Epílogo

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Eran las 6:30AM, el sol todavía no se asomaba pero la cocina era iluminada con la alegre presencia de Lee Daehwi, quien preparaba el desayuno tarareando una dulce melodía, Dongho lo miraba fascinado desde su asiento en el comedor, no entendía a las personas mañaneras, él se había bañado y puesto su traje pero todavía se sentía atontado por el sueño.

Daehwi le dirigió una sonrisa mientras servía bellamente el desayuno en dos platos de cerámica blanca. 

Tratando de espabilarse, Dongho se levantó y sirvió el café para ambos, luego se sentaron uno frente a otro.

Daehwi no llevaba maquillaje, tenía el cabello revuelto y húmedo, y todavía estaba usando su pijama que consistía solamente en una enorme camiseta, demasiado ancha para su delgado cuerpo, los deseos de Dongho se dividieron en su cabeza luchando entre querer ponerle un suéter o sentarlo en su regazo para besar su clavícula expuesta.

—¿Por qué no estás comiendo? —Daehwi preguntó intentando que su voz sonara ligera y alegre —se va a enfriar.

Dongho volvió la vista a su plato y comenzó a comer, sabía que al menor le preocupaba cuando Dongho parecía perderse en sus pensamientos, temía que estos fueran negativos cada vez.

No era así.

Al menos no tan a menudo como antes, las pesadillas y la culpa se habían ido al fondo de su conciencia casi por completo, casi, todavía trabajaba en ello.

Habían pasado alrededor de cuatro meses desde que tuvo una pesadilla, pero había sido tan horrible que lo mantuvo alerta y preocupado por un par de semanas, afortunadamente, cuando despertó, Daehwi estuvo ahí para sostenerlo y asegurarle que sus manos estaban limpias, y a pesar de lo pequeño y delgado que el cuerpo del Daehwi era, Kang se sintió seguro cuando se apretó contra él.

A veces, cuando lo tocaba todavía sentía como si lo estuviera ensuciando, pero en el momento en que Daehwi detectaba la tensión en sus músculos y la culpa en sus ojos, se aseguraba de mirarlo firmemente y decirle lo mucho que lo amaba, lo importante que era, y lo bien que se sentía estar con él.

Era un bastardo afortunado, seguramente había salvado cien países en su vida anterior como para poder tener a Daehwi en esta, a pesar de toda su mierda.

Terminaron el desayuno en un cómodo silencio, luego Dongho levantó los platos y comenzó a lavarlos mientras Daehwi se preparaba para ir a la universidad, ambos estaban en su último año ahora y todo parecía demasiado bueno para ser real.

Daehwi había dejado de trabajar en el café y vendido todas las propiedades a nombre de su familia en cuanto pudo disponer de ellas, el año pasado había escrito un musical como su trabajo final del semestre y a su profesor le había gustado tanto que había hecho que algunos estudiantes de primer año lo interpretaran en el festival de primavera, fue así como Daehwi recientemente descubrió sus dotes como director, y para entonces, aunque todavía faltaba casi un año entero para la graduación, ya había recibido algunas ofertas de varias compañías de entretenimiento que querían emplearlo tanto como compositor o como director.

Daehwi había estado emocionado, por supuesto, pero se lo había tomado con calma, estudiando cada una de las propuestas con atención, y ahora tenía un novio que sería un perfecto asesor legal, por supuesto que no iban a tener problemas.

Dongho alternaba sus estudios con el trabajo en la florería, ahora que se había convertido en su principal fuente de ingresos había decidido tomarlo más enserio y hacerse de una buena reputación, últimamente solo se encargaba de la administración y los tratos con clientes importantes, pero de vez en cundo él y Daehwi todavía pasaban algo de tiempo ahí, era agradable y les recordaba viejos -buenos- tiempos.

Y Daniel estaba demasiado ocupado con su vida de celebridad y su secreta relación con otro hombre, que le era casi imposible verlo últimamente, pero estaba bien, su hermanito había estado soñando toda su vida con convertirse en una estrella y ahora que lo estaba logrando él no podía sentirse más orgulloso.

—¿Terminaste? —preguntó Daehwi repentinamente abrazándolo por la espalda.

Dongho sonrió, no lo había escuchado llegar, terminó de secar los últimos platos y los acomodó en el estante.

—Listo, vámonos —dijo girándose para besar fugazmente a Daehwi antes de soltarlo.

Pero el menor no lo dejó, su agarre sorprendente fuerte en sus hombros mientras lo besaba más profundo y se acomodaba entre sus piernas, empujándolo contra la encimera de la cocina... maldición, iba a llegar tarde a clase... otra vez.

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Criminal 🔞 [Wanna One / NU'EST] 《DongHwi / OngNiel》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora