De la rabia, acabo de romper mi espejo con los puños.
Salí de ducharme, llorando como la mayoría de las veces. En lo que tardé en secarme, el espejo frente a mi se desempañó. Es (era) uno grande, que ocupa casi todo el ancho de una de las paredes de mi baño.
Me quedé estático, haciendo contacto visual con el joven del espejo. Su mirada celeste choca contra la mía, sus ojos enrojecidos por el llanto. Su imagen me repugna. Pareciera al borde de la desnutrición. Grandes ojeras combinan con sus opacos ojos; parece cansado, realmente cansado.
Me muevo, intentando irme de aquel cuarto. El calor que hay ahí dentro es sofocante.
Me imita, me sigue.
El joven del espejo me sigue hacia la puerta. Voltea a verme a la vez que yo lo hago. Regresamos juntos a la misma posición de antes. Me acerco un poco a él, sin embargo su cuerpo ni se inmuta. Quedamos los dos inmóviles, silenciados por nuestros pensamientos. De la nada y casi sin darme cuenta, empieza a moverse. Lo observo desde mi lugar.
Palpa su rostro con sus huesudas manos. Recorre con su largo dedo índice el borde de su nariz, de sus cejas. Recorre su pómulo, sus labios. Palma sus ojeras, como si intentara comprobar si son reales. Lleva las dos manos a su nuca y mueve su cabello de abajo para arriba. Queda más despeinado de lo que ya estaba, sin embargo parece no importarle. Sus palmas tantean su cuello, acarician sus clavículas. Bien podría caber un jabón entero en una de ellas. Sus movimientos y toqueteos lentos pasan a ser en su torso. Acaricia sus costillas como si de un arpa delicada se tratase. Me asquea, pero sigo atento a sus movimientos. Se estira, haciendo que tuda su espalda truene. Vuelve a quedarse quieto.
Se acerca al espejo, hago lo mismo. Nuestras palmas se juntan; la suya está helada, la mía empaña el vidrio.
Me quedo mirándolo, él no aparta la vista. Sé lo que piensa. Se ríe de mi. ¡Patético, patético! Me grita, me grita en la cara. ¡Monstruo!, ¡infeliz! No deja de hacerlo, su voz chillona me deja aturdido. ¡Asqueroso, idiota! ¡REPUGNAN—
No lo dejo terminar. Mi puño impacta con fuerza contra el espejo, partiendo el centro de este en varias partes. Él, desfigurado, queda en silencio... Sonrie ampliamente al pasar unos segundos. Empieza a reír como un desquiciado. Su voz tiene eco, el eco causado por las fisuras del espejo. ¡Basta, basta! Lo golpeo con mis dos puños. Una, y otra, y otra vez. Estoy sangrando, no me importa. Nada duele más que su risa taladrandome la cabeza. Se multiplica cada vez que hago otro golpe, no lo soporto.
Desesperado me echo al piso, mis rodillas aplastan pedazos de cristal. Llevo mis magulladas manos a mis orejas, intentando dejar de escuchar las carcajadas del espejo. Cierro los ojos con fuerza, ya no aguanto.
Las voces se van callando. Mis sollozos, por el contrario, no se detienen.
Todo queda en silencio. Mi perturbada respiración es lo único que se oye.
Pasado un rato, abro los ojos con cierto miedo. Ahí está él, mirándome fijamente en un pedazo de vidrio, roto y ensangrentado, que yace frente a mi. Luce arrepentido... Y no lo está. En lo más mínimo. Tomo aquel pedazo con fuerza, ensangrentando mi palma, y lo tiro a otra dirección. Escucho como se parte en más pedazos, unas risitas se escapan de ellos.
Me levantó finalmente. Pedazos de mi se reflejan en los escombros repetidas veces. Algunas partes aún siguen pegadas a la pared, otras se encuentran fracturadas en el piso. Mis pies, manos y rodillas sangran, algunos cortes arden. Cruzo la puerta y me dirijo hacia el espejo de mi cuarto. Lo soy la vuelta, queda mirando a la pared. No quiero hacer más desastres.
Las paginas del diario se tiñen con pequeñas gotas rojas que aún salen de mis manos. No sé si algo de esto sea legible, estoy temblando.
¿Qué se supone que haga ahora? Para mi suerte papá no está en casa. Dijo que saldría con unos amigos, es probable que regrese en la mañana. ¿Qué le voy a decir? “¡Hola papá!, ¿cómo te fue con tus amigos? Yo estuve bien solo. Rompí a puñetazos el espejo de mi baño. Lo casual, ya sabes”.
Tengo que llamar a Michael. Sinceramente, no sé que otra cosa pueda hacer... Espero pueda venir, teniendo en cuenta que son las dos de la madrugada.
Luego escribiré lo que pasó, supongo...
↻ Adiós.
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✦ ¡ diary !
Fanfiction⿻ Jeremy Heere tiene un diario íntimo. ¿Quieres leerlo?, dudo que le agrade la idea... ◦◦◦