Día 7 (Final)

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Trollino se decidió la noche anterior a no despertar hasta mínimo en 12 horas más. Pensaba firmemente que le debía un merecido descanso a su pobre cuerpo después de lo que le había hecho el desconsiderado mar.

Por lo que gruñó cuando al abrir los ojos se dio cuenta de que todo seguía oscuro.

Tanteó a su lado, buscando su celular para revisar la hora.

Casi se queda ciego por la potente luz que llegó a sus ojos. Bajó el brillo y por fin pudo distinguir algunas formas.

"5:27 AM"

Soltó un bufido.

Pero de repente le llegó una extraña corazonada.

Con ayuda de su aparato iluminó la cama de al lado, encontrándose con la sorpresa de que estaba vacía, cosa que lo extrañó.

- Pff… Quizás se fue al baño -

"¿A estas horas?"

...

Ya no sentía tanto sueño.

Se levantó perezosamente de la cama, giró su cabeza hacia la ventana y vio el azul ya no tan oscuro que teñía el cielo. No faltaba mucho para que amaneciera.

Caminó descalzo al baño y, como los modales hacen al hombre, tocó la puerta. Pasaron los segundos y terminó por abrir la puerta.

No encontró a nadie.

Dando por resultado el descarte de la idea anterior. Cosa que le preocupó aún más.

Cerró la puerta silenciosamente. Otro extraño impulso provocó que ahora se acercase a la ventana. A primera vista se encontró con el ya esperable cielo oscuro de madrugada, la playa y la calle que dividía al Hotel y la costa, mas se quedó estupefacto al lograr distinguir una silueta familiar cruzando la pista, encaminándose en dirección al mar.

- …¡¿Mike?! -

Ni parecía haberse cambiado su ropa de dormir. Únicamente se había puesto encima su típica capucha amarilla con orejas de perro, probablemente por el frío que se hacía presente a esas horas.

No dudó en seguirlo.

Torpemente se calzó con unas sandalias, tomó las llaves de sus habitación y salió disparado hacia la puerta mientras agarraba de paso un abrigo azul. Por poco se cae bajando las escaleras, cruzó la entrada y después la pista, hasta que sintió como incómodamente la arena comenzaba a colarse entre sus dedos.

A medida que se acercaba, su ritmo iba volviéndose cada vez más lento. El sonido de sus pisadas era opacado por el suelo arenoso, provocando que el castaño no notase su presencia.

Hubo un punto en el que ya estaba a menos de 5 metros del castaño. Este estaba estático, con su vista fija en la gran masa de agua que tenía en frente, como si estuviera en una clase de trance o ensoñación.

- …Hey, Mike - llamó con suavidad. El nombrado saltó en su sitio del susto e inmediatamente se volteó.

- A-Ah... H-Hola Trolli… - sonrió inocente mientras observaba como su contrario avanzaba hasta llegar a su lado, y regresó su vista hacia adelante.

Ahora ambos miraban el amanecer.

- ¿Qué haces despierto a estas horas? - preguntó sin más el ojiazul, sobresaltando al más bajo.

- Bueno... - suspiró - En realidad no pude dormir… -

- ¿Qué? - Trollino lo miró preocupado - ¿Cómo que no te dormiste? ¿Te dolía algo? ¿Estabas ansioso? ¿O quizá-

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2019 ⏰

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•Una Semana de Piropos• [Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora