Tsuki to Taiyou no Meguri

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El maestro de ceremonia, terminaba de revisar a Antares, mientras Judal estaba perdido en sus pensamientos sosteniendo con fuerza el paquete que Sinbad le había dado. No podía olvidar las fuertes manos en su rostro hace unos minutos, sin darse cuenta que un rubor pintaba sus mejillas

- Judal... Judal... - bufo - Antares - el corcel le dio un zape al joven

- Oye... ¿Qué?

- Te preguntaba qué te dijo el herrero

- Ah, dijo que Antares deberá descansar hoy, mañana podrá actuar como siempre

- Bien, entonces cambiaré tu día de descanso, ¿estás de acuerdo? - respondió el cirquero - tendré que pensar en un sustituto - antes de que Judal pudiera responder

- ¡Señor!, ¡señor!

- ¿Qué pasa?

- Una de las bailarinas se enfermó y no tenemos una sustituta

- ¿Qué?, oh no...

- ¿Señor qué vamos a hacer?

- Jefe - habló el menor - haré mi acto sin Antares y reemplazaré a la chica, así no me cambia mi día de descanso y le dará otro a mi corcel, ¿le parece bien?

- ¿Podrás con ambos actos Judal?

- Solo me cambiare de ropa... pero antes, ¿a qué hora es la función de la chica?

- Es de los primeros actos

- Y mi acto es el tercero, me dará tiempo de cambiarme - respondió el azabache

- Por mi está bien

- ¿No quedarás cansado? - preguntó el cirquero

- La coreografía es sencilla, no le será difícil ejecutarla

- Bien, entonces - viendo a la mujer - enséñale a Judal la coreografía y los cuidados que debe tener

Judal solo asintió, para llevar a Antares a descansar. Mientras tanto en su hotel, Sinbad bebía su habitual vino, mientras contemplaba las carpas de los circos. Tenía la inquietud si ir a la función de hoy o no, en especial, al escuchar que el caballo de Judal debía descansar era obvio que su número se cancelaría. Pero después de lo sucedido, momentos antes, ya no podía quitarse a ese chico de la cabeza. Así que una sonrisa se dibujó en su rostro. En otra habitación

- Hinahoho, tu eres el único que está casado, dime, ¿Qué opinas?

- ¿Opino que?

- Sobre Sinbad y ese muchachito, ¿crees que Sin?

El peli azul cruzó sus brazos y cerró sus ojos mientras recordaba lo sucedido cuando fueron a buscar a su líder, Mystras solo observaba atento en espera de una respuesta. Cuando el gigante por fin decidió hablar

- No te gustara lo que diré Ja'far, pero, es más que obvio que Sinbad por fin sentara cabeza

- Pero es un cirquero y además, un hombre

- Ja'far - sonriendo - cuando crezcas, entenderás algunas cosas

El albino se quedó extrañado ante las palabras de su compañero. En el circo, Judal aprendía los pasos del baile de la chica que iba a sustituir

- Recuerda Judal, brazos arriba y menea la cintura en todo momento - viéndolo atenta

La mujer observaba atenta porque si el azabache cometía algún error, pero para su sorpresa el joven bailó perfectamente, solo corregía en pequeños detalles

Arabiya layla GendanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora