(ANULADA) Separados - Paw Patrol Fanfiction

#10

—Así que... Skye... has estado viviendo aquí todo este tiempo —menciona y pregunta de forma indirecta Rocky mientras van caminando por las calles hacia la mansión de la cachorra mencionada. Su dolor de cabeza ya ha desaparecido, dejándolo pensar con claridad todo lo que pasó realmente. En primer lugar, él ya sabía que Skye se fue con dueños millonarios, él estuvo ahí cuando se la llevaron. Lo que no sabía era dónde exactamente se la llevaron, habiendo tantas opciones sobre donde pudo haber ido.

Lo segundo es la zona en la que se encuentran. Si bien se esperaba algo delicado y bien cuidado, nunca se esperó tan nivel de seguridad o limpieza en la zona. Por cada casa que pasan él nota por lo menos tres cámaras en la parte frontal. También nota lo que supone que son algunos perros guardianes. Desde razas como pastores alemanes hasta incluso schnauzers, todos están parados vigilando su casa. O mansión, lo que más se relacione con ellos.

Lo último que piensa es sobre Skye. La cachorra alegre, amable,y tierna que siempre levantaba los ánimos en el equipo ahora está sucia con ramas y barro en sus patas. Le parece totalmente extraño al notar que vive en una zona tan elegante. ¿Por qué estará así?¿Acaso de algo se está perdiendo? Quizás le falta conseguir más información sobre su amiga. Es decir, lo único que sabe es que vive en alguna parte de estas cuadras.

De echo, ahora que lo piensa mejor, no conoce realmente nada sobre sus demás amigos. De Marshall solo conoce que se fue con unos bomberos, y de Rubble de que se fue con una familia o algo así. Nada más.

—Pues puedo decir que sí —se escucha la voz de Skye, sacando a Rocky de sus pensamientos. La cachorra quien hizo la pregunta realmente no lo miró al responder, no tan sorprendente si se dan cuenta que está guiando el camino. Aunque sí es algo extraño porque anteriormente ya le habían hecho otras preguntas (sobre el lugar) y ella había respondido con su atención en ellos.

—¿Y qué haces por aquí? —pregunta el cachorro mestizo intentando presionarla, aunque no lo muestre completamente.

Skye suspira antes de responder su pregunta. Si hay algo que ella sabe es que contarle su vida o les dará pena o les hará preocuparse por ella, algo que no quiere. No es que realmente no se sienta lo suficientemente importante, es que con la revelación de que Zuma está al otro lado del país lo hace a él más relevante que su vida miserable. Sin embargo, si hay algo que sí sabe es que no puede evitar esa clase de pregunta y que esa es la primera de una gran serie de dudas.

—Realmente nada —contesta brevemente —. Quiero decir, por más que quiera no me dejan salir de casa -confiesa, dando información en cierto modo innecesario que se arrepiente de decir. Su paso se hace más lento mientras permite que los demás se pongan a su misma distancia.

—¿Entonces que hacías en el parque? —cuestiona Rubble desconcertado por su amiga y sus razones. ¿Si no la dejaban salir de casa cómo es que estaba en el parque?

—Ehh... —Skye se queda sin saber como explicárselos. La cachorra normalmente abierta y feliz no sabe cómo confesarles que por primera vez en su vida comenzó a romper las reglas e independizarse. Siempre que estaba en el equipo ella seguía las normas al igual que los demás (aunque no tanto como Chase). Sin embargo, ahora que las normas le decían que no debía salir de casa ella tiene que desobedecerlas, rompiendo su promesa que le hizo a Ryder de ser una buena cachorra.

Voltea a ver a sus amigos con caras de ansiedad y confusas, esperando su respuesta. Skye da un suspiro, otra vez, y comienza formar las palabras en su mente, al final diciendo las más simples para explicar —. Me escapé de casa

—Pero que...

—Quiero decir -Skye trata de arreglar rápidamente su error -me escabullo de casa de vez en cuando para venir al parque -se explica mejor, generando caras de comprensión de parte de sus amigos. Los cuatro dejan de caminar para profundizar más en su conversación.

—Espera... —comienza a hablar Marshall — ¿Por qué no te dejan salir de casa? —pregunta esperando obtener las razones de porqué no sale. Sabe que no puede ser por la limpieza, este lugar está impecable. Aunque tal vez sí sea por la inseguridad, debe haber una buena razón de tantas cámaras y perros guardianes en la zona.

Skye se queda pensando sobre la pregunta ¿Por qué no la dejan salir? Realmente nunca cuestionó completamente las razones. Siempre se fijaba en lo molesta que estaba al prohibirle esto, pero nunca por qué. Tal vez sea por la inseguridad del lugar. Tal como le dijo su amigo, los perros guardianes existen por la gran posibilidad de ser robados o saqueados. Tal vez pocas veces ha pasado, pero eso no niega lo probable que es al ser un barrio millonario. Incluso hay rumores de que los propios perro guardianes son los ladrones, por lo que no les permiten hablar ni moverse de su sitio a no ser que tengan permiso.

—Supongo que es por la inseguridad del lugar —menciona antes de comenzar a caminar de nuevo. Los demás asienten y la siguen, continuando su camino hacia su mansión —. Es una zona muy atrayente para los ladrones

—¿Solo por eso? —pregunta Rubble —. No parece que sucedan varios robos por aquí

—En realidad no suceden, pero les gusta prevenir —. Los cuatro cruzan por una calle llegando a la cuadra de la mansión de Skye. Solo unos cuantos minutos y llegarán a su casa —Más vale prevenir que lamentar, dicen —. Dan unos cuantos pasos más, sin embargo, el ambiente tranquilo que había desaparece y se llena el lugar con ladridos de perros. Perros guardianes, por lo que Skye puede identificar. Luego, suenas unas alarmas de alguna mansión.

—¿Qué es eso? —pregunta Rocky sin saber realmente que está pasando.

—Robo... —susurra Skye antes de darles una señal para que la sigan y salir corriendo hacia su mansión. Los tres la miran confundidos y hacen caso a su señal, corriendo detrás suyo hacia donde esperan que sea un lugar seguro. Los ladridos se escuchan cada vez más fuerte, al igual que las alarmas. Todas las rejas se cierran automáticamente, impidiendo a cualquiera a entrar.Los cuatro, quienes ya habían llegado al frente de su mansión, al no poder entrar se escondieron en los arbustos de decoración que hay delante de la casa. No hacen ningún ruido, sabiendo que un ladrón suelto es demasiado peligroso, por algo deben cerrar todas las puertas y activar tantas alarmas.

—¡Ve por él! —se escucha a una voz gritar mientras se oyen pasos. Una silueta de lo que suponen que es el ladrón pasa al frente suyo, y la silueta de un can persiguiéndolo también. Marshall, siendo atraído por la sombra del can, sale del escondite sin escuchar las desaprobaciones de los demás. Mira hacia ambos lados, sin encontrar rastro de más gente. Rápidamente, va corriendo hacia la dirección que fueron ambos, curioso por conocer al can que vio

Se escuchan pequeños disparos y más ladridos, luego un grito de dolor que asusta y sorprende al dálmata. La voz es grave, demasiado para un perro, así que supone que el ladrón fue capturado y herido. ¡De qué manera?, no quiere saber, pero tiene que hacerlo si quiere conocer a ese can guardián. Sigue corriendo hasta llegar a la zona del crimen. Ve a unos policías, al ladrón tirado en el suelo sangrando y a una ambulancia, pero ningún rastro del can.

Confuso y curioso, Marshall decide acercarse más al lugar, obviamente intentando no ser visto. Camina y cuando pasa al lado de la ambulancia por fin puede ver claramente al menos la espalda del cachorro que fue incluido en ese asalto. Claramente se puede ver que la raza es un pastor alemán; orejas puntiagudas y gran tamaño. Su pelaje de la espalda es de color marrón oscuro, algo típico de esa raza.

De repente, el can voltea hacia donde está él. De alguna manera, logró sentir su presencia, fijando su vista en el dálmata y el dálmata viéndolo completamente a él. Sin duda, un pastor alemán. Y ahora que lo puede ver mejor nota más detalles sobre él. Aparte de pelaje marrón oscuro también tiene un color más claro, sus ojos son marrones, medio ámbares. Un solo pensamiento pasa por la mente de Marshall al darse cuenta de las características del can.

«Chase», reconoce el dálmata antes de volver a esconderse, y escapar rápidamente del lugar.