#5

1.7K 111 15
                                    

-Vamos Rubble... -susurra Marshall impaciente mientras toca la puerta de la casa del bulldog. Ha pasado un día entero desde la última vez que se hablaron y él realmente espera conversar con Rubble sobre eso y su propuesta. Sin embargo, en lugar de que el otro cachorro aparezca, se escucha la voz de un hombre preguntando quién es. El dálmata espera y lentamente la puerta se abre revelando al dueño de Rubble.

-Hola Marshall -saluda Alex sorprendido por la visita del dálmata. Abre la puerta completamente y lo deja pasar. -. Rubble está arriba -menciona, sabiendo exactamente la razón por la que Marshall está ahí.

El cachorro asiente y comienza a caminar, examinando la casa mientras lo hace. Sí es una casa bonita, tal cómo Rubble dijo. Ve unos cuadros sobre el bulldog y sus dos dueños. «Tal vez no debería traerlo», piensa al ver lo unido que es su familia. Tan unida que puede decir que de verdad Rubble ya olvidó a sus antiguos amigos. Comienza a entristecerse, sabiendo que llevar a Rubble significaría probablemente dejar a su nueva familia y sería toda su culpa; si es que el bulldog acepta a ir en busca de la antigua o si nunca regresan.

Sube las escaleras y ve nuevas fotos, una de ellas con un cartel bienvenido a tu nueva casa. «Esta debe ser de cuando recién lo adoptaron», se sugiere el dálmata. Su culpa aumenta al saber que él podría ser la causa de la separación de esta familia que por lo que vio es muy apegada. La opción de que vayan en busca de Zuma se desvanece junto a las esperanzas de que Rubble acepte. Él tenía razón, tiene una nueva familia que ama al igual que la antigua.

Pero Marshall no tiene una nueva familia para compartir los mismos recuerdos. A diferencia del bulldog, él no tiene dueños que lo amen; solo tiene a sus compañeros de la estación de bomberos, que nunca verá como amigos. Su único deseo es ver a sus antiguos amigos, ya vio a uno y está a unos pasos de ir en busca de otro.

Con la determinación de vuelta, termina de subir las escaleras y se dirige a la habitación que Rubble le contó donde se encontraban sus cosas. Camina hacía la puerta y la abre lentamente para no espantar a su amigo. Sin embargo, no lo encuentra ahí. Confundido, abre la puerta completamente y busca por toda la habitación.

-Marshall -escucha a una voz firme detrás suyo, asustándole. Da un grito y salta para al frente, tropezando con un juguete y cayéndose. Gime ligeramente de dolor y voltea a su cabeza para descubrir al causante. Es Rubble, quién está en este momento riéndose entre dientes y poniendo los ojos en blanco por la torpeza de su amigo.

-Hola -saluda el dálmata mientras se levanta de su golpe. Sacude su cabeza y camina hacia el bulldog. -. Me asustaste -confiesa mientras coloca una pata detrás de su cabeza por vergüenza.

Rubble vuelve a rodar los ojos y se sienta al costado de Marshall -De todos modos... ¿Qué haces aquí? -pregunta ligeramente frío mientras mira con una cara neutra al dálmata.

Por otro lado, Marshall está estupefacto. Rubble nunca es frío con nadie, o al menos nunca lo fue hace dos años y medio. El dálmata vuelve a considerar si es buena idea o no invitarlo. Sacude la cabeza para sacar ese pensamiento de su cabeza y mira a su amigo. No importa lo hostil que pueda ser Rubble, Marshall le iba a preguntar sí o sí si venía con él a la aventura. El problema es que no sabe cómo. Abre la boca unas cuantas veces, pero ninguna palabra sale. Finalmente, respira y suelta un suspiro, listo para hacer la pregunta.

-¿Me vas a acompañar a buscar a Zuma? -cuestiona con gran firmeza, algo extraño de él. Sin embargo, aunque por fuera este serio, por dentro se está arrepintiendo al ver la cara de negativa del bulldog.

-Ya te dije que no -suelta Rubble, ahora su cara neutra se vuelve enojada y su tono ligeramente frío se convierte en uno completamente hostil. Sin embargo eso no es suficiente para retractar a Marshall.

(ANULADA)  Separados - Paw Patrol FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora