Día 4

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Para compensar el hecho de que Mike estuvo ocupado todo el día anterior, Trollino invitó a los demás de su grupo (así como al mismo Mike) a su casa para pasarse la tarde haciendo babosadas y relajándose. Para buena suerte del pelinegro, todos se encontraban disponibles durante el horario de la reunión.

Hasta ahí todo bien.

El cuestionamiento vino cuando se preguntaron con qué deberían entretenerse.

- ¡Juguemos a los retos! - recomendó primero Invictor.

- Neh, eso ya lo jugamos siempre - negó Trollino, rodando los ojos.

- Pss ¿A las escondidas? - sugirió Sparta.

- No tengo ganas de andar correteando... - bufó Mike.

...

Y todos se quedaron en silencio, pensando.

Hasta que a un ojiverde se le prendió el foco.

- Oigan, yo traje un juego de Jenga nuevo ¿Y si lo probamos? - Raptor sacó de su mochila el paquete del dichoso juego. Al resto inmediatamente se les iluminaron los ojos.

- ¡SIIII! - exclamaron en coro, emocionados. Raptor sonrió feliz ante ello.

[4 partidas de Jenga después...]

- ¡NOOOOOOOOO! - miró horrorizado como la torre colapsaba, regando las fichas sobre todo el suelo - ¡¿Pero por qué siempre se cae cuando me toca a mí?! - gritó Mike, enojado. Todos los demás, como buenos amigos que son, se atragantaban en carcajadas - ¡DEJEN YA DE REÍRSE, BOLA DE HIENAS!

- ¡ES QUE TÍO-PFFF - Timba ya estaba golpeando el piso mientras se agarraba la panza - ¡T-Tienes tan mala suerte! ¡Ya van cuatro partidas! - intentó tomar aire, pero fue en vano. Seguía riéndose como loco.

- ¡CÁLLATE! ¡Y ESTÚPIDA TORRE! ¡SE CAE SOLITA LA DESGRACIADA!

Pero ante su berrinche las risas aumentaron. Mike formó un puchero molesto por ello, desviando su mirada hacia la pared.

Sin embargo, en un momento de lucidez mental por parte de un pelinegro, se le vino una ola de inspiración. Seh, como de esas que le dan a los escritores y dibujantes a las 3 de la mañana cuando finalmente dejan su celular o lapiz y se acuestan con el fin de dormir, cosa que al final resulta casi imposible.

Y ya me estoy desviando del asunto. Bien, Trollino sabía que no era necesaria la grabadora, pues estaba rodeado de todos sus amigos. Por lo que sólo se dedicó a normalizar su respiración para poder hablar claramente.

Respiró hondo y, para su fortuna, la mayoría ya se habían calmado.

- ¿Sabes, Mike? - como si fuese magia, todos voltearon a verlo - B-Bueno, este juego de Jenga se parece a mí... -

- Pero que dices... – el menor lo miró como si fuese bicho raro - ¿En qué sentido?

- En que siempre caigo rendido ante ti, hermoso~ - y del mismo lugar que salió la sonrisa coqueta, salió un guiño.

- ... -

Los primeros cinco segundos fueron puro silencio...

Los siguientes se llenaron de gritos y risas por parte de los espectadores.

- ¡Wow, que piropo más bueno! - exclamó una voz entre todo el escándalo.

- ¡Uy, miren nada más! ¡Lo llaman romeo! - siguió Timba.

- ¡Nosborn, que galán~! - citó Raptor con una sonrisita juguetona.

- Ay Dios mío, cálmate Mike, pareces un tomate... -  dijo Flex, quien otorgaba palmadas al castaño en su espalda en forma de consuelo. Mike se había encogido en su sitio, con sus manos en el rostro, intentando ocultar inútilmente el gigantesco sonrojo que cubrió su carita por completo.

El hecho de que el piropo haya sido tan repentino, sumándole a la situación de que estaban rodeados de todos sus ruidosos amigos, provocó que Mike terminara hecho un tierno tomatito.

Por supuesto que al final no pudo evitar reírse, tanto del piropo como de sí mismo.

"Al final todos eran parte de ese tonto reto ¿No...?"

...

"Pff, obvio…" se respondió a su propio cuestionamiento internamente, sintiendo la dolorosa sensación de una opresión en su pecho.

Y entre amigos, risas, comentarios y juegos, todos supieron que Trollino cumplió con el cuarto día.

•Una Semana de Piropos• [Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora