nueve

1.3K 155 37
                                    

Me fui difícil poder conciliar el sueño, tenía una mezcla de emociones que no podía descifrar, y Jin durmiendo plácidamente a mi lado no me ayudaba en nada, no podía evitar sonrojarme cada vez que lo miraba, recordando todo lo que había sucedido hace unas horas atrás. Las palabras de Seokjin se habían grabado en mi mente, sin duda jamás las olvidaría, porque era la primera vez que alguien se fijaba en mi, que alguien me decía cosas bonitas, que le importaba a una persona.

Nos despertamos a eso de las 12 del mediodía, lo hicimos al mismo tiempo. Me refregué los ojos y observé al chico a mi lado soltar un gran bostezo, se revolvió el cabello y me miró.

—Buenos días... —me dio un sonoro beso en la mejilla. Agradecí que no haya sido en la boca porque mi aliento no era fresco por las mañanas. El de nadie era.

—No tan buenos, dieron lluvia para toda la tarde. —señalé la ventana, la cual mostraba una pequeña llovizna.

—Ah, mejor entonces. Podremos quedarnos a ver una película y podré abrazarte así —se tiró encima mío y me adhirió a su pecho, me abrazo fuertemente dejándome sin aire.

Me separé de él riendo y acomodé mi cabello que de seguro estaba todo enmarañado. Seokjin me miró por un largo rato, me miraba fijamente y eso me ponía nerviosa.

—Ah, eres tan linda. —confesó aún sin quitar la vista de mí.

Giré mi cabeza y me miré en un espejo que estaba colgado en la pared a unos metros. Tenía un desastre en el cabello, mal aliento y ojeras y bolsas debajo de mis ojos.

—¿En serio? —me señalé el rostro, dando a entender que estaba equivocado.

—Claro que es en serio, mírate, recién despierta y todo. Eres hermosa.

Sonreí y sentí mis mejillas arder. —T-tu también.

Deseé golpearme por sonar tan torpe. Los cumplidos y acciones de afecto no se me daban bien, no era algo que tenía integrado en mi vida. Realmente pensaba cosas hermosas sobre Seokjin y me molestaba que no pudiera decírselas tan abiertamente. Me sentía una desalmada.

—¿Yo? ¡Claro! Eso es obvio... —dijo de forma altanera y movió su cabeza.

Rodé los ojos y reí. Taehyung apareció en la sala con un piloto de lluvia y las llaves de su auto en mano.

—Buenas, tórtolos. Han dado tormenta para todo el día y deben saber que la lluvia me da hambre... —rió. —Voy al mercado a comprar chatarras, ¿necesitan algo?

—No, gracias —contestó Seokjin amablemente.

—¡Yo si! Quiero algo dulce. ¡Snickers! quiero unas cuántas barras de Snickers, por favor. —pedí sonriente.

Taehyung me miró sorprendido y sonriente. —¡Los Snickers son mis dulces favoritos! ¡Comería cientos!

Reí por su reacción, parecía un niño pequeño y me causó ternura. —¡Chócalas! —los dos chocamos los cinco y reímos.

—Me iré antes que cierre. Yo invito los chocolates, ¡ya vuelvo! —se fue dejándonos a Jin y a mi solos.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño a lavarme la cara y los dientes. Seokjin me siguió.

—Yo soy más de los M&Ms —dijo cruzado de brazos, recargándose en el marco de la puerta.

—También son ricos, pero prefiero los Snickers.

—Ah... y yo que te iba a comprar muchos paquetes de M&Ms. —suspiró dramáticamente. —Ahora estoy ofendido, vete con Taehyung a comer sus tontos Snickers. —dijo seriamente.

metro → ksj ; bts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora