Todos los personajes pertenecen a la obra de Sailor Moon e Naoko Takeuchi.
Esta historia la escribí hace años, todo lo escrito es producto de mi imaginación.
Contiene lemon fuerte.
Narra Mamoru.
Desde su amplia y lujosa oficina de donde dirigía un imperio financiero con mano de hierro desde su escritorio. La gente llegaba ansiosa por venderle sus mercancías y él las aceptaba o rechazaba según su estado de ánimo.
Iban hombres a suplicarle que no los destruyera y él imponía las condiciones. Tenia una esposa que yo idolatraba, era una diosa, la mujer perfecta, para mi. Tenia unos cálidos ojos celestes, el suave pelo largo rubio y su cuerpo delgado pero bien formado que atraían las miradas de todos los hombres. Y de repente conocí a Beryl... mi secretaria. Era el remplazo de mi secretaria Mina Aino, que dejó su empleo porque se peleó con su esposo, Malachite (mi jefe de guardaespaldas y mejor amigo desde el colegio primario).
Al principio no le di importancia, pero a medida que pasó los días, todas las mañanas después de desayunar mi café con masas finas y bombones rellenos empecé a fantasear con ella, saborear esos hermosos pechos y sentir el contacto de su piel con la mía. No podía dejar de imaginarme las hasta el punto de provocar me unas erecciones tremendas en el trabajo, reuniones y en mis sueños. Realmente era una obsesión, algo prohibido.
Así fue que paso el tiempo y un día volviendo de la casa de mi amigo Malachite, la veo entrando a su edificio, entonces le toque bocina, ella me mira con una sonrisa, la saludo con la mano, siento como se me había parado.
En la oficina las miradas eran mas cariñosas y el trato iba subiendo de color. En una cena de trabajo que la tuve que ir a buscarla a ella, porque Usako estaba con gripe. Cuando la veo, mi corazón latía a mil, mis piernas temblaban y comencé a sentir un fuego en mi cuerpo. Estaba en la puerta de su edificio tan hermosa, tímida como con miedo, estaba vestida para matar llevaba una vestido corto que se le marcaba todo, de color rojo con un escote muy pronunciado que dejaba ver la comisura entre sus pechos se notaba que no llevaba corpiño, a medida que la miraba pude disfrutar con la vista de unas hermosas piernas contorneadas que daban fin en unas caderas preciosas que a cualquier hombre le daría mucho gusto acariciarlas. Luego de la reunión nos tomamos unos tragos, nos fuimos soltando ambos a medida que paso la noche. En un momento de locura la abrace por detrás e instantáneamente ella giro su cabeza y me dio un beso en los labios, fue como si se hubiese abierto la compuerta de una represa y se soltara un afluente de deseos incontrolables sentía como su corazón se aceleraba y su respiración la seguía con la misma fuerza. primero toque sus pechos por sobre vestido, luego pasando suavemente la mano por debajo de su escote "al fin sentía esos pechos, Que tanto deseaba, eran mejor de lo que me imaginaba con una suavidad increíble".
Me beso el cuello, estaba entregado sentía el calor de su boca recorrer me jadeante y viciosa, mientras le acariciaba sus pechos. Acerque mi boca a su oreja, con mi lengua comencé a recorrerla y ella me gratifica con unos hermosos y dulces suspiros de placer, baje por su cuello mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás dejando me saborearla, inflaba su pecho en cada respiración rozando me el torso haciéndome sentir como sus pezones se ponían duros, las vibraciones que recorrían mi cuerpo me daban un placer enorme, hasta podría decir indescriptible.
Se levanto y se sentó sobre mí abrazando me con sus piernas dejando me sentir sus nalgas sobre mis muslos, a medida que acariciaba sus pechos, Beryl disfrutaba de mis orejas haciéndome sentir su lengua y su respiración agitada, llevo sus manos a mí entre pierna al darse cuenta de lo duro que estaba.
-Vamos a mi departamento.
Susurró a mi oído.
Nos subimos al auto y en el viaje ella volvió a acariciar mi bulto mientras que conducía provocando que este se inflamara cada vez más.
Cuando llegamos a su edificio en el ascensor nos besamanos con una pasión descontrolada. Al llegar a su habitación caigo de espaldas sobre su cama de dos plazas, con su mano bajo la cremallera y suavemente agarro mi miembro con su mano de porcelana sacándolo de su cárcel y empezó a subir y bajar su mano como una experta haciéndome sentir incontrolables sensaciones recorriendo me el cuerpo, para me mira a los ojos, sonríe, me besa y dejo caer su cabeza, sentí el calor de su boca en mi miembro, sentía como con su boca me daba placer, no podía dejar de gemir pidiéndole que no parara. Los sonidos que surgían por la succión de su excelente trabajo me excitaban aun más .
Subí mi mano hacia su cabeza se la empuje hacia abajo para que se la comiera toda con fuertes movimientos ella pareció atragantarse pero siguió y entre gemidos me dijo
- Dámelo por favor, dámelo quiero tomar tu leche-jadeando me decía - Lo deseo dale, la quiero ya.
No termino de decirlo que me subieron todos las sensaciones que un hombre puede tener.
-Toma toda mi leche, Beryl. Acabe de una forma que jamás lo había sentido, ella me había dado la mejor mamada de mi vida. Nos besamos en un profundo y hermoso beso. Jamás me lo hubiese pensado lo que había detrás de esa carita angelical. Y tan tímida que parecía, Beryl.
