó su casa. No era ni muy grande ni muy pequeña, acogedora y se notaba que la mantenía ordenada y limpia.

Seokjin y yo aprovechamos a bañarnos en la ducha, claro, por separado. Jin salía de lavarse los dientes mientras que yo terminaba de cepillar mi cabello. Con los pijamas puestos, nos acostamos en el sillón-cama que Taehyung tenía en la sala de estar.

—Buenas noches, Jin. —exclamé y apoyé mi cabeza en la almohada.

—Descansa, Hana. —contestó Jin mientras se acomodaba a mi lado. Su brazo me rodeó la cintura y me pegó más a él.

No me quejé y apenas cerré los ojos, caí en un profundo sueño. Había sido un viaje agotador.

-

La mañana siguiente desperté a media mañana, a eso de las 10. Con cuidado de no despertar a Jin, me levanté del sofá y me dirigí a la cocina encontrándome con Taehyung, que dado a su apariencia, se había levantado unos minutos antes que yo y estaba por preparar el desayuno.
Me encontraba hablando con el castaño sobre temas sin importancia y de vez en cuando soltábamos unas carcajadas gracias a los comentarios graciosos y sin sentido que Taehyung hacía. El chico tenía un sentido un sentido del humor tan raro y bizarro que me extrañaba que me hiciera reír.
Un Seokjin somnoliento apareció por el marco de la puerta y dio un largo bostezo antes de mirarnos a ambos con cara de pocos amigos.

—Buenos días, Aurora. —dije riendo y Tae se unió a mi risa. Bebí de mi café.

—¿Dormiste bien, amigo? —preguntó Taehyung mientras sacaba una tercer taza para servirle café a Jin.

—Si. Hasta que sus risas me despertaron. —respondió seriamente y se acercó a la mesa para sentarse.

—Lo siento, es que Tae dice cosas tan graciosas —digo y el de sonrisa cuadrada vuelve a reír.

—Ja, ¿si? No me digas... —respondió y bebió de su café. Puedo jurar que eso fue sarcasmo. —¿Tae? —preguntó haciendo alusión a la forma en la que había llamado al castaño anteriormente. Puso una mueca de disgusto y tomó una tostada.

—¿Qué quieren hacer hoy? —preguntó Taehyung. Me encogí de hombros y esperé que a alguno se le ocurriera algo.

—Tenía planeado recorrer un poco la ciudad... —contestó Jin. Taehyung y yo asentimos y Jin nos miró. —Hana... —Seokjin me nombró dando a entender que me estaba hablando a mi y no a Tae.

—Ah, claro. Tendrán una salida de pareja —dijo. —Lo siento. —se disculpó con una risa nerviosa.

—Jin y yo no somos parej... —me adelanté a decir tímidamente.

—Si. Una salida de pareja. —me interrumpió Jin. —¿Qué nos recomiendas, Tae?

Miré a Jin con una ceja enarcada. ¿Por qué se mostraba tan cínico?

—Uhm... el centro tiene buenas tiendas para recorrer —recomendó Taehyung.

—Perfecto, iremos al centro. —Seokjin se bebió todo su café de un sorbo y se levantó de la silla. —Hana, apúrate y alístate que salimos en unos minutos.

Finalmente se fue de la cocina dejando a Taehyung y a mi confundidos. Nos miramos y soltamos una pequeña risita.

Me froté las manos y les tiré aire caliente con mi boca mientras me maldecía mentalmente. El día estaba extremadamente frió y yo tan tonta que era me había olvidado los guantes en la casa de Tae.

—¿Qué pasa? —preguntó Jin mientras caminábamos uno al lado del otro por las calles de Daegu.

—Me dejé los guantes en el bolso —bufé y volví a tirar aliento caliente en mis manos.

—Ah, que despistada —se quejó Jin y soltó una risita. El chico se sacó el guante que traía en la mano derecha y me lo entregó. —Ponlo en aquella mano.

—Gracias. ¿Y esta mano? —moví los dedos de mi mano izquierda y reí.

Jin tomó mi mano desnuda con su mano desnuda y entrelazó nuestros dedos. —Nos calentaremos con el calor corporal del otro.

Apretó bien mi mano y sonreí. Seguimos caminando por las calles algo vacías de Daegu, mirando las vidrieras y las casas. No sé bien que mirábamos realmente, al menos yo no le prestaba atención a nada. Sólo disfrutaba caminar con Seokjin tomados de la mano.

Aunque, un cartel neón me llamó la atención. Me paré frente a la respectiva tienda y miré a Jin con una sonrisa mientras que él me devolvía una mirada con el ceño fruncido.

metro → ksj ; bts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora