La vaga

Increíble Amor

La vaga ya venía medio llenita con esas palabras que al final, no dicen nada. Una de esas era: Increíble que tiene dos significados:

1)Que es mentira, imposible o muy difícil de creer.

2)Que causa gran admiración o sorpresa.

La vaga, aunque no era especialista en la palabra, sí tenía perspicacia y sagacidad para el análisis desde el sentido común, muchas veces, ausente en los claustros. ¿Un libro increíble sería que miente o es difícil de creer? No, seguramente que habrán apuntado al segundo significado. Hoy por hoy, un libro no es increíble por sí mismo. (Después de los griegos, no hay nada original) Lo increíble es que la gente lo compre y se agote en una semana. Eso causaría gran admiración y sorpresa. "¡No te digo si lo compra y, además, lo lee!", pensaba La vaga.

Abracadabrante, sorprendente, desconcertante, insólito, fabuloso, fantástico, ficticio, ilusorio, imaginario, inverosímil, sobrenatural, fantasmagórico, prodigioso, irreal, rocambolesco, inexistente, utópico, quimérico. Algunos términos que si bien, no son exactamente sinónimos, serían una salida elegante y digna para cualquier discurso político de vuelo perdiguezco.

Pero La vaga insistía con lo increíble. Y se le venía a la mente: El Increíble Hulk, tanto el de 1978, como el del 2008. O la serie ochentosa: "Esto es increíble!" que le impusieron una mirada tan enlatada de lo increíble. Qué era, para La vaga, lo increíble en el sentido 2)

Por un lado, lo que le causaba admiración era la propia autodeterminación de haber cortado con las trampas psicópatas de su ESMA. Y por otro, el sorprendente es el Igna que además de parecerse a Nicolás Paladini, la hizo multiorgásmica. O sea, ella se descubrió con esa característica tabú, negada y prejuiciosa de su educación. Pensar que antes, ¡ hasta promesas a la Difunta para llegar a ver la Vía Láctea!. Y, ojo, con el Igna nada de pastillitas, ni argumentos machos para lo simple: un hombre bien plantado que no le teme al amor y sus consecuencias.