Capítulo 7

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Shawn es, digo, era uno de mis mejores amigos. Lo conozco desde que tengo uso de razón. Mi madre y la suya son muy amigas, desde pequeñas, al igual que nosotros dos. La diferencia es que nosotros dos nos alejamos, y ellas siguen en contacto. Lo veo todos los veranos, ya que veraneamos en el mismo lugar todos los años. Y por esa misma razón, me ha resultado bastante raro verlo ahora mismo en la puerta de mi instituto.

— Shawn, ¿qué haces aquí? — dije sorprendida y seguidamente le di un abrazo.

— ¿No te lo ha contado tu madre? — negué con la cabeza — ¿Ni mi madre dijo nada en verano? — volví a negar — nos mudamos aquí.

— Estoy... No se, no tengo palabras de verdad.

Me iba a decir algo, pero tocó la campana.

— Debo ir a clase, perdón. Luego nos vemos.

Dije y salí disparada hacia el aula. Me tocaba matemáticas, lo que significaba que tenía que ver a Nate ahora mismo.

Subí las escaleras bastante rápido y me dirigí hacia la puerta de la clase. Saludé a Rebecca y a Evelyn, y seguidamente busqué con la mirada a Nate, quien se encontraba a la derecha de Adam. Me quedé unos segundos mirándolo y dejé de mirarlo. Y de pronto sentí que alguien me miraba, pero no era él, era Adam.

Segundos después llegó el profesor. Cuando ya todos estábamos en nuestros sitios y el profesor iba a comenzar la clase, llamaron a la puerta. Se abrió y ahí estaba él de nuevo. Con esa perfecta sonrisa y esos ojos color azabache que enamoran a cualquiera. Ahí estaba mi "crush" , o mejor dicho, mi amor platónico e imposible desde que soy bien pequeña. Estaba con el director y lo más probable era que lo trajeran porque esta es su clase. ¿Estará en la clase B, es decir, mi clase, o en la clase A?

— Hola, siento interrumpir, pero hoy ha llegado un alumno nuevo, Shawn Evans. Esta en la clase de primero de bachillerato B. Espero que lo tratéis bien. Hasta luego.

Dios. Mio. Está en mi clase. Al fin me llevo con alguien más que con Evelyn en clase.

— Shawn, siéntate atrás de Rebecca y Elle, con Nate.

Vamos bien. Si voy a tener dos monumentos griegos atrás mía en clase, me da que no voy a estar muy atenta.

Después de una aburrida y eterna hora de economía, toca el timbre para el recreo. Coloco mi maleta en la mesa y abro el bolsillo para coger mi dinero para comprarme un bocadillo. Antes de salir de clase, me despido de la profesora, que también es mi tutora, y finalmente me dispongo a comprar mi bocadillo.
Después de comprarlo, me dirijo al lugar donde se encuentran todas.

— ¡Hola!

— Adam ha estado por aquí buscándote — me informa Sarah.

— ¿Ah si? ¿Ha dicho porqué?

— Nop. Ha preguntado que donde estabas y se ha ido. A buscarte, creo.

— Bueno, ya vendrá luego, o me lo dirá en clase.

— ¿¡Sabéis que me ha pasado?! — pregunta Bianca entusiasmada y todas la miramos preguntando el qué.

— ¡Hoy jugando al matar en educación física, Tyler me ha elegido en su grupo! ¡Y después nos hemos chocado!

— ¡Wow! Vamos progresando, eh — digo sacásticamente.

Así éramos nosotras. Nos ilusionábamos con la mínima cosa que nos pasaba con la persona que nos gustaba o atraía. Y eso es una de las pocas cosas que tenemos todas en común. Somos tan diferentes y tan iguales al mismo tiempo, que a veces me asombra. La verdad que no se la razón por la que nos ilusionábamos tanto, tal vez porque formaba parte de nuestra personalidad, o tenía algo que ver eso de que nunca hayamos tenido pareja. La única de nosotras que ha tenido pareja es Bianca, las demás, nunca. Otra cosa en la que nos parecemos.

— Oye Elle, ¿podemos hablar? — dice la voz de Adam detrás de mí.

— Sí claro.

Le respondí y me marché con el a un lugar un poco alejado de mi grupo. Estábamos en un sitio intermedio, entre mi grupo de amigas y el suyo, en el cual se encontraba Nate. Con esa sudadera verde que le combina perfectamente con sus ojos.

— Quería preguntarte una cosa.

— Preguntame esa cosa.

— A tí se te da mal educación física, ¿no?

— Eh, si. Demasiado mal. ¿Por?

— Te quería proponer una cosa. Digo. Sólo si tú estás dispuesta.

— Al grano Adam.

— Sí, perdón. ¿Si yo te ayudo a aprobar educación física, tu me ayudas con lengua y matemáticas?

— ¿Cómo qué? — sinceramente, no estaba entendiendo nada. ¿Es decir, él, Adam, ayudarme a aprobar la única asignatura que me jode la media, y a cambio yo ayudarle con las que se la joden a él? Me da a mí que trato hecho.

— Que si... — lo interrumpo.

— Sí. Debo y necesito aprobar educación física. Yo me conformo con un simple cinco, lo juro. Pero al menos que no esté suspensa. Yo te ayudo con lengua, mates y todo lo que quieras.

— ¿¡De verdad!? Dios muchísimas gracias, Elle. Pensaba que me dirías que no. Gracias de verdad.

Me quedé unos segundos más hablando con Adam. Quedamos en que hablaríamos de cuando quedar por WhatsApp. Nos despedimos y antes de volver cada uno a su grupo tocó el timbre. Y como teníamos clase juntos, nos fuimos juntos al aula.

Al fin tocó. Salgo del aula con mi mochila en la espalda y mi sudadera en mis manos y de pronto escucho mi nombre detrás de mi. Me giro y choco con alguien. Era Cameron, un chico de mi clase. Le pedí perdón y busqué la voz que pronunciaba mi nombre. Eran mis amigas, Bianca y Ashley.

— ¿Dónde te metiste? — me pregunta Bianca.

— Me entretuve hablando con Adam, y tocó. Y pues ya nos volvimos juntos a clase.

— El caso, esta tarde, a las 5. En la heladería de siempre — me dice Ashley apurada y camina rápidamente hacia delante —. ¡Mi tía me espera fuera en el coche! ¡Os quiero!

Bianca y yo nos miramos extrañadas y reímos. Segundos después seguimis caminando hacia la salida, dónde estaba el padre de ésta esperándola en el coche. Me despido de mi amiga y continúo caminando hacia mi casa, adentrándome en mis pensamientos.

Hola!! Pues aquí tenéis otro capítulo más de la novela :)))

Just be happy :)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora