Capítulo 5 - Ardor De Corazón

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En aquen infierno, donde solo oías gritos de tus compañeros sufriendo por las máquinas de tortura mas sofisticadas, solo puedes desear que sea rápido, pero entre ellos, había otro samurai apresado, y este, era astuto,y después de un reconocimiento, confesó no haber obedecido una orden, y por ello estar ahí, esa orden era matar a su mujer, para poder poseer a sus hijos y enseñarles un arte que para su edad no estarian preparados, y menos para perder a su madre, entonces hablaron, y llegaron a un acuerdo, pasados unos minutos llegó uno de los guardias samurais a llevarse al siguiente, entonces Lodbrok le petió un cabezazo aturdiente con su casco, y con las propias uñas que le salieron al preso samurai cortó la cuerda y mató a sangre fría a su antigio compañero, entonces se puso su ropa y disimulando, cogió a Lodbrok y lo puso delante del samurai que se encargaba de clavarles la catana en el pecho, para así despues el guardia lo pueda ejecutar, y entonces, Lodbrok se desató, y cuando el samurai mató al ejecutor, soltó a los demás, y salieron de allí, pero, por desgracia, habían traido refuerzos para la siguiente vez, y con ese intento en vano, volvieron a Roma, Lucius, Hannibal y ese extraño samurai llamado Takeda Tadakatsu, mientras Lodbrok se recuperaba, llegaron a la ciudad proveniente de Lucius y Hannibal, entonces, al llegar a la ciudad, Hannibal salió corriendo hacia una de las casas, entonces ordenó a dos centuriones que salieron vivos y a el redto que se hospedasen mientras, él fué a observar que ocurría, y la ilusión de Hannibal era por ver a su mujer, no quiso contarselo a Lucius por si no salían de esa, entonces, ella no era una mujer cualquiera, era una de las guardianas de esa ciudad, pero ers tan vrande que apenas habian guerras, y se gobernaba una paz inmensa, entonces, feliz, Lucius se dirigió hacia el nuevo general, del cual provenían las órdenes del asedio a la cúpula, y ddbatieron sobre el fortín samurai, del cual Takeda les dió información, esa noche fué gloriosa, pudieron al fin descansar comer y beber, divirtiendose tras una largs semana de guerras y muerte, mientras tanto, Hannibal, estaba con su mujer, le contó todo lo que pasó ese tiempo, y pidió mil disculpas por no haber podido hacer nada al respecto, y dicho esto, le regaló un libro muy antiguo, con letras egipcias, que encontro en uno de los cuerpos de aquellos caballeros que lo secuestraron, y trataba sobre el arte de la guerra, ella le entusiasmó tanto aquel regalo, no solo el libro, si no que su marido regresara sano y salvo, que despues de una cena de banquete, fueron a tener mas acción, pero en la cama, después de todo ese tiempo, estaban ansiosos por encontrarse el uno al otro, mirarse entr ellos a los ojos, y sin pensarlo besarse con una pasión de cupido, rápidamente entraron en contacto sus cuerpos, boca con boca, mano con mano, estrechándose al son de la noche, y tras un pasional reencuentro fué la mejor noche de su vida, pero se despidió a al amanecer siguiente de ella, deseando que no fuese la última, ya que su siguiente mision erá prácticamente un suicidio, pero no tenían otra alternativa, entonces, cogieron caballos, y un ejército entero cabalgó hasta volver al fortín, entonces, según Taqueda tenían entradas ocultas , pero seguramente ellos les esperarían, entonces entró el samurai con el traje que robó al guardia, y de incógnito rompió las defensas, rompió todos los arcos, y desvarató las maquinarias, llegada la noche, se dispusieron a entrar sigilosamente

Por el honor de Júpiter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora