Capítulo 8

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"This is gonna hurt but I blame myself first, 'cause I ignored the truth. Drunk off that love, my head up there's no forgetting you". Resuena en mi cerebro una y otra vez "Dangerously" de Charlie Puth. Estoy cambiándome de atuendo para seguidamente salir de mi casa. Me decanto por unos vaqueros azules rotos y una camiseta de mangas cortas azul marina en la que pone "BERLIN" con letras moradas. Me la compró el padre de mi compañera de intercambio cuando fui allí, hace dos años. No cojo ninguna sudadera, ya que no tengo frío. Después si lo tengo, vendré a casa a por ella.

Al acabar de ponerme la ropa, cojo dinero y el móvil. Y tras despedirme de mis padres y de Tobby, salgo por la puerta.

Por el camino voy mirando a todas y cada una de las personas que pasan a mi lado y les sonrío. No se porqué. Siempre sonrío a todo el mundo que se me cruza, sin conocerlos. Pero después, cuando me cruzo a alguien que conozco, hago todo lo que sea por que no me vea. O me voy a otro lado, o finjo que estoy hablando por teléfono o simplemente me pongo a mirar alguna red social.

Hablando de este tema, miro hacia alante y me encuentro de frente a Adam y a Nate, cosa que no me extraña, ya que estoy pasando justamente por su edificio. Que buena suerte tengo, solo quedaba pasar por un jodido edificio más y ya llegaría a la heladería dónde hemos quedado, pero no, tenía que encontrarme a Nate y a Adam.

Antes de que me diera tiempo a esconderme por algún lugar o retroceder e irme por otro camino, dirigen su mirada al frente y me ven. Adam me sonríe, y Nate... Pues Nate dirige su mirada hacia otro lado.

— Hey — me dice Adam alegre.

— Hola — le respondo y miro hacia Nate, quien sigue mirando a otro lado.

— ¿Qué haces por aquí?

— He quedado en la heladería que hay en el siguiente edificio.

— Nosotros venimos de allí, y creo que estaban tus amigas sentadas en una mesa.

— Sí, lo estaban — dijo Nate. Se dispuso a abrir la boca, al fin.

— Seguro que esperándome — miro la hora del móvil —. Sip, llego tarde, como siempre.

— Bueno, pues hasta el lunes entonces — dice Adam concluyendo la conversación.

— Hasta el lunes chicos — les digo sonriendo y despidiéndome con la mano.

Hay veces que no entiendo a Nate. Un día me habla normal, y al otro ni me dirige la palabra. Este chico me confunde muchísimo.

Justo antes de llegar al recinto, me llega un mensaje de un número desconocido. No leo su contenido y entro en el lugar dirigiéndome a la mesa donde se encuentran mis queridas y locas amigas.

— Pues si te digo la verdad, yo creo que Tyler está más bueno que Jack, Cameron o Dylan — opina Bianca.

— A ti lo que te pasa es que estás pilladísima por Tyler — le reclama Sarah.

— ¡No! Bueno a lo mejor. Pero solo un poquito.

— ¡Lo sabía! — exclamé muy fuerte. Lo suficientemente fuerte como para que cuatro personas que había en una mesa se giraran hacia a mí y me miraran. ¡Ups! ¡Yo no fui!

— Elle, cálmate — me dice Ashley riendo.

— Vale, perdón.

Después de una larga charla sobre chicos, chocolate y películas románticas, salimos de la heladería y fuimos a dar un paseo por el barrio. Nos encontramos a Connor con su grupo y saludó a todas mis amigas, menos a mí. No entiendo nada a esta persona.

Más tarde, cojo el móvil para hacerme unas fotos con mis amigas y leo el mensaje del número desconocido que me olvidé de leer antes. Decía: "Me pasas los apuntes de Lengua?". Seguidamente hay otro que decía: "Soy Dylan". Le respondí diciéndole: "Estoy fuera, cuando llegue a casa te lo mando". 

— ¿Habéis visto al chico nuevo? — pregunta Ashley.

— Madre mía, esta mañana ha entrado en clase y a mí me ha dado un ataque — dice Rebecca echándose aire con las manos —. Y la suerte que tiene Elle, que está en su clase.

— Bueno, tampoco es para tanto — les digo obviando el tema. La verdad que estaba un poco ida del tema pensando en otra cosa. Mejor dicho, en otras personas. Ya no solo estaba confusa por Nate, sino que también por la propuesta de Adam. ¿Por qué mierdas habré aceptado a ello? Ah, si, ya. Tengo que aprobar educación física. Perfecto.

Finalmente, llegaron las 9 y media dr la noche. Bianca debía irse, y la recogieron, mientras las demás nos dirigimos a cenar a una pizzería que había en el barrio. Entramos y estaba un pelín llena de gente, pero había dos mesas libres. Nos sentamos todas en una y nos dividimos en dos para ir a pedir. Yo fui con Sarah.

— Yo pediré una pizza pequeña de jamón york y queso y una pepsi — le dije al chico que nos atendía.

— Y yo una pequeña de cuatro quesos y un nestea  — añadió mi amiga.

Mientras sacabamos el dinero para pagar, dirigí mi mirada hacia la puerta, que justo en ese momento estaba abriéndose. Yo no se si esto es el destino o es la casualidad, pero me parece bastante asombroso que vuelva a encontrarme de nuevo a Adam y a Nate. Esta vez venían acompañados de sus mejores amigas Emma, Hayley y Becca.

Sarah y yo pagamos y nos dirigimos hacia la mesa. Seguidamente, Rebecca y Ashley se dirigieron a pedir su cena.

— ¿Esos no son Adam y Nate? — me pregunta mi amiga.

— Sí. Ya es la segunda vez que me los encuentro hoy, tía.

— Es el destino — dice riendo.

— ¿Te imaginas? — le respondo riendo al igual que ella.

Ya habían llegado las pizzas y estábamos cenando. Justo en la mesa de al lado se encontraban Nate y Adam junto con sus amigas. Me caían bastante mal, menos Becca. Las otras dos eran bastante insoportables. No las aguanto. Ni yo, ni mis amigas, ni medio instituto. Miro hacia Adam, quien está comiendo una pizza prosciutto, la misma que la mía. De pronto mira a nuestra mesa y me saluda con una sonrisa.

Seguidamente, le da un codazo a Nate, quien está sentado a su lado y éste, mira hacia mí y me sonríe. No me puede confundir más.

Hola hola hola! Aquí tenéis otro capítulo más de esta historia. Espero que os guste :))

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