AMOR, HONOR Y JUSTICIA.

CAPÍTULO ONCE

CAPÍTULO ANTERIOR...

—Deberás pedir otra recaudación de impuestos —ordenó Orochimaru desde su escritorio.

—Pero señor gobernador, es imposible, no ha pasado mucho tiempo desde la anterior recaudacion, además que con el capitán Sasuke presente, no creo que sea buena idea —declaró el capitán Hashirama.

—El capitán Sasuke no es un problema, sólo es un joven tratando de quedar bien frente al rey, ¿o has visto o sabido que le envíe informes a su majestad?

—No, tengo a varios hombres en ello, y ninguno ha interceptado cartas o informes.

—¿Ves?, dentro de poco tiempo él estará de nuestro lado. Además se supone que los impuestos anteriores fueron robados por aquel ladrón, así que no es de extrañar que volvamos a solicitar una recaudación.

—Entiendo.

—¿Qué sucedió con los esclavos?

—Lamentablemente sólo pudimos recuperar unos pocos después de que el ladrón los liberó, de hecho aquí le traje lo que se recaudó con la venta —mencionó el capitán dejando caer una bolsita con monedas de oro.

—Maldito desgraciado, he perdido mucho dinero con su afán de sabotear mis negocios, lo quiero muerto Hashirama. Ahora vete, te llamaré cuando tenga listo el comunicado oficial para la recaudación de impuestos —dijo y al momento Hashirama se despidió formalmente y salió de la oficina.

Desde una de las calles aledañas, la sombra de una persona seguía de cerca los pasos del capitán Hashirama, siguiendo cada movimiento sin que nadie se percatara de su presencia.

AMOR, HONOR Y JUSTICIA.

CAPÍTULO 11

Sakura y HInata ocultaban sus caballos y comenzaban a saltar de tejado en tejado hasta llegar a la mansión del gobernador.

—Hay 4 guardias en frente —mencionó Hinata observando hacia la mansión.

—De seguro que en la parte posterior han de haber otros cuatro —respondió la pelirrosa.

—Yo me encargaré de la distracción, tú ve a la mansión, yo te esperaré aquí.

—Entiendo, ve con cuidado.

Segundos después, una pequeña explosión cerca de la mansión movilizó a todos los soldados, aquella era la señal para Sakura, quien de inmediato se dirigió a la casa, ingresando en ella sin mayores problemas.

Aunque su inteligente maniobra llamaría la atención de quienes menos esperaba.

—¿Qué fue ese sonido? —preguntó Naruto, quien al oír el estruendo, se levantó raudamente de su cama.

—No lo sé, pero lo averiguaremos —respondió Sasuke poniéndose su chaqueta y sus botas.

—¿Y Kakashi?

—No te preocupes por él, él tiene su propia misión, ahora vámonos —mencionó seriamente el pelinegro mientras se dirigía a la puerta seguido por su teniente.

En la oficina de la armada, todos los soldados se movilizaban, hasta que Naruto tomó a uno del brazo y le exigió una respuesta.

—Hubo una explosión cerca de la casa del gobernador —respondió aquel soldado para después soltarse de aquel agarre e irse rápidamente.

—Debe ser ella —esbozó Sasuke seriamente para después dirigirse hacia la mansión del gobernador.

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