¿El amor es esto?

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Desde que el Igna le dijo: Estamos invitados al casamiento de Ger, a La vaga se le desacomodó la estantería. Por varias razones: no le gustaban los casamientos. ¿Qué tiene que ver con el amor un vestido blanco?

El Igna y Ger habían sido compañeros de secundario. Junto con Tonchy, el Cabezón y Marcoleta. Ya le había pasado de ir a juntadas y pasarla re mal. Ellos recordaban anécdotas del pasado, leyendas y sueños truncos a los que La vaga no tenía acceso.

Más razones para que La vaga anduviera con cara de traste por estos días: zapatos. No había un modelo de zapato que sumara dos características fundamentales: comodidad y estética. Los bellos eran imponibles. Los cómodos, horribles. ¿Qué les pasa a los fabricantes de zapatos femeninos? ¿Por qué esa maldad? Stilettos: ahá, muy bien. ¿Cómo voy a meter en un triángulo el cuadrado de mis cinco dedos? Sandalias con taco cilíndrico: ahá, muy bien, ¿Adónde meto el dedo meñique que queda fuera de esa sola tira fashion y mal diseñada? Mujeres condenadas a llevar en una bolsa, un par de zuequitos o zapatillas para cuando se arme el baile.

El baile, la música, el sonido que deja sordo a cualquiera por tener que andar gritando para comunicarse.

El famoso: ¿Y, ustedes, para cuándo? Para cuando cierres el culo. A preguntas boludas, respuestas sinceras. Ya le había pasado: ese instinto de la manada de meter en el corral a las ovejitas descarriadas, de borrar la rebeldía que es una declaración de principios. Y la gente remataba: ¿Es que se ven tan felices? Justamente por eso no nos casamos. La vaga no andaba preguntando: ¿Y, ustedes, cuándo se divorcian? Es que se ven tan infelices. Definitivamente, no podría ser diplomática en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Seguimos con el listado de razones: la cantidad de comida. Islas de quesos, canapés, bocaditos, fiambres, carnes, cazuelas. Plato principal. A las dos de la mañana: pierna flameada, luego, pizzas. Sin contar el poste, la mesa dulce y la bebida. Fumarse el video que arranca cuando los novios eran bebés con una mega producción de fotos en el circuito interlagos.

Pero (acá viene la única razón por lo que La vaga haría un sanguchito con lo anteriormente expresado y se lo comería) es un amigo del Igna y él, que ya sabía los reparos de La vaga, le había pedido que lo acompañara. Ella dijo sí. Porque el amor es esto. 

La vagaWhere stories live. Discover now