Siento como mi miembro se me volvía poner dura de nuevo al punto que me estaba por estallar. Se aleja de mis brazos para hacerme un baile mientras se sacaba el vestido, de fondo estaba prendida la luz del baño que dejaba ver su silueta entre medio de la oscuridad de la habitación no lo podía creer era un sueño lo que estaba pasando.
Con su baile se saco el vestido dejando ver que estuvo toda noche sin ropa interior. Sus pezones marrones grandes, duros y su aureola pequeña eran realmente de película. Los tomo entre sus manos y arqueando su cuerpo hacia delante los movió de un lado al otro mostrándome una hermosa sonrisa. Ella con
su lengua recorrió sus labios. pero para sorpresa mía estaba toda depilada era una delicia. Y así fue como dejo a la luz su excitante figura que me llenaba de deseo, y seria su juguete para siempre.
Se acerco hacia mí, nos comenzamos a besar de nuevo.
La senté en el borde de la cama me arrodille abrí sus piernas admire el hermoso paisaje que me ofrecía.
Apoyó sus manos en la cama y tiro la cabeza hacia atrás totalmente entregada al placer que le estaba propinando. Chupe, lamí e hice circulitos con mi lengua en su capullo primero con suavidad y luego algo mas duro, con algunos mordisquitos que le hacían mover su vientre de placer y regalarme unos gemidos eternos.
Lleve nuevamente mi lengua hacia su cueva que para ese momento estaba totalmente jugosa y húmeda, me llevaba al limite sabia como tenerme a su disposición. Sus brazos apretaban mi cabeza con fuerza contra su cueva carnosa, depilada, ardiente como que quería meterme adentro.
Su respiración tenia mucha intensidad sus caderas se movían sensuales su cuerpo se retorcía, que delicioso vaivenes me pedía que siguiera que se estaba por venir. Comienzo a introducir mis dedos en su interior de un momento a otro ella se tiro hacia atrás y exploto llenándome de sus jugos en mis dedos. Jadea como loca, tenia la mirada desenfrenada gemía, gritaba y se contorneaba como una víbora.
-Haceme tuya. Mamoru.
-Beryl, te voy a romper toda.
La mire a los ojos con malicia.
-Rompeme, toda, mi amor, lo deseo, hazme tuya.
La puse en cuatro le apoye su torso sobre la cama deje sus rodillas en el piso y la ensarte de una hasta meterle prácticamente los huevos.
-Si dame duro. Por culo.
Mis huevos golpeaban en sus nalgas con furia no me importaba nada de nada si la lastimaba o no, era un sexo rabioso que ella había provocado y disfrutaba, gritaba como loca.
-Dale, rompéme.
Aproveche para darle unas buenas nalgadas, ella exploto, no se como explicarlo se sentía como que su culo me apretaba mi miembro de una forma descomunal era un placer impresionante pego un grito terrible me daba la sensación de que su culo quería expulsar al intruso pero a su vez lo succionaba hacia adentro. Hasta que se abalanzo sobre la cama y quedo tendida ahí susurrando.
-Que buen amante eres.
-Y tu igual.
La beso en la espalda. Al sentir que mi miembro no se me bajaba, era rarísimo, la saque de su culo le agarre la cabeza por los pelos y se la metí en la boca de una le dije:
-Vamos Beryl, que todavía no termine.
Me sonrió con una sonrisa lobuna, se la metió en la boca se veía como se le llenaba la traquea de tan hondo que se la metía.
La siguió chupando como loca, la tenia de los pelos y llevaba su cabeza con fuerza adelante y hacia atrás para que me dé una buena mamada de nuevo, literalmente me la estaba cogiendo por la boca. Sentía que me venia, la tire sobre la cama abrí sus piernas y se la metí por su cueva, bombee como un animal furioso puse sus piernas sobre mis hombros para tener una penetración mas profunda.
Ella me hablaba me decía.
-Dale Mamoru, dame tu leche llemane mi matriz.
-Toma Beryl- se la clavo tan fuerte que abrió sus ojos como platos.
-Quiero tu semen en mi cueva.
Con sus manos me acariciaba los testículos adoloridos, por fin sucedió lo que ambos necesitábamos tuvo un orgasmo espectacular hermoso para mis oídos fue la descarga de tensión más especial que había vivido, su cueva hervía y palpitaba al mismo tiempo fue delicioso, saque mi miembro flácido pero llenos de nuestros jugo de pasión.
-¡Que buena que sos, Beryl.
Le comí la boca, estaba en las nubes nos abrazamos todos sudados producto de la contienda disputada.
-¿Sabes, Mamoru? Tu esposa te perdió. Ahora sos mío.
-Si soy tuyo, pero adelante de la gente soy de mi mujer.
Lo dije en tono seco.
-Bueno,-encogió sus hombros - te voy a tener que compartir con tu esposa. Y ¿como nos encontramos?
-Nos encontramos cada vez que te llame o en la oficina. Y recuerda nuestra relación no es pública.
Pero por supuesto me olvide que soy hombre casado. Con el tiempo empezamos a mandarnos mensajes hot todos los días y tratábamos de vernos a escondidas en cualquier momento, cada día que pasaba deseaba más sentirla y conocer sus gustos en el sexo, sus fantasías.
Y ese fue el principio de todo.

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Infidelidades
FanfictionMamoru Chiba un exitoso empresario, cae en brazos de su bella y tímida secretaria Beryl Queen. Su esposa Usagi cae en desgracia.