Vergüenza

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El gran día de la cita había llegado y la nerviosa azabache se estaba por marchar pero justo llegó su abuela, abrazandola.

-¡Hadita mia! ¿A dónde vas tan apurada?

Preguntó la señora mientras abrazaba a su nieta la cual veía en dirección de su madre que se acercó al oír la voz de su suegra.

-Déjala Gina, tiene una cita con su novio y está apurada. - aclaró la mujer haciendo que las mejillas de su hija se sonrojen mientras se liberaba del abrazo de su abuela.

-¡No es mi novio! ... no aún.

Ojalá que Adrien no prefiera a Pizzagirl en lugar de a Marinette por que éso se pondría muy incómodo.

Gina al oír que su nieta tendría una cita, se alegró y la miró con sorpresa.

-¿Una cita? Ésa es mi nieta. Prepara tus caderas para...

-¡Mamá!

Gritó la avergonzada azabache en busca de ayuda de parte de su madre.

-Gina, por favor. - pidió la amable señora mientras su suegra daba un suspiro profundo.

-Bien, no la retraso más.

Le hizo pasó a su nieta la cual pasó con alegría pero su abuela la miró confundida al ver que llevaba un casco.

¿Marinette ya tenía edad para conducir?

-¿Y ése casco?

Preguntó la mujer y Marinette le mostró el casco mientras sonreía.

-Para mí cita.

Aclaró como sí fuese lo más normal del mundo.

-¿Okay?

Gina entró en confusión por el casco pero lo ignoro.

Sabía que su nieta aveces podía ser... especial.

Pero como buena abuela, había algo que no podía ignorar.

-¿Y llevas condo...

-¡Mamá!

Gritó la chica en busca de ayuda, antes de que su abuela terminé de hablar.

Amaba a su abuela pero aveces era mucho para ella.

-Gina, por favor.

Pidió la señora Dupain Cheng pero luego de pensarlo un poco, miró a su hija que se estaba poniendo el casco para irse.

-Pero tu abuela tiene razón, ¿llevas con...

-¡Es una cita, no mi luna de miel! ¡Adiós!

La azabache se fue muerta de la vergüenza mientras su madre y su abuela chocaban sus puños, cómplices.

Avergonzar a Marinette podía ser muy divertido.

Al salir de su casa, Marinette se puso a caminar tranquilamente pero pronto sintió un ligero temblor en el suelo, se volteó y vio a miles de personas acercarse a ella.

-¡Pizzagirl, te amamos!

El alocado fan de Adrien, al parecer también era fan de pizzagirl.

La chica volvió su mirada al frente y se puso a correr lo más rápido que podía.
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En el lugar de encuentro.

Adrien veía con una sonrisa nerviosa a su cita la cual estaba recostada contra la pared mientras se tocaba las costillas izquierdas...

A él ya le pasó éso de huir de los fans.

El chico sonrió y le extendió la mano a su cita.

-¿Me acompaña a comer un helado, señorita pizzagirl?

Preguntó mientras ella extendía su mano, con una inmensa sonrisa nerviosa debajo de ése casco.

Sus dedos se rozaron levemente y pronto, alguien empujó a Adrien, metiendose en el medio.

-¡Señorita Pizzagirl, yo el Búho, la invito a ser mi discípula! ¡Uh, uh!

Era el director Damocles, con su disfraz de el Búho.

La azabache dio un gran suspiro profundo mientras se paraba firmé.

-Lo siento dire... señor Búho, francamente no estoy interesada en ser una superhéroe y en éste momento voy a comer un helado con mi cita.

Explicó señalando a Adrien, haciendo que el hombre volte a ver como su alumno se reinorporaba y le saludaba.

El Búho se cruzó de brazos y se puso a pensar mientras asentía.

-Es verdad, como superhéroes debemos aprender a habitar con los civiles ¡Gran idea señorita pizzagirl! ¡El Búho los acompañará a comer helado! ¡Uh, uh!

Gritó el hombre antes de ir corriendo al interior de la heladería, haciendo que Marinette extienda sus brazos y se apreté el casco de manera dramática mientras miraba al cielo.

¡¿Por qué no podía tener una cita normal con Adrien?!

El chico sonrió al ver a su cita y con atrevimiento, la tomó de la mano.

-¿Vamos?

Preguntó y ella lo miró.

¿Cómo es que Adrien era tan amable?

-¿No quieres ir a otra heladería?

Preguntó la chica pero el ojiverde rió mientras la llevaba adentro, dando por entender que no y haciendo que ella pasé los minutos más vergonzosos de su vida gracias a la compañía de el Búho.

Al menos ésa vergüenza no podía empeorar...
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¡Hola!

Y Marinette sigue sin aprender que las cosas si se pueden poner peor.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

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