Capítulo 4 "Sol"

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-¿Qué voy a hacer, Lulu?

Luhan sonríe al oír el apodo y continúa fregando la espalda de Baekhyun. Es martes, y eso significa que verá a Sehun mañana, pero ahora mismo hay asuntos más apremiantes en los que debería enfocar su mente; más concretamente, quitar del cuerpo de Baekhyun todo rastro del vil hombre que se acaba de ir.

-¿A qué te refieres?

-Voy a volverme loco si me quedo más tiempo aquí, Luhan -dice en voz baja el joven y se gira en la tina para enfrentarlo-. Necesito irme.

Luhan presiona su dedo índice contra los labios del otro para silenciarlo.

-Hey, no hables de esas cosas tan a la ligera.

Baekhyun le lanza un mordisco a su dedo.

-Hablo en serio. Tenemos que hacer un pacto. Si uno de los dos se va, tiene que llevarse al otro consigo.

El mayor suspira.

-Hyun, estás siendo...

-Dijiste que me llevarías contigo.

Deja de limpiarle la espalda y mira al muchacho, quien le devuelve la mirada con ojos grandes y le rompe el corazón, porque luce aún peor que la última vez que lo limpió. Guía a Baekhyun para que se incline y le hunde la cabeza en el agua para quitarle del cabello la desagradable sustancia antes de que se seque completamente.

Él sale luego a la superficie y se frota los ojos, desparramando el resto de kohl por su cara.

-No deberíamos hablar de esto aquí. Pero que sepas que lo que dije va en serio.

La sonrisa de Baekhyun luce brillante y llena de esperanza ante las palabras de Luhan, y éste sólo espera poder mantener su promesa.

Tras aquella segunda tarde con Sehun, Luhan había dejado claro que no quería volver a ser el dominante; o más bien, no podía. Aquel tipo de control y poder sobre alguien era algo que jamás se debió haber permitido.

Sehun es más delicado que Luhan, mucho más que aquella vez en la que no había tomado el control. No lo embiste ni va tan rápido. Luhan se eleva ligeramente del colchón por la fuerza. Sehun le da a en su lugar un placer enteramente diferente con firmes pero increíblemente apasionados movimientos de cadera. Para sólo por una fracción de segundo cuando está completamente metido dentro del mayor para dejarle sentir cuán cerca están ahora conectados, y Luhan siente que es lo más hondo que alguien ha llegado dentro de él, tanto física como metafóricamente.

Sehun está aliviado de que el otro no quiera aquella clase de control nuevamente porque, si bien quiere que Luhan la pase bien, recostarse sobre su espalda y ser impulsado contra la pared implacablemente sólo le trae malos recuerdos. Por un momento vio el rostro de su mentor contorsionado de placer, con su cálido aliento cubriéndole el rostro y sus labios agrietados contra los suyos propios.

Sehun se mete más aún las manos en los bolsillos de su abrigo y se encoge contra la intensa y helada ráfaga de viento que corre en el callejón por el que dobla. Odia cuando su mentor lo llama los miércoles, porque el miércoles está reservado para Luhan y es el único día de la semana en el que se le permite ser feliz.

Pero pensándolo mejor, también significa que podrá obtener otra buena suma de dinero que, con suerte, le permitirá comprar cierto collar que le atrapó la atención antes de que otro se lo quite.

No está completamente feliz de llamar a aquel hombre su mentor, pero así es como se refiere a él frente a sus padres, y el hombre le prometió darle lecciones de negocios pronto.

Flores de Cerezo Doradas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora