CAPÍTULO 13:[ADVERTENCIA: contenido explícito (+18)]
Me besó con fervor, salvajemente, demandando cada vez más y más. Sujetó fuertemente mis mejillas con toda la palma de su mano e hizo que abriera más la boca. Nuestras lenguas se encontraron y mientras la mía acariciaba la suya tímidamente la de él era feroz.
Él se encontraba sobre mí sin poner todo su peso. Solté un tímido gemido cuando sentí un pequeño bulto a la altura de mi abdomen. No sé qué me pasaba, solo era consciente de que me estaba dejando llevar, y no podía hacer nada contra el deseo que sentía.
-Nena, mira cómo me pones. -tomó mi mano derecha y la llevó directamente a su miembro. Lo sentí muy duro en mi palma y él soltó un gruñido cuando inconscientemente pasé mis dedos por él.
Bajé un poco la mirada para observar la situación. Antoine llevaba sus pantalones de militar y sin poder resistirlo me dieron unas ganas de que éste desapareciera.
Bajé mis dos brazos y torpemente dirigí mis manos al cierre de su pantalón. Sin darme cuenta, por los estragos que me causaba quitar la prenda, había sacado mi lengua por un costado aprisionándola entre mis labios.
Escuché una breve risa y cuando dirigí mi mirada hacia arriba me encontré con un Antoine alegre y sus ojos tenían una pequeña chispa de diversión.
-No te burles. -demandé haciendo un pequeño puchero.
-No me burlo, preciosa, pero te ves jodidamente tierna intentado sacarme los pantalones. -se levantó y se puso de pie a un lado de la cama.
Solté un pequeño gemido al no sentir el contacto de su piel. Me senté sobre la cama y acomodé mi camisón. Me gustaba de cierto modo que me dijera cosas sucias, enviaba sensaciones inexplicables a todo mi cuerpo.
Observé cómo se despojaba de su prenda inferior e inconscientemente estaba mordiendo mi labio. Se quedó en boxers y fue la primera vez que veía a alguien en tan poca ropa. Volvió a subirse a la cama y mirándome fijamente apoyó su mano en mi pecho y me empujó hasta quedar recostada.
-Princesse, te voy a hacer de todo hoy. -sonrió de lado de una manera muy seductora. Ya no tenía miedo, solo deseo. Un apetito que nunca antes había sentido y que me quitaba la timidez.
Apoyé mis manos en su cuello y lo atraje hacia mí para poder besarlo. Él gruñó contra mis labios por mi repentino atrevimiento e hizo que yo soltara otro gemido.
Sentí como sus manos se escabullían por entre mi prenda superior. Dejó de besarme para pasar a lamer todo mi abdomen. Sujetó con sus dientes mi camisón y lo empezó a elevar.
Para facilitar las cosas arqueé un poco la espalda hasta que llegó a mi cuello. Ahí terminó de sacarlo con sus manos e inmediatamente después me cogió fuertemente de mi cintura desnuda y me volteó de manera que ahora yo quedé sobre él.
-Eres perfecta. -susurró pasando una de sus manos por mi mejilla. Luego frunció un poco el ceño a la vez que me observaba y yo lo miraba con las completamente sonrojada. Parecía como si no hubiese querido decir eso realmente.
No sabía si debía decirle algo bonito también, en realidad, no sabía para nada qué hacer. Solo me limité a dedicarle una pequeña sonrisa.
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Peligrosa atracción
RomancePeligroso, impulsivo y violento. Esas no son más que simples palabras para describir a Antoine Dumont, el traficante del barrio. Conforma una red de tráfico de drogas en Paris: Los Murciélagos. Luego de una ardua investigación encuentra a Maddi, un...