(ANULADA) Separados - Paw Patrol Fanfiction

#9

—¿Seguro que era por el norte? —pregunta Rocky mientras seguían caminando. Ya no están en la carretera, sino en una ciudad que aún no encuentran el nombre. Lo que preocupa y molesta a Rocky al notar que luego de dos días no se han encontrado con ninguna playa o algo parecido que de a entender que están cerca de Florida. Dos noches y tres días, para ser exactos, y ningún resultado de si van por el buen camino.

—Honestamente... no —confiesa Marshall nervioso y ligeramente asustado. Rocky deja de andar y lo mira molesto con las cejas fruncidas, aterrando más al dálmata. Gruñe y da un suspiro brusco tratando de calmarse, sin éxito.

—¡¿Cómo qué no estás seguro?! —le grita enojado a Marshall, quien solo pudo retroceder del susto —¡Se supone que sabías por dónde ir!

—¡Nunca dije que sabía! —le responde el dálmata recuperándose del miedo. La furia al saber que están perdidos lo invade, haciendo que su actitud normalmente juguetona y amable desaparezca —¡Se supone que eres el inteligente!

—Pero tú tenías un mejor mapa... pudiste, no sé, haber visto antes por dónde ir... —. Hay una pequeña pausa —... o pudiste... argh —Rocky gruñe, de nuevo, y pone sus patas en su cara, desesperado. ¿Cómo pudo perderse más? Si era cierto que aceptó ir por el norte, pero era porque pensaba que Marshall estaba en lo correcto. Ahora han estado dos días enteros yendo a no saben dónde.

—Tranquilo, Rocky —. Rubble pone una pata en el hombro de la raza mixta, quien lo mira de forma neutra al no saber cómo reaccionar al ligero apoyo de su amigo —¿Qué tal si te relajas un rato?

Rocky da un suspiro e intenta calmarse, de nuevo. Mira a los alrededores para distraerse, aunque no da mucho resultado al recordarle que no saben que ciudad es. Sus ojos se fijan en un parque, con gente y cachorros jugando y conversando. Rubble también lo ve, y suponiendo que es el lugar perfecto para relajarse decide sugerirle la idea a Rocky.

—¿Y si vamos a ese parque? —. Rubble señala el lugar mencionado con su pata. Marshall, quien está algo incómodo con la situación, voltea y sonríe al mirar el relajante lugar. El dálmata asiente luego de fijar su vista de nuevo en Rocky. El cachorro mixto solo gruñe y murmura su aprobación, aunque en realidad no quiere ir.

Comienzan a caminar, el bulldog liderando el camino aún así cuando ya saben por dónde es. La bulla del lugar cada vez se escucha más fuerte mientras caminan. Cruzan la pista y llegan al parque, notando lo lleno que está. Adultos y niños, perros y cachorros, todos conversando, sentados o jugando. Al parecer lo supuestamente relajado no es al haber tanto ruido de la gente.

De echo, todo ese sonido estresa aún más a Rocky. Los cachorros restantes, a quienes el sonido también les está empezando a molestar, intentan buscar por un lugar en silencio, o lo suficientemente calmado para tranquilizarse y descansar.

Los tres pares de ojos se fijan en una zona que se ve menos poblada, solo unos cuantos cachorros por lo que logran ver. Nuevamente, comienzan a andar a ese espacio, sin percatarse de todos los que están a su alrededor y quienes los miran con disgusto. Sin embargo, lo que sí notan es que la gente se aparta para dejarlos caminar, algo que no entienden el porqué lo hacen.

Siguen caminando hasta llegar a la zona casi completamente despejado, solamente se ve a una cachorra, por lo que pueden ver. No le toman mucha importancia, o al menos no todo sobre ella. Lo único que les concierne es la raza de la can; una cockapoo. La misma raza que su antigua amiga, Skye.

—Se parece un poco a Skye... —menciona Rubble señalando ligeramente a la cachorra. Y tiene razón, demasiada. Los mismo tonos de colores, el mismo tamaño aunque un poco más grande, el mismo peinado. Lo único que notan distinto es su actitud, Skye era una cachorra muy alegre y divertida.