Brístol, Inglaterra.
Tres años después.
LOREN:
A medida que la compañía creció, las responsabilidades también lo hicieron a un punto en el que me hallé a mí mismo viendo ridícula la manera en la que me quejaba estando más joven y Lucios me empujó a hacerme cargo del legado de vinos Van Allen. Esto conllevó a que eventualmente nos mudásemos de vuelta a Brístol. El plan inicial era ir a Londres, pero ya que Lena y Arthur decidieron quedarse en Cornwall, nos establecimos en un punto medio entre ambas ciudades. Estábamos a dos horas de su madre y a dos horas de la capital. Ya que no podíamos vivir en mi viejo departamento de soltero, cuando Nollan cumplió seis nos mudamos a una villa relativamente cerca de la casa de mis hermanas. Como no podría ser de otra forma, mi hijo menor cursaba el último año de su preescolar en el mismo kínder dónde todos sus primos estuvieron. Luego iría a la misma escuela católica de mis sobrinas, terminando su educación antes de la universidad en el instituto internacional en el que su hermano se encontraba y al que el chófer recogía antes que a él.
Eso se traducía a una casa sola para Anabelle y para mí en horario de siete a tres para hacer lo que quisiésemos. Hacer el amor, en lo que, ninguna sorpresa, seguía siendo bueno. Escucharla leerme sus historias mientras sus dedos acarician mi cabello. Tener un almuerzo en paz. Actualizarnos sobre la vida del otro como cualquier pareja feliz de tener un tiempo libre de la crianza de sus hijos.
Un genuino paraíso.
Uno que habría tenido de no ser por nuestra decisión, tres años atrás, de alquilar un vientre que llevase a nuestro tercer hijo, por lo que a penas empujé las dos puertas de metal y madera fui recibido por el sonido del gateo de mi princesa. Dejé mi maletín en el suelo, el cual es tomado por Jimmy, antes de alzarla y morder su mejilla.
—Isabella, ¿dónde está mamá?
—Jardín, papi —respondió abrazándose a mi cuello.
Era hermosa. Me tomé un momento para mirarla antes de avanzar con ella a lo largo del primer piso, los empleados del servicio saludando. Su cabello era negro, rizado en las puntas, ya largo hasta su cadera a pesar de su corta edad. Tenía los ojos grises Van Allen también. Tanto ella como su hermana, Gretchen, eran la copia de las mías. A excepción de sus lindos sentimientos y buenas intenciones, la mayoría del tiempo, no había casi nada de Anabelle en ellas. Ya que ambas lucían iguales, sus pieles eran del mismo tono pálido al mármol característico de mi familia. Sus labios eran pequeños, pero gruesos, y sus cejas estaban perfectamente arqueadas. Amaba cada uno de sus pequeños dedos, tanto de las manos como de los pies, el aroma a canela de sus cuerpos, pero sus personalidades aún más.
Veía ferocidad en la mirada de Isabella, una que ninguno de mis chicos tenía, la cual se asemejaba bastante a la de Rachel y Marie. Galletas. Juguetes que sus hermanos escondieron a propósito. Meterlos en problemas. Venganza. Dormir con alguno de ellos en periodo de tormentas. Obtenía lo que quería cuando quería. Gretchen, en cambio, era sinónimo de problemas. Le gustaba pelear con todo lo que se le atravesase. Mike, por ejemplo, había renunciado a traer a sus amigos a casa durante el día porque Gretchen siempre los atacaba. Era un poco salvaje a pesar de nuestros intentos por apaciguarla. No era como nadie que conociera, aunque sí tal vez un poco como Sophie, la madre de Anabelle, pero teníamos nuestra conexión especial porque no era tan independiente como Isabella. Aunque jugara a arriesgarse e ir en contra de mis normas, siempre terminaba acudiendo a mí.
Era un poco psicópata de mi parte, pero amaba limpiar su desastre.
—Isabella fue a abrirte a penas te escuchó llegar. —Me incliné sobre Anabelle para juntar nuestros labios. Estaba pintando las uñas de sus pies mientras nuestra hija resolvía un rompecabezas de seis piezas a su lado. Estaba usando su usual falda vaquera junto con un feo suéter obra de las lectoras de Anabelle. Isabella, en cambio, llevaba un vestido que escogí para ella la última vez que fui de viaje—. Te adora.
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Extras de DP ©
RomanceSi quedaste insatisfecha/o con el final de DP y quieres saber más de cómo fue el regreso de Lorebelle y el nacimiento de Nollan y la crianza de Mike, este es tu lugar